TU ERES MI HERMANA

Capítulo 19: La soledad de la gorgona (Parte 1)

No muy lejos de la entrada de la cueva donde se encontraba Medusa, un pequeño grupo se organizaba para el asalto; la única fémina del grupo era sin duda la que traía la batuta.

-Yo iré primero- declaró la pelinegra mientras veía seriamente a los hombres frente a ella- En nuestro encuentro anterior a dejado en claro que su poder viene de una fruta del diablo. Para que este sea efectivo debe tener contacto directo y aparentemente el veneno que poseen las serpientes de su cabello es un potenciador...

-En ese caso estamos en desventaja- reconoció Zoro- El combate cuerpo a cuerpo es lo nuestro.

-¿Qué haremos?- pregunto Sanji dándole una calada a su cigarro- Y a pesar de todo sigue siendo una mujer.

-Ya sabemos que las mujeres son tu debilidad cocinero- dijo Storm de forma burlona y con una sonrisa zorruna continuo- Y es por eso que te trajimos, para que seas el cebo.

Ante esto Zoro se limitó a sonreír, mientras que al cocinero se le marco una vena en la frente y chocando miradas con el hombre lobo hablo.

-¿¡Ahhh!?- chisto el rubio para proseguir con su pelea- ¿No será ese TU trabajo pulgoso?

-¿A quién llamas pulgoso cocinero de pacotilla?- Contraataco Storm cayendo en el juego.

(Tn_____) suspiro ante tal escena, y llevando se una mano al puente de la nariz trató de contar hasta 10, sin embargo perdió la paciencia cuando iba en el 3...

-Es suficiente- soltó justo antes de sostener a ambos por la cabeza y estrellarlos entre si- El tiempo corre y no tenemos tiempo para niñerías.

-...Hai...- respondieron al unísono, cada uno sobando su chipote.

-Eres alguien ágil Sanji y necesito que te encargues del extremo escamoso; tú y Storm se encargaran de ser la distracción- continuo la pelinegra sin dejar lugar a replicas- Yo me encargare del combate cuerpo a cuerpo, y en el momento exacto Zoro tomara su cabeza.

Ante la seriedad de la menor de los D. solo pudieron asentir y con la pelinegra al frente se dispusieron a entrar en las profundidades de la tierra.

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En su madriguera, Medusa se retorcía entre sueños plagados de dolor, recuerdos y soledad; sus serpientes nerviosas trataban de despertarla, algo en el ambiente no estaba bien, podían sentir el peligro acercarse.

La Gorgona abrió a tiempo los ojos, el momento exacto para esquivar el ataque hacia ella. Con cuidado se replegó a un costado para observar a su osado atacante, no pudo evitar contraer las pupilas ante la vista. La chiquilla estaba ahí frente a ella, con una sonrisa a medias y mirada fría, completamente intacta.

-¿Pero... como...? ¡Tú deberías estar muerta!- Chillo con notable estupor Medusa, sus serpientes bufaban en amenaza- ¡No deberías...!

-Pues parece que no soy tan vulnerable a tus encantos Gorgona- soltó con sorna (Tn_____) manteniendo la mirada fija en la guardiana – No siempre sale todo como quisiéramos.

La mujer, si se pudiera llamar de esa forma, apretó la mandíbula y furibunda se lanzó sobre ella, más un movimiento a su espalda llamo su atención y sin pensarlo uso su cola para cortarle el paso a aquella figura.

(Tn____) simplemente quería desaparecer en ese momento, el movimiento de la Gorgona fue tan sorpresivo que Storm, ahora de un color azulado y a quien Medusa ataco, pego tal brinco que acabo en los brazos del cocinero, quien de cierta forma veía embelesado a la Gorgona.

-Eres hermosa- fue la frase que escapo de sus labios, el rubio no podía describirla de otra manera.

Ante aquella simple frase Medusa retrocedió levemente, dolorosos momentos pasaban por su memoria, unos que ocasionaran que su corazón diera un vuelco y que la ira se apoderara de ella. Y sin miramiento alguno se lanzó sobre ellos.