"Son nuestras decisiones las que muestran lo que podemos llegar a ser. Mucho más que nuestras propias habilidades."- J. K. Rowling
Una semana después....
Es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Siempre es así, si quiero que las agujas del reloj se detengan para siempre, las muy malditas hacen todo para estar en mi contra y comienzan a jugar carreras frente a mis ojos.
Hace una semana que Derek ha...bueno es difícil decirlo, él se ha ido, para siempre. Ya ni siquiera puedo pronunciar su nombre sin derramar un mar de lágrimas. La vida sin él es un asco. Simplemente perder a tu mejor amigo sin previo aviso debe estar en la lista de cien cosas jodidamente dolorosas que les suceden a personas desgraciadas.
Pero si creen que perder a un ser querido es doloroso, es más penoso aun escuchar la voz de su asesino. Maldición, si hay algo aun más lacerante es que la policía haya declarado su muerte como un suicidio. ¡SUICIDIO! ¡Como si Derek pudiera suicidarse! El amaba la vida, igual que yo. Ambos vivíamos como si fuera el último día de nuestras vidas, disfrutábamos de cada segundo de adolescencia que corría como arena fina dentro de un reloj de arena, resbalando, deslizándose, llevándose nuestra juventud poco a poco.
No recuerdo muy bien su funeral. Nunca me he sentido tan mal, destrozada, rota por dentro, perdida en la negrura de un pozo sin fondo, hundida hasta el alma de dolor.
Aun así, decido que Derek se merece una despedida digna, por lo que voy al borde del lago y me siento en la roca que da hacia los acantilados. Mi abuela siempre me cuenta la historia de aquel lago, antiguamente había sido un bello río. En las épocas de sequía se transformaba en arroyo pero durante las lluvias traía un caudal de agua impresionante. Un año, cuando ella tenía unos 40 años, la creciente había sido tal que la fuerza de la corriente había arrasado con uno de los puentes, del cual hoy solo una parte queda en pie y es utilizada por los amantes de los deportes extremos.
Con mi amigo, pasábamos innumerables tardes hablando, viendo el agua oscurecerse con la caída del sol y nunca deseábamos irnos, retrasábamos el momento de partida hasta el límite. Por más estúpido que parezca, todos los años hacíamos una ceremonia en la que jurábamos no separarnos nunca.
Adiós mi amigo, hola dolor.
Este lugar luce tan desolado sin él, puedo distinguir impresa en las ondas de agua mi figura solitaria, y allí donde tendría que estar otra sombra, a mi lado, hay un vacío silencioso.
Es entonces cuando me doy cuenta de qué es lo que yo debo hacer por mi amigo, encontrar a su asesino me parece tan poco... quiero matar a esa persona, destrozarlo a puñetazos, hacerlo sufrir... como él ha hecho sufrir a Derek y como me está haciendo sufrir a mí ahora. Mis palabras suenan muy frías dentro de mi mente, hasta tienen un toque macabro, pero en realidad eso es de verdad lo quiero hacer cuando pienso en cómo encontré a Derek. Yo había corrido hasta su casa esa noche tenebrosa llena de tinieblas temiendo muchas cosas menos su muerte, nunca lo hubiera imaginado. Pero cuando llegué note de inmediato que algo andaba mal, la puerta estaba abierta dejando escapar un halo de luz proveniente de la sala de estar. Me tomé unos segundos para recuperar el aliento y me acerqué en silencio entrando a la casa. Allí descubrí a mi amigo, el infeliz de su asesino lo había sentado en su sillón con un cuchillo en su mano, insinuando que la sonrisa roja que descansaba en su garganta se la había hecho Derek a sí mismo.
Me quede allí, solitaria, de pie, mirándolo. No pude acercarme a mi amigo, creo que era la primera vez que entraba en shock. Media hora después algo en mi cabeza hizo clic y me senté en el piso a llorar. Lloré y lloré como nunca lo había hecho.
Luego el timbre de mi móvil me trajo de vuelta. Era mi madre, preocupadísima por mi paradero. Entre un derrame contaste de lágrimas logré decirle que estaba en casa de Derek y necesitaba que me buscara.
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The stalker
Teen FictionSe supone que una persona que lo tiene todo debe ser feliz. Se supone que tus amigos te acompañan hasta el final. Se supone que enamorarse es fácil, sin complicaciones. Se supone que si hay amor no hay mentiras. Pero en la vida de April, mejor es no...