CAPÍTULO 11: ¿Felicidad?

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"Sentirse fracasado es peor que sentirse humillado. De la humillación nace el coraje; del fracaso, el suicidio." 

La habitación en penumbras. Mi cuerpo tumbado de lado en mi cama, el brazo derecho bajo la almohada. Mi mano aferrada a mi teléfono celular, mi dedo pulgar descansando a centímetros del botón 'linterna', listo para presionarse e iluminar toda la habitación cuando X llegue. Lo sé, es un plan pobre y de seguro tiene mil fallas pero es todo lo que se me ha ocurrido desde que mis amigos se fueron esta mañana, cada uno de ellos con su respectiva mueca de espanto.

En lo que pasó del día no pude dejar de pensar que ya solo falta una semana para cumplir un mes desde la muerte de mi mejor amigo y no tengo ni una mísera pista de quién puede llegar a ser su asesino. Lo único que he hecho desde aquel día ha sido ganarme la atención de un acosador y preocupar a mi familia.

Respecto a mi familia, tengo que decir que me están preocupando ellos a mí. Josefine no durmió en su habitación anoche, lo descubrí esta mañana cuando vi su cama completamente arreglada y una nota diciendo que se quedaría en lo de su amiga Lucy, también hoy. Ese es un comportamiento no muy habitual en ella y un pinchazo de culpa me hace pensar en que le debería prestar más atención a mi hermana pequeña. Por otro lado, mis padres tuvieron la consideración de llamar y explicar que se quedarían unos días más en donde la abuela porque ella no se encontraba bien de salud y, antes de cortar, mamá recalcó que me prohibía hacer alguna 'locura'.

Espero que esto no cuente como locura. La luz de luna se cuela por la ventana y observo el reloj de la mesita de noche por entre los cabellos que me cubren el rostro, ya casi son las tres de la madrugrada y esa es la hora habitual en la que me despierto por culpa de mis perturbadores sueños por lo que supuse que es el horario favorito de X. Mis manos comienzan a sudar y cojo con más fuerza el teléfono, intento mantener mi respiración en un nivel normal y me concentro en las cortinas blancas para tener mi mente del mismo color. Mis ojos son dos rendijas y ya hace media hora que pretendo estar dormida, aunque no hubiera podido dormir de todos modos. Una vez más, Tess se ha ofrecido a quedarse conmigo hoy pero supongo que por hacerme la valiente he dicho que no, pedazo de idiota en el que me he convertido.

Una sombra cruza el suelo de mi estrecho balcón y me tenso, cada músculo listo para ponerse en marcha frente al más leve indicio. Afino el oído, intentado escuchar más allá de lo que es posible y escucho sus pasos, casi imperceptibles contra las baldosas de mármol. Segundos más tarde, su figura encapuchada eclipsa toda la luz que llegaba desde fuera por lo que la inocente oscuridad de antes da un giro completo para convertirse en siniestra. Sopeso mis posibilidades frente al intruso, solo tengo una oportunidad y bajo ninguna circunstancia puedo perderla.

Una vez que su asquerosa nariz está pegada al vidrio siento la necesidad de actuar, la expectación esta haciendo mella en mi, voy a convertirme en un saco de nervios. Sus respiraciones empañan el vidrio en un ritmo constante, el reloj indica las tres en punto.

Algo da suaves golpes contra el cristal. Abro mis ojos.

Tengo que sacar a la actriz que hay en mí, aparentar tranquilidad. Pero, ¿Cómo podría hacerlo? Me incorporo y mis pies tiemblan contra el suelo de mi habitación. 'Camina lentamente' pienso algo alterada. Me acerco un paso a la ventana y sus ojos brillan. Y de algún modo esas dos obsidianas que lleva por ojos pueden expresar emociones, porque eso que estoy viendo es ¿Felicidad? ¿Está contento?

Me muevo sin siquiera pensarlo, los impulsos nerviosos se escapan de mi control y antes de que pueda parpadear estoy frente a la puerta ventana de mi balcón. La tensión en el ambiente es casi visible, podría tocarla. Estoy de pie, frente a la persona que seguramente ha asesinado a mi mejor amigo, quien ha estado dejando sus repulsivas exhalaciones en mi ventana cada noche, el ser humano que me ha estado haciendo sentir más diminuta que un insecto.

The stalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora