"I'll wait for you, babe, that's all I do, babe"-Pretty when you cry, Lana del Rey
Corremos escaleras abajo al ver que ambos ascensores están ocupados porque no tenemos tiempo que perder. Cuando llegamos al subsuelo, Teseo no tarda en arrancar el coche apenas las puertas del auto están cerradas y nos dirigimos al hospital que queda a unas pocas cuadras de distancia. Conduciendo a toda velocidad estamos a punto de llevarnos por delante una gran zona cuadrada delimitada con una llamativa cinta amarilla que lleva la leyenda de "precaución" repetida una infinidad de veces a lo largo de toda su extensión. Nos detenemos en seco y la trompa del Lamborghini queda a solo dos mínimos centímetros de la cinta. Por detrás de la barrera amarilla y negra identificamos a una multitud de caras preocupadas y hasta enojadas. Entonces me da un vuelco el corazón porque si bien sé que Victorio ha sufrido un accidente no me he parado a pensar cuál podría haber sido la naturaleza de ese accidente, ¿Y si me asomaba un poco por la ventanilla del coche y veía a mi amigo tirado debajo de algún automóvil? No. Teseo me hubiera hecho saber si era algo grave, así que todo está bien. Y por mi salud mental, decido aferrarme a esa posibilidad de que solo haya sufrido un pequeño rasguño.
Las luces rojas, azules y blancas de la policía me hacen entrecerrar los ojos cuando un coche patrulla nos adelanta y estaciona junto a la cinta. Comienzo a mover mi pierna con nerviosismo intentado pensar en que las casualidades existen y que ese auto incrustado contra uno de los postes de la luz que puedo lograr ver a unos metros por delante del parabrisas no tiene nada que ver con mi amigo Victorio. Me convenzo diciéndome que probablemente Vicco tomó otro camino rumbo a su supuesta reunión de historia y nunca pasó por aquí.
-La persona que me llamó por teléfono dijo que nada grave ha sucedido con Victorio, tranquila-De repente, mi pierna deja de moverse bajo el peso de la mano de Teseo que me aferra el muslo con suavidad. Asiento con la cabeza y le dedico una sonrisa de disculpas mientras él coloca la reversa y empezamos a salir marcha atrás para buscar una segunda opción y llegar al hospital.
Finalmente, luego de rodear la zona enmarcada por la cinta de seguridad, llegamos al bendito hospital y cruzamos las puertas-que se abren rápidamente como palpando mi desesperación- a la carrera. Mis palabras se enredan un poco pero logramos preguntarle a la enfermera que hay junto al escritorio principal cuál es la habitación a la que ha sido trasladado nuestro amigo. Mientras caminamos por el pasillo siguiendo las indicaciones de la enfermera, Tess me toma de la mano y me la aprieta con cariño para recordarme que nada tan malo ha sucedido. De todas formas, un mal presentimiento comienza a instalarse en la parte baja de mi estómago y me impide calmarme.
Teseo se adelanta y me abre la puerta rotulada con el número 42 y yo suspiro de alivio al ver a un Victorio muy sano y entero, tumbado en una cama completamente cubierta con sábanas de un blanco impoluto. Noto que se encuentra en perfectas condiciones y hasta me permito sonreír frente a su irritado rostro que mira con frustración el control remoto del televisor atornillado en una de las esquinas de la habitación. El muchacho, apenas advierte nuestra presencia, cambia su expresión y nos dirige una media sonrisa.
-Pero miren a quién tenemos aquí-dice como si fuera lo más normal del mundo recibir visitas de tus amigos en un hospital.
-¿Cómo te sientes?-le pregunta Tess acercándose para realizar el juego de manos de chicos que se inventaron hace unos días y que siempre me hace poner los ojos en blanco, aunque con un dejo de envidia.
-Hola, Vicco-por mi parte, me acerco por el otro costado de mi amigo y me siento en la cama vacía que hay al lado de la suya.
-Solo me irrita un poco el hecho de tener que usar muletas por los siguientes dos meses- expresa Victorio quitando la manta blanca y mostrando su pierna derecha vendada desde el pie hasta la rodilla.
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The stalker
Ficção AdolescenteSe supone que una persona que lo tiene todo debe ser feliz. Se supone que tus amigos te acompañan hasta el final. Se supone que enamorarse es fácil, sin complicaciones. Se supone que si hay amor no hay mentiras. Pero en la vida de April, mejor es no...