“Si no eres parte de la solución, eres parte del problema”
Miramos atónitos a Clapton. La expresión ‘fuera de sus casillas’ le queda perfecta, admito que le dejamos un desastre en la biblioteca pero creo que está reaccionando bastante mal. Mientras la bibliotecaria sigue gruñéndonos Tess me toma del brazo y me esconde tras su cuerpo en un intento de ser protector, de manera tal que mi campo de visión se ve reducido y solo puedo observar por encima del hombro del muchacho.
-Señorita Clapton-la interrumpe con una voz muy calmada-es comprensible que esté furiosa pero déjeme asegurarle que ayer tuvimos un gran inconveniente con la estantería y hoy estamos de vuelta para arreglarlo todo-miente con total naturalidad y yo no hago más que asentir desde detrás de su espalda, aunque dudo que Clapton me preste atención, se ha quedado mirando a mi compañero de una forma muy severa pero, gracias a dios, ya no está gritando.
-Buen intento jovencito-su voz destila veneno-pero ya es tarde, ambos tenéis estrictamente prohibida la entrada a este establecimiento sagrado por los siglos de los siglos.
-Amen-murmuré sin pensar.
-¡¿Cómo dice?!-me espeta la enojada mujer, y Tess se interpone una vez más en su camino hacia a mí, parece a punto de soltar una carcajada pero se controla y me manda a callar con un gesto.
-No puede hacernos eso, por favor-suplica el joven poniendo su mejor cara de perrito mojado, se ve tan encantador que no me sorprendo cuando Clapton afloja un poco su semblante sin dejar de arrugar sus labios carmesí.
-Claro que si puedo-le suelta levantando sus brazos como si lo que Tess estuviera diciendo fuera ridículo-pero como tengo un alma tan misericordiosa-prosigue fingiendo lamento-voy a darles una única oportunidad, que espero sepáis aprovechar.
-Se lo agradecemos muchísimo-dice cortésmente Teseo mientras yo agarro su camiseta por detrás y comienzo a tironearla, entonces él me mira interrogándome.
-Ahora viene la parte en que te dice qué quiere a cambio-susurro en su oreja poniéndome de puntillas.
Esboza una sonrisa y espera paciente en tanto la bibliotecaria abre las puertas y quita nuestros carteles, me hubiera gustado llevarme uno de recuerdo porque de verdad se parecen al de las películas del lejano oeste.
Ingresamos despacio y el olor a papel y tinta nos da en las narices. <Hogar, dulce hogar>pienso interiormente. Seguimos avanzando por el pasillo principal y a nuestros costados se extiende una infinita cantidad de estanterías color marrón oscuro en la que descansan ejemplares de distintas épocas y clasificación. El techo es bastante alto y a lo largo de él cuelgan tubos fluorescentes que le dan la iluminación justa a todo el espacio. Pero Clapton nos saca de nuestro regocijo interno cuando nos estampa en el pecho un brazo a modo de barrera.
-He aquí vuestra oportunidad-dice señalando la estantería caída y todos los libros esparcidos en el suelo de mármol-tenéis hasta el amanecer-y luego se marcha sin decir nada mas rumbo a su escritorio.
-¿Siempre habla como si estuviera en medio de una película de la edad media?-me pregunta Teseo.
Suelto una pequeña risa moviendo de lado a lado la cabeza y comienzo a recoger, uno por uno, todos los ejemplares para formar una gran pila. Mientras tanto, ‘señor edad media’ encuentra la forma de volver la estantería a su posición original y ponerla en pie nuevamente.
Cada vez que volteo a ver cómo Tess intenta reparar la estantería mis mejillas se ponen de un carmesí intenso, se ha quitado el pullover azul y la camiseta gris oscura que lleva puesta se tensa cuando contrae los músculos, es tan hermoso… y no puedo evitar pensar que aquí nos besamos, si se le puede llamar beso, claro.
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The stalker
Novela JuvenilSe supone que una persona que lo tiene todo debe ser feliz. Se supone que tus amigos te acompañan hasta el final. Se supone que enamorarse es fácil, sin complicaciones. Se supone que si hay amor no hay mentiras. Pero en la vida de April, mejor es no...