En otra parte de manera diferente, el caballero de la sexta casa se acercó de igual manera a ver a su hija, no oculto su sonrisa al verla ahora finalmente convertida en una mujer.
-Agradezco a buda por permitirme verte convertida en toda una mujer.
-Y yo le agradezco permitirme ver a mi padre nuevamente, me alegra mucho este reencuentro.
-Lo mismo digo.
Mientras tanto un par de ojos con destellos violetas se posaban en una figura que le parecía irreconocible ¿en qué momento esa niña dejo atrás la risueña voz para darle paso a esa confianza con la cual hablar de esa manera a sus superiores? El vestido que marcaba su cuerpo le respondió, dejo de ser una niña para convertirse en una mujer, suspiro pesadamente, sus ojos se encontraron con los de ella, Elena hizo una reverencia a manera de saludo, él asintió como respuesta.
-Es idéntica a ti – la voz de Milo lo trajo a la realidad – no se puede negar el parecido.
-Tu hijo también se parece mucho a ti.
-Lo sé, y también sé que aunque te mueres de ganas por abrazarla y bailar cualquier melodía con tu quería hija no lo harás, pero yo sí – antes de que pudiera reaccionar Milo ya se encontraba caminando de frente a donde se encontraban el resto de los jóvenes.
-Hijo mío, Elena, un placer volver a verlos.
-Maestro Milo, un placer verlo tan vivo nuevamente.
-Me alegro de verte padre.
-Después tendremos una charla padre e hijo, por ahora quiero bailar una canción con mi quería sobrina – sin que pudiera negarse, Milo tomo de a mano a Elena y la llevo a la pista de baile, un vals inundaba el ambiente.
-Sigo siendo pésima bailarina tío Milo.
-Es de familia no te preocupes, tu padre es peor – le sonrió de manera cálida, una lluvia de recuerdos lo invadió al pensar que hasta hace unos años ella y su hijo eran un par de niños inquietos, cayó en cuenta al pensar en cuanto tiempo de la vida de su hijo se perdió.
-No es su culpa, un caballero antepone su deber por sobre todas las cosas, Menlo lo entiende y yo igual.
-Aun así, es triste saber eso.
Los caballeros de bronce se encontraban algo aburridos en la dichosa celebración, esos eventos nunca fueron algo que acostumbraran, como caballeros dedicados a la guerra los entrenamientos y las actividades más campestres eran parte de su rutina, una dichosa fiesta para celebrar la paz no era algo que prefirieran.
-Sigo sin creer que los caballeros con quienes combatimos tuvieran una familia – Shun observaba atento la escena entre Shaka y su hija.
-Ciertamente es algo difícil de asimilar – Shiryiu tomo una copa de vino de una de las mesas.
-Yo no sé ustedes pero esto ya me aburrió – Seiya bostezo mientras se frotaba el cabello.
-Permiso chicos, iré a saludar a mi maestro – Hyoga se despidió de sus compañeros y se acercó a donde se encontraba su maestro hablando con su hija finalmente.
Por otra parte el guardián de la tercera casa se encontraba frente a sus dos hijas, una mantenía la mirada baja ocultando su rostro y la otra se encontraba bastante ocupada poniendo al corriente a su padre con todo lo que había sucedido en los últimos años.
-Y eso fue lo que paso, Camile se volvió la guardiana oficial de la casa de géminis mientras que yo recorría el mundo, concretamente parís, cumpliendo el sueño de mi madre.
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Los caballeros dorados: la generación sin armadura
FanfictionDiez años han transcurrido desde la última batalla en el inframundo, diez años en los cuales la paz a reinado y los caballeros de bronce protegen el mundo por el cuál los antiguos caballeros dorados pelearon. Pero ¿que hacer con la calma que viene d...