Capítulo 7

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-¿Qué sucedió con tu madre en estos años? - el caballero de Tauro estaba feliz de ver a su hijo, se encontraba con Mu y con Shura platicando con su hijo después de haberlo abrazado tan animadamente.

-Se encarga de la cocina, le prepara la comida a la señorita Saori y al patriarca, también a nosotros cuando tenemos entrenamiento, nunca nos dejó.

-¿Sigue igual que siempre?

-No, ahora luce mejor que antes, los años le han ayudado bastante.

-¿Dónde está ahora?

-En la cocina, te llevo con ella.

-No sería correcto dejar aquí a mis compañeros...

-Aldebarán - lo corto Mu - haz esperado bastante este reencuentro, no es de caballeros dejar a una doncella esperando tanto tiempo.

-Gracias - se excusó de manera apresurada y se fue guiado por su hijo.

-Siempre envidie su relación con Flor - Shura sonrió con nostalgia - me parecía que su felicidad era absoluta.

-Ciertamente era agradable ver como se entendían, sin mencionar que esa mujer era muy amable con todos nosotros.

-Lo sigue siendo - Enoc le respondió a su padre - a la fecha sigue cuidando de nosotros como lo hacía cuando éramos niños.

-Eso me alegra.

Saori se mantenía al margen de todo vigilando que nada pasara, Shion se encontraba a su lado.

-Deberías integrarte con ellos.

-No será necesario, mi deber como el patriarca es permanecer a su lado.

-Por esta noche está permitido, anda, acompaña a tus compañeros.

-Se lo agradezco diosa Atena - se reverencio y camino a donde su compañero y amigo el guardián de libra se encontraba bebiendo acompañado de su hija.

-Como extraño a mi quería Raquel, te pareces tanto a ella - las copas demás que ya traía encima lo hacían desvariar.

-¿Quién es Raquel? - Madeleine observo con extrañeza a su padre.

-¿Quién más podría ser? Hablo de tu madre.

-Mi madre se llamaba Nicole, no Raquel.

-Oh, ya no lo recordaba - Madeleine suspiro frustrada, su padre seguía siendo igual.

-Creo que ya te excediste con el alcohol de nuevo - Shion regaño como de costumbre a su amigo.

-No empieces, esta noche era para celebrar.

-Nunca cambiaras.

La escena que Dokho estaba haciendo no se comparaba a la de Afrodita con Ángelo y Milo, los tres mantenían una divertida conversación.

-Sigo diciendo que no es justo, en cuanto nació la niña le dijiste a la hielera que la querías como esposa de tu hijo - Ángelo ya traía varias copas de más.

-Elena es preciosa y la hija de mi mejor amigo ¿no es normal que entre amigos hagan estos tratos? Deberías pensar en hacer una alianza así con Afrodita.

-Mi hija no se va a casar con ninguno de sus hijos, no son lo suficientemente buenos para ella -Afrodita se hizo el indignado.

-Ni quien quiera tenerte de consuegro, florecita - Ángelo se burló en su cara - eres bastante incomodo de ver y escuchar.

-¿Incomodo yo? Si el que da pena con solo verlo es otro.

-Afrodita tiene razón Death, eres feo por naturaleza - Milo soltó la carcajada.

Los caballeros dorados: la generación sin armaduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora