Capítulo 17 Las verdades se acercan

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Creo que no actualizar seguido me paso factura, porque me equivoque con lo que iba a publicar, si notan algún error les agradeceria que me lo hicieran saber. 




-¿Me dirás ahora el porque me citaste en este lugar? – Elena se cruzó de brazos nada más tomar asiento frente a su compañero.

-Que impaciente.

-No estoy de humor.

-En este sobre – le extendió un sobre de color beige sellado – encontraras información bastante interesante a mi parecer.

-¿Qué tramas? – Lo cogió y abrió sin cuidado, su expresión se volvió de total asombro al divisar su contenido - ¿Cómo?

-¿Lo conseguí? Muy fácil realmente, pero debo admitir que me sorprendí bastante, las legiones de todos y cada uno de los dioses crecen, pero las personas de esa lista en particular, ¿sí que es irónico no lo crees?

-Cierra la boca.

-Yo tendría cuidado con la bruja, aunque me resulta bastante interesante, por decir lo menos, pero la legión de Apolo, ¿Quién lo diría? Tan centrada que se ve ¿Qué dirían sus padres si se llegasen a enterar?

-Te dije que mantuvieras la boca cerrada – guardo los documentos.

-La verdadera pregunta es ¿se lo contaras? No, no te conviene, tu actuación se vería afectada, si todos los nombrados en esos documentos caen tu igual.

-Yo no tengo nada que perder.

-Pero los demás si, el jardín de Deméter esta por marchitarse, si aún le aprecias cuida de esa florecilla.

-¿A qué te refieres?

-Lo sabrás muy pronto, pero hasta entonces, no digas que no te estimo, después de todo te ayude bastante con esas hojas, lo demás dedúcelo tú misma.

-Algún día borrare esa estúpida sonrisa de tu rostro.

-En lo que ese día llega, recuerda que te tengo en mis manos y puedo acabar contigo.

Elena se marchó rumbo al santuario nuevamente, con todo el alboroto y la información recibida olvido que había guardia incluso entre los doce templos, cruzó con sigilo los primeros seis hasta que llego a libra.

-¿Un paseo a la luz de la luna?

-Maestro Dohko...

-Creo que lo correcto debido a la hora es un; buenos día, es madrugada.

-Necesitaba despejar mi mente.

-No me debes explicaciones, solo ten cuidado, recuerda que estamos bajo ataque.

-Lo tendré en mente, nos vemos.

-Estos jóvenes de hoy en día.






-Clarice – Camile se encontraba pensativa desde esa pelea con Leonora.

-Dime – Clarice estaba sentada frente al gran espejo de su tocador cepillando su cabello.

-Si tú hipotéticamente despertaras la furia de alguno de los dioses me lo dirías ¿no? Es decir, no hay secretos entre nosotras ¿verdad? – Clarice dejo de cepillarse el cabello y se giró a observar a su hermana.

Los caballeros dorados: la generación sin armaduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora