Los jóvenes caballeros se encontraban entrenando como de costumbre en el coliseo, Fidan seguía molesta por la actitud de Aioria.
-Exagera bastante – Ann se dedicaba a atacarla mientras ella esquivaba – y no tiene porque.
-Claro que sí, es tu padre, debiste haberle avisado y pedido permiso.
-Le dije que tenía una vida y que no pensaba cambiarla por él.-Pero tampoco le dijiste de que trataba esa vida, ni lo estas incluyendo.
-Él tampoco me incluye en la suya, además el antiguo patriarca fue quien me asigno ese trabajo.
-Pero el patriarca ya no es Kanon.
-¿Tú de qué lado estas? Y me permito recordarte que te estoy manteniendo con ese dicho trabajo.
-Del tuyo por supuesto, y ya sé que estás haciendo eso por mí, pero debes comprender en que situación y dilema se encuentran nuestros padres, lo entenderás cuando tengas hijos.
-Ni quien quisiera tenerlos.
-En estos momentos no pero…
-Y para colmo me despertó temprano y me mando a entrenar.
-Jóvenes guerreros – Shion los llamo y todos dejaron su entrenamiento al ver a su santidad acompañada de los caballeros dorados y un hombre de cabello blanco.
-Mierda… - Elena lo reconoció como el juez de la primera prisión.
-Su santidad – Adonis se reverencio seguido de sus compañeros.
-Elena, Camile prepárense, parten en una hora a su siguiente misión, la realizaran junto al señor Minos, juez de cositos, la primer prisión del Hades.
-¿Por qué nosotras? – Camile soltó sin más.
-Camile – Adonis reprendió a su amiga.
-Solo preguntaba.
-Ya veo a que se referían – Minos sonrió ampliamente y bajo hasta donde se encontraban – tú debes ser “Camila” – tomo un mechón del ondulado cabello y lo acaricio con cautela.
-Es “Camile” - le retiro la mano de un manotazo.
-Ajá si eso, ¿Quién es Helena?
-Es sin “h”, solo Elena – desvió el rostro esperando que no se acercara.
-Me resultas vagamente conocida ¿nos hemos visto antes?
-No lo creo.
-Retírate la máscara, ambas.
-No veo el motivo – la gemela mayor se cruzó de brazos.
-Para esta misión deben llevar el rostro descubierto, es necesario.
-Mierda – volvió a blasfemar Elena y suspiro antes de retirar la máscara plateada de su rostro.
-Lo sabía, si nos conocemos – se acercó a ella y tomo su rostro de la barbilla mirándola a los ojos – nunca olvidaría esos preciosos ojos.
-Guarda las distancias con mi hija – Camus elevo su cosmos hasta lograr que la temperatura descendiera un poco.
-Y yo que creí que te haría feliz alcanzar un puesto tan noble como mi suegro, pero es muy joven para mí, aunque tal vez con mi hijo.
-No tengo intenciones de ninguna alianza con usted señor Minos – Elena congeló la mano del juez quien la retiro con una sonrisa lobuna.
-Sigues igual de rebelde querida.
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Los caballeros dorados: la generación sin armadura
FanficDiez años han transcurrido desde la última batalla en el inframundo, diez años en los cuales la paz a reinado y los caballeros de bronce protegen el mundo por el cuál los antiguos caballeros dorados pelearon. Pero ¿que hacer con la calma que viene d...