KakaSaku

Matrimonio

— ¿Vas a dejar de mirarme así? Me pones nerviosa...

Solamente le sonrió mientras veía como las mejillas de la joven se tornaban casi o más rosas que su cabello.

— Me gusta mirarte...

— Sensei...

— Ya te dije que no me llames así. Llevamos saliendo cuánto ¿1 año?

— Un año y 2 meses — se encogió de hombros — pero ¿quién los cuenta?

— Tú, claramente — tomó su mano — me gusta que seas tan atenta

— ¿Ya me dirás para que me trajiste aquí?

— N-no aún — se rascó la nuca

Llevaba semanas planeando esa salida, estaba nervioso, más aún que la vez que se convirtió en Hokage.
La amaba, estaba claro de eso ¿y de la decisión que estaba a punto de tomar? Comenzaba a arrepentirse, no porque no quisiera llevarla a cabo, si no que no encontraba las palabras apropiadas para proponérselo.

Dos semanas antes...

—Kakashi-sensei...— golpearon la puerta de su oficina

— Adelante

Se acomodó en su escritorio mientras veía como su ex alumno cruzaba la puerta.

— ¿Qué te trae aquí, Naruto?

— Pues — se mostraba nervioso — necesito... un... concejo

Arqueó una ceja — ¿Un concejo? ¿De mí?

— No tengo nadie más a quién preguntarle, es la única figura casi paterna que tengo

Se encogió de hombros — ¿Qué quieres?

Suspiró rendido y se sentó frente al Hokage.

— Hinata...

— ¿Qué con ella? ¿Quieres saber cómo se hacen los bebés o qué?

— No sea pervertido, eso ya lo sé... — sonrió — quiero... quiero decirle que...

— ¿Qué cosa?

Cerró los ojos y escupió palabra tras palabras — ¡Quiero decirle que se case conmigo!

Sorprendido se acomodó aún más en su asiento — ¿Ma-matrimonio?

— Si... Estoy — se sonrojó — estoy enamorado de ella y quiero que sea mi esposa

— ¿Estás seguro de eso Naruto-kun? El matrimonio no es un juego...

— Lo sé, estoy muy seguro, quiero pasar el resto de mi vida con Hinata, quiero despertar cada mañana y verla a mi lado, conocer sus manías y enamorarme de ellas, comer de todo lo que cocine para mí y solo para mí, tomar su mano y no arrepentirme jamás de haberla elegido a ella, llegar después de cada misión y que me esté esperando, guardando mi lugar en la cama, que me sonría y me diga cuánto me ama...

Hace un buen rato que se había distraído y dejó de escuchar a Naruto. En su mente solo se imaginaba a Sakura haciendo cada una de las cosas que él le mencionaba.
Esperándolo fuera de la torre Hokage para tomar su mano y caminar hacia la casa que compartían, llevándole el desayuno a la cama, haciéndole el amor cada noche, tomar su mano y ver aquel anillo que los unía en todo sentido, besar su frente cada vez que partía a la oficina, cuidarla en las noches que ella se encuentre enferma, acariciar su cabello para hacerla dormir... Por kami, todo eso y mucho más quería hacer con ella...

— ¿Me está escuchando?

— Hazlo.

— ¿Qué?

— Cásate

— ¿Por qué me lo dice de esa manera? A veces es tan extraño Kakashi-sensei...

— Porque la amas, y ella te ama, y lo mejor que pueden hacer es dar el siguiente paso

— ¿Y cómo lo hago?

— Eso no me lo preguntes a mí, Sakura siempre me reclama mi poco romanticismo

— ¿Si la llevo a Ichiraku y se lo digo allí? ¿Se imagina encontrar un anillo de compromiso en el mejor plato de Ramen?

Se llevó la mano al rostro demostrando cansancio — Mejor sal ya de mi oficina que la estupidez es contagiosa...

— ¿Es una buena idea, no? — sonrió

— Piensa en las cosas que le gustan a ella, no a ti...

Bufó — no me sirvió de nada, mejor iré con Shikamaru

Se dio la vuelta y salió de la oficina dejando al Hokage solo...

— Matrimonio...

El resto de las semanas se las llevó pensando, en ella, en ellos como pareja, en su relación, en lo feliz que lo hacía esa mujer, en lo mucho que deseaba hacerla su mujer, en que ya no se imaginaba una vida sin Sakura a su lado...

2 semanas después...

— ¿Ya me dirás para que me trajiste aquí?

— N-no aún — se rascó la nuca

Sonrió — ¿Por qué siempre eres tan misterioso?

Se encogió de hombros — Me gusta causar suspenso...

— ¿Estás nervioso, sensei?

La miró, estaba hermosa y radiante, si no lo decía ahora, se arrepentiría, a pesar de estar hecho un manojo de nervios.

Suspiró — ¿Sabes dónde estamos?

Miró a su alrededor — En los campos de entrenamiento ¿no?

— Aquí... aquí fue la primera vez que me fijé en ti...

Se sonrojó — Tenía 12 años... y tú 26 — lo miró — siempre has sido un pervertido

Se encogió de hombros — Eso creo, pero para el amor no hay edad ¿no crees?

— Lo sé, agradezco que lo hayas hecho

— Sakura... — se paró frente a ella y la tomó por los hombros — koishiteru

Abrió los ojos y se sonrojó una vez más, no acostumbraba a que Kakashi demostrara sus emociones.

— Yo... también — sonrió dulcemente

— Mucho...

Levantó su mano y la colocó en el rostro de Kakashi, bajando su máscara y dándole un dulce beso.

— ¿Qué te pasa, Kakashi?

No podía, no podía hacerlo, no con ella mirándolo de esa manera, tan cálida, tan tentadora, que con ese hermoso brillo alteraba todos sus sentidos. Si antes estaba nervioso, ahora estaba al borde del colapso, sus manos comenzaron a sudar, su corazón se aceleró, revolvió un poco su cabello y se dio la vuelta, dándole la espalda a Sakura, dejándola allí, confundida.

— Kakashi...

Apretó los puños con fuerza y cerró sus ojos — Quiero... quiero que seas mi mujer

Ladeó un poco la cabeza, confundida...

— Ya soy tu mujer... hace mucho tiempo

— No, Sakura... quiero... quiero que seas de verdad mi mujer

— No te estoy entendiendo...

Se volteó aceleradamente — ¡Cásate conmigo!

— ¡¿EH?!

Retrocedió un paso por la reacción de Kakashi, sin lograr aún asimilar la propuesta, pues casi se lo había escupido en la cara.

Agachó el rostro mientras dejaba que su rostro se tiñera de rojo

— Que te cases conmigo...

Nada, no había respuesta de ella...
Levantó su rostro y la vio abalanzarse a sus brazos.
Ella lloraba, lloraba de felicidad, lo besó mientras susurraba en sus labios un convincente ¡Sí!