Lluvia

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Despertó por una pesadilla, sudaba frío y su corazón estaba a punto de salir de su pecho. Miró alrededor y estaba sola, en una habitación oscura que no era la de ella.
El ruido de la lluvia azotando el tejado tampoco era una buena compañía, la asustaba aún más.

3:26 de la madrugada, en un país desconocido cumpliendo una misión.

Habían pedido hospedaje en una cabaña pequeña, al ser la única mujer le concedieron la habitación, Kakashi-sensei dormía en el sofá de la sala de estar y Naruto le tocaba hacer guardia esa noche afuera.

Se levantó por un vaso de agua, quizás eso la ayudaría a volver a dormir.
La noche estaba fría al igual que su cuerpo.
Se lamentó mil veces que Ino no pudiera asistir a la misión, al menos si ella estuviera allí tendría a alguien en quién refugiarse o con quién hablar hasta dormirse.

Pasó por la sala de estar y vio a Kakashi dormido, con su libro de portada naranja reposando sobre su pecho.
Este pervertido lee Icha-Icha hasta para dormirse — pensó.
Una tenue luz iluminaba parte de la habitación, era la luna, que reposaba sus rayos sobre el sofá donde dormía su sensei.
Lo miró, se veía tan tranquilo, al contrario de ella, tan cómodo. Inconscientemente se acercó a él, se paró a su lado y sonrió.

— Que envidia poder dormir tan tranquilo.

Se puso de cuclillas frente a él, y pasó una mano por su cabello. ¿Qué estaba haciendo? No podía responder, ni ella tenía la respuesta, solo actuaba, quizás el temor la estaba llevando a buscar refugio en la única persona en la cabaña.

Sintió como Kakashi soltó un quejido para abrir los ojos lentamente

— ¿No puedes dormir? — susurró

Dio un pequeño respingo cayendo sobre su retaguardia.

— Perdón — se lamentó — no sabía que estaba despierto

— No lo estaba

— ¿Lo desperté?

— Eso parece

Agachó la mirada e intentó incorporarse para salir de allí

— ¿A dónde vas?

— Volveré a la habitación

— Pero no puedes dormir, te costará conciliar el sueño allí

— ¿Y qué quiere que haga entonces?

Sonrió bajo la máscara y se acomodó de tal forma que un cuerpo más cabía en aquel estrecho sofá.
Sakura se sonrojó ante la ocurrencia de dormir junto a su sensei, pero su compañía era la mejor solución.
Tímida dio unos pasos y se recostó junto a él, dándole la espalda, para que así aquellos pensamientos que revelaban sus hormonas no se hicieran presentes. Después de todo, era mujer y Kakashi hombre, podía actuar por instinto.

Sintió como un brazo rodeaba su cintura y su respiración comenzó a hacerse pausada, Kakashi hundió su rostro en el cuello de ella perdiéndose entre sus cabellos. Sentía como su respiración chocaba en su piel y la erizaba.

— Buenas noches, Sakura — susurró en su oído

El fervor en su rostro se hizo notorio, agradecía estar de espaldas a él para que no lo notase.

— Buenas noches, Sensei.

Estaba rígida y Kakashi lo notó, después de todo, pocos centímetros había entre sus cuerpos.

— Relájate — dijo en un suspiro — ¿Qué hay de malo en dormir con tu sensei?

— Nada — dijo a secas — no tiene nada de malo, solo estoy un poco... incómoda

Soltó una pequeña risa y tomó a Sakura de la cintura obligándola a voltearse, quedando frente a él. La acercó aún más, pasando uno de sus brazos por su cuello para que ella acercara su rostro a su pecho, mientras que su otro brazo ahora acariciaba su espalda.

— ¿Mejor?

— No... Peor

Se extrañó — ¿Qué tiene de malo? Creí que estarías más cómoda

— La poca distancia

— ¿Te molesta dormir tan cerca de mí? Solo intento refugiarte

— Me gusta, y me incomoda esta situación

— ¿Yo te gusto? — La separó un poco para mirarla mejor

— Sí, desde hace años

— ¿Por qué nunca me lo dijiste?

— Porque es mi sensei, tengo diecinueve años, me saca catorce, en cualquier parte sería ilegal

— ¿Y te fijas mucho en lo que dicen los demás olvidando lo que sientes?

Lo miró a los ojos — ¿Qué quiere decir?

— Que si te gusta alguien ¿No piensas en que quieres estar con esa persona en vez de en el que dirán?

— Pero... usted... lo juzgarían mal

— Todos me catalogan como un pervertido, no me extrañaría que me lo sigan diciendo... y no me molesta lo que piensen de mí si yo sé quién soy y a quien quiero

— Sensei usted... ¿Le gusto?

— Al parecer... En este mundo de locos si no te arriesgas con lo que quieres, lo pierdes

— Quiero arriesgarme por usted...

Sonrió y acercó su rostro al de ella, besándola por sobre su máscara, sintiendo la calidez de sus labios, era una sensación deliciosa y electrizante.

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