¿Dormirías conmigo? (1/2)

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Si había algo que odiaba de las misiones, era la última noche antes de volver a la aldea. Cansado, ansiando volver a su departamento, no entendía porque su equipo insistía en pasar una noche en alguna aldea cercana y así "recuperar energías" para volver, si no había nada más satisfactorio y recuperador que dormir en su cama, donde nadie ni nada lo molestase.

Y esa noche no era diferente. La misión fue un éxito, un éxito que le hubiese permitido entrar a su hogar, darse una larga ducha, preparar su cena o quizás comprar algo para comer, y dormir hasta el otro día, sin interrupciones, sin complicaciones, con la mente despejada y el cuerpo relajado. Pero no, ellos insistían en pasar a algún pueblo, lleno de gente, lleno de ruido, lleno de todo lo que no le gustaba. Darse un baño en aguas termales donde la intimidad es nula, comer con otras veinte o quizás más personas, beber algo y emborracharse hasta que las piernas les tiemblen, dormir en una cama ajena y además, despertarse temprano para caminar hasta la aldea. No los entendía, ni siquiera por ser adolecentes los justificaba, ellos eran idiotas... si, eso era.

— Vamos, aguafiestas — insistía el rubio jalándolo por el brazo — acompáñanos a cenar

— Ya les dije que no... Quiero... quiero dormir

— ¡Se va a hacer más viejo si no hace vida social!

Sonrió bajo la máscara — esa es la idea

Y sin dejarlo continuar, cerró la puerta de su habitación en las narices de su alumno.

Era ya la tercera vez que insistía en que bajara a cenar con ellos, y ya se estaba hartando, si volvía una cuarta vez, tendría que ocupar su sharingan para que no lo fastidie más.

Volvió a abrir su libro en la página que había marcado, aquella página que volvía a leer por décima vez. Un par de páginas avanzó hasta que sintió nuevamente la puerta.

Desganado, soltó un suspiro molesto, pero no se inmutó a levantarse. Si Naruto quería que cenara con ellos, estaba equivocado.

Otra vez, y otra, y otra... Los golpes en la puerta eran cada vez más seguidos y ruidosos.

— ¿Sensei? — Se escuchó al otro lado — ¿Esta dormido?

No era Naruto, tampoco Sasuke, él jamás le insistiría con algo... era Sakura.

Se levantó rápidamente por haberla hecho esperar tanto.

— Lo siento — se rascaba la nuca — estaba en... em...

— ¿En el baño?

— Si... digo... ¡No!

La pelirrosa comenzó a reír, si no fuera por la máscara que cubría la mitad de su rostro, el fervor en sus mejillas hubiera sido evidente

— Supongo que Naruto le ha insistido bastante con que baje a cenar con nosotros

— Sí, no sé cómo lo aguantas aún

Se encogió de hombros — Yo tampoco... ¿Y? — lo miró interrogativa

— Y ¿qué? — dijo dudoso

— ¿Va a bajar o espera alguna invitación más formal?

Suspiró — ¿También vienes a molestarme?

— No — lo tomó del brazo arrastrándolo fuera de su habitación — Vengo a obligarlo a comer algo

Rio, parando en seco — No me vas a obligar a nada, no quiero comer, así que vuelve con tu equipo y dejen de molestarme a mí

— Usted también es parte del equipo

— Yo soy la parte que no quiere cenar, adiós

Comenzó a cerrar la puerta frente a la pelirrosa, pero la kunoichi era más ágil de lo que esperaba, y logró colocar un pie dentro.

KakaSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora