KakaSaku

おかえり

Desde que era un niño, hasta casi la actualidad, Kakashi no había perdido la costumbre al entrar y salir de su casa, de avisar su llegada. Aunque no hubiera nadie esperándolo. 

A sus casi cuarenta y cinco años, las misiones ya no eran lo mismo. Simplemente, la emoción se había acabado y solo quería quedarse en su casa viendo la vida pasar. Por que ya no le atraía la idea de acercarse a la muerte o no volver otra vez. Por que siempre soñó con el día de entrar y que alguien le diera la bienvenida.

Pasada la media noche, cruzaba las puertas de la aldea luego de estar tres meses fuera. Estaba cansado y arrastraba los pies en la oscuridad.

Abrió la puerta sin hacer un ruido, se quitó sus zapatos, el chaleco de jounin y lo arrojó a donde quiera que haya caído. 
Suspiró. Se estaba haciendo viejo. Fregó su rostro con sus manos, sintiendo unas sutiles arrugas que amenazaban con aparecer junto a sus ojos. Ya no quería más de esto.

Miró la profundidad del lugar, adentrándose en el largo pasillo cubierto por la opacidad de la noche. 

Sonrió.

Adentró sus pasos hacia la última habitación, abrió delicadamente la puerta y entró a un pequeño cuarto, donde una pelirrosa dormía en su interior. Se sentó con cuidado en la orilla de la cama, mientras acariciaba su cabello con su áspera y pesada mano. Detuvo sus caricias cuando una mano, mucho más pequeña, lo frenó.

— Papi, volviste 

Susurró en la oscuridad nocturna.
Le sonrió y sintió que nunca había estado todo tan claro.

— Perdón, no quería despertarte

La pequeña de cabello rosa y ojos azabache se paró en la cama dándole un gran abrazo a su cansado padre.

— Te extrañé mucho

— Y yo a ti. Duérmete, es tarde, mañana seguimos este abrazo ¿si?

Besó delicadamente su cabeza y la arropó.

Siguiente habitación. Un peliplata descansaba sin vergüenza alguna sobre su cama.
Lo miró dormir un momento. Él no era tan despreocupado a su edad.
Él estuvo completamente solo a su edad.

Revolvió su cabello, obligándolo a despertar.

— hmph qué quieres — se quejó adormilado

— ¿Cómo que qué quieres? Acabo de llegar. Ten más respeto con tu padre

— Y yo estaba durmiendo ¿Eso es todo? Ten más respeto con tu hijo

Se levantó algo decepcionado de la cama.

— Olvídalo. Que descanses

Se dio la vuelta y caminó hacia la puerta cuando un par de brazos lo sujetaron con fuerza por la cintura.

— Mamá y Sachi te extrañaron mucho. No vuelvas a irte por tanto tiempo

Acarició los brazos del pequeño.

Y la última habitación. La suya. Tres meses sin dormir en su cama y lo único que ansiaba era volver allí. Por que estaba ella. Porque se acostó a su lado mientras la miraba dormir. Acariciaba suavemente su mejilla.

— Kakashi — suspiró, aún dormida

— ¿mh?

— Kakashi — volvía a susurrar

— ¿Dime?

— ¡Kakashi! — Abrió los ojos de la sorpresa por verlo a su lado

Y se abalanzó sobre él, buscando su boca para besarlo. Y él le correspondía, por que a ella la extrañaba más que a cualquier cosa. Claro que sus hijos siempre serían su prioridad, pero ella lo sacó de su oscuridad mucho antes.

— ¿Qué haces aquí? — se sentó sobre él

— ¿Vivo aquí?

— No, digo — sonrió — Te esperaba dentro de unos meses más

Comenzó a acariciar suavemente sus piernas — Apresuré todo lo que tenía que hacer para acortar el tiempo, ya no quiero volver a irme por tanto

La arrastró hacia él para abrazarla, mientras dejaba un camino de besos por toda su cara.

— ¿Papi?

Una pequeña de tres años y un muchacho de doce, los miraban desde la puerta de su habitación.
Ambos se acomodaron para verlos mejor.

— ¿Quieren dormir con papá?

— ¡No! — esquivó la mirada el peliplata menor — Digo, Sachi fue la de la idea

La pequeña rosada saltó sobre la cama, aferrándose del cuello de Kakashi, mientras la pelirrosa mayor se recostaba sobre su hombro. Y un tímido jovencito se sentaba a su lado, apoyando su cabeza en el brazo de Kakashi, evitando mirarlo.

— Saben — Se acomodó entre los tres miembros que lo acosaban sobre su cama — Cuando era un niño y mi padre murió, siempre que volvía a casa me encontraba solo y me sentí así durante mucho tiempo. Pero ahora — sus ojos comenzaron a desbordar lágrimas — están ustedes, y ya no recuerdo qué es la soledad

— Kakashi — besó su mejilla la pelirrosa — Bienvenido a casa

— Tadaiama 

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NdA: El título en japonés significa "Okaeri" o Bienvenido a casa. Si, lloré escribiendo esto jaja

El nombre de la hija de Kakashi y Sakura en mis últimas historias a sido Sachi. Le puse así por que siento que es una mezcla perfecta de ambos al juntar sus nombres, y además en japonés significa la niña de la alegría.