Pecados Fantasmales

Capítulo 28

Capítulo 28
Buscando ayuda y respuestas

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-(Pensamientos)-

...

En la habitación de Mai en el hospital, se encuentran la chica mencionada, Houshou y Ayako.

-No quería preocuparlos, lo siento mucho la verdad – Mai sonríe apenada, estirando los labios en una débil sonrisa. Ambos adultos sonríen, tratando de esconder su preocupación, o mínimo, no manifestarla, pero el rostro pálido, las ojeras moradas y la mirada cansada de la chica no los ayuda en su misión.

-Nada de eso – dice Ayako tranquila, simulando despreocupación, sentada detrás de la castaña en la cama, mientras le peina el cabello con los dedos. – Tú no tienes la culpa de nada, así que no te disculpes – asegura firme la mujer.

Mai ensancha su sonrisa otro poco, pero un bostezo la invade. Houshou, sentando frente a ella, frunce el ceño con preocupación.

-Jou-chan tal vez deberías volver a dormir – sugiere el monje – no es bueno que te sobre esfuerces.

Mai vuelve a sonreír, pero ahora de forma encantadora. – no es para tan...

Antes de que la chica termine, la puerta es abierta con fuerza, sobresaltándolos a los tres. Todos dirigen la mirada a la puerta, viendo a Luciel entrar como una fiera.

-(Deja vú) – Ayako y Houshou sienten una sonrisa nerviosa crecer en la comisura de sus labios.

Mai ve a Luciel acercarse a paso firme, mostrándose curiosa, pero la mirada en los ojos de la francesa le preocupa.

-¡Luciel espera! – Masako también aparece por la puerta, de una manera menos agresiva que la pelinegra.

-Enséñamelos. – ordena fría Luciel, cuando llega al lado de Mai, sujetándola de brazo izquierdo. La castaña ensancha los ojos ante la petición de la francesa.

-Que-e...

-¡que me enseñes los putos moretones, maldita sea! – grita Luciel, apretando más el agarre en el brazo femenino. Los ojos de la francesa chispearon, amenazando con cambiar de color.

La expresión sorprendida de Mai se transforma en una seria. Suspira resignada y se suelta del agarre, comenzando a desabotonarse la camisa del pijama. La chica deja car la tela por sus hombros hasta el comienzo del sostén, dejando expuesto gran parte del pecho y los hombros completos.

Houshou se sorprende y un sonrojo aparece en sus mejillas, pero rápidamente es reemplazada por una expresión seria, al igual que Ayako, quien transformo la mirada afilada que le dedicaba al monje en una preocupada viendo los enormes hematomas en la espalda de Mai. Los cuales ocupan la mayoría de la parte superior.

Los moretones ocupan la parte superior de la espalda de Mai. En el frente, sus hombros y parte de su pecho, teniendo la forma de dos brazos y manos. Los bordes de estos se encuentran rojos, como si fuera alguna quemadura. Adicional a ello, una línea roja sigue tomo el camino de la cadena de plata de Mai, está línea también tiene un tono rojizo, como si se tratara de una quemadura.

Luciel al ver que los moretones tienen la misma posición que los brazos de la niña en la foto; frunce el ceño. Jala a Mai de la mano derecha y levanta la manga del pijama, revelando la marca del pecado. Ahora, el rostro de la francesa muestra preocupación, sorpresa y horror.