4- Podemos llevarnos bien

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Stiles

Bien, hoy es lunes y ya son las 6 pm, así que es hora de ir a mi primer día se trabajo, aún no supero lo qué pasó el sábado con Malia pero no hemos hablado sobre ello, creo que le da vergüenza o algo así. Deje a Scott en su casa por que ya había vendido su vieja moto para así tener más dinero para comprarse la nueva.

— Espero que tengas un buen primer día —dijo el mirándome.

— Gracias amigo.

— Trata bien a esa chica, no seas insoportable— dijo riéndose.

— Ja ja muy gracioso— dije y el se bajó del jeep y se fue.

Muy bien, hagamos esto.
Conduje hasta la casa de Natalie Martin y me tardé unos 20 minutos, aparqué el jeep frente a su gran casa y me bajé para ir a tocar el timbre, lo toqué dos veces y después de unos segundos Natalie me abrió.

— Oh, hasta que llegas— dijo regalándome una sonrisa— pasa pasa.

Entonces entré. Vi que habían unas maletas en la sala así que supuse que en poco tiempo se iría.

— Bien te daré las últimas indicaciones, Lydia es un poco testaruda y no está muy feliz por que tu te quedarás a vigilarla, deje mi número en la nevera en un post-it, no le gusta que la despierten así que no puedes hacer ruido cuando vengas en la mañana, no le vayas a preparar muchas cosas que contengan azúcar y si te dice que puede hacer algo por ella misma, algo realmente difícil es mentira, intenta hablarle aunque ella no quiera hay que sacarle las palabras aveces. Ya sabes, te llamaré cada tres días y si pasa algo no dudes en llamar.

— Entendido.

— Ella está en su habitación, acompáñame.

Entonces ella emprendió camino por un pasillo y yo fui tras ella, pasamos dos puerta y se detuvo en la tercera, vi que dice "Lydia" con letra azul cielo. Tocó la puerta y no respondió nadie.

— Esa es su forma de decir que pase— mencionó su madre antes de abrir la puerta.

Entré a la habitación tras ella y a decir verdad es una habitación bastante amplia, es de color morado y tiene gabereros y un closet blanco, vi una puerta al lado de uno de los gabeteros y supuse que es el baño, mire a la cama y vi a una chica, de unos 1.60 aproximadamente de altura, tenía el cabello de un color un poco extraño, como rojo y rubio mezclado, tenía la cara dirigida hacia un libro que estaba tocando y supuse que esa es su forma de leerlo.

— Lydia, cariño, saluda que aquí está Stiles— dijo su madre llamando su atención.

Ella levantó su rostro y pude verla mejor, tiene unos labios gruesos y unos ojos verdes muy profundos, esta chica es muy hermosa.

— Hola— dije un poco nervioso.

Ella dirigió la cara hacía mi, parecía como que me miraba pero sabía que ella no podía verme.

— Hola — dijo de una forma bastante seca.

Vaya, creo que no le agrado.

Su madre se acercó a ella y le dejó un beso en la frente.

— Ya me voy cariño, te amo, vuelvo en dos meses.

— Yo también te amo —dijo ella con su rostros dirigido a su madre.

Luego su madre se detuvo en frente de mí.

— Muy bien. Te dejo con ella, nos vemos en dos meses.

— Adiós, Natalie.

Y con eso se fue, dejándome solo con su hija. La mire y ella volvió a lo que estaba haciendo con su libro. Yo me acerqué a su cama y me senté.

— Bien, creo que ahora mismo no quieres nada— dije para cortar la tensión, aunque siendo sincero el único que estaba tenso era yo.

CIEGA- Stydia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora