Darkened Soul [Supernatural]

22. Remembering myself

22. Remembering myself

—¿Cómo que recuerda? —preguntó Dean aumentando su volumen de voz involuntariamente. Cuando no entiende o está enojado hace eso—. ¿Te refieres a que ella...?

—Sí. Recuerda todo. Su baile de graduación, su familia, cómo llegó aquí, todo lo que pasó hasta el momento en el que su alma fue sacrificada.

Sam miró a su hermano. Ambos sorprendidos y sin saber cómo reaccionar. ¿Debían estar felices de que Lily recuerde? ¿O preocupados por si el recordar le hacía ver que no podía confiar en ellos?

El ángel miró a ambos, reconociendo las miradas telepáticas y los pensamientos autodestructivos. Castiel pasó demasiado tiempo con ellos como para saber cuál era la cara que ponían al pensar aquello. Sin mencionar que también podía leer mentes. Y aunque él tenía una política bastante estricta con leer mente (sólo lo hacía cuando era enteramente necesario), las últimas semanas las leía de vez en cuando. Sólo para ser buen amigo y ayudar en lo posible. Porque no había forma de que los Winchester dejaran salir sus miedos o pensamientos profundos, otra cosa que aprendió de ellos. Pero exceptuando esos pequeños momentos, Castiel no leía sus mentes. Bastaba con ver sus caras para saber qué pensaban respecto a algo.

—Eso... ¿Qué quiere decir? ¿Es nuestra Lily? —preguntó Sam con algo de temor. No se habían preparado para tener de vuelta a su hermana. A la cual le fallaron hace cuatro semanas, cuando Moloch resurgió del infierno y ella estaba supuestamente muerta.

No le malinterpreten, adora que Lily siga viva pero no soportaría perderle si la rubia veía que ellos no eran quiénes ella creía. Sam recordaba todos los momentos en que le dijo que le protegerían, que nadie tocaría ni uno de sus pelos dorados, que deberían pasar sobre sus cadáveres antes de que le hicieran daño. Y nada de eso ocurrió porque Moah logró engañarles. Ponerles trampas frente a ellos. Como carnadas que agarraron como peces.

Así que no se sorprendería si esta Lily, sin alma, recordara todo y decidiera irse lo más lejos posible de ellos. Después de todo, el tren Winchester no suele tener paradas. Sam no podría soportar aquello. Y Dean tampoco. Ni hablar de Castiel.

—No enteramente. —respondió el ángel—. Recuerda, tanto su historia como cómo se sentían las emociones. Pero sigue sin tener alma. Sigue sin ser completamente nuestra Lily.

Dean apretó los labios, pensando — ¿Cuál era el propósito de esto? —Sam y Castiel le miraron confundidos.

—¿A qué te refieres, Dean? —preguntó su hermano.

—¿Por qué Moah le devolvería las memorias? —cuestionó. Los dos quedaron callados—. Digo, nada lo que hace ese sujeto es algo involuntario o sin plan detrás. ¿Recuerdan la Espada de Michael? Él estaba detrás de eso, guiándonos hasta ella como monos de circo. ¿Qué espera con este movimiento?

—Tienes razón —admitió Sam—. Todo lo que hace Moah es como un movimiento en un gran juego de ajedrez.

Los tres se quedaron en silencio, pensando en una posibilidad de por qué Moah le devolvería las memorias. Si quería tener alguna oportunidad romántica con la rubia, el devolverle las memorias no jugaba a su favor. Lily recordaría cómo mató a sus compañeros en su otra dimensión, cómo le hizo sufrir antes de clavarle una espada en el estómago y sacrificar su alma. Tenía más chances con Lily sin recuerdos. Así que eso no podía ser.