25. Momentos perdidos

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25. Momentos perdidos

Castiel dejó a Gabriel en su lugar seguro. Tenía que buscar a los cazadores para pedirles ayuda a ellos respecto a este demonio que utiliza a su hermano como perro. Pero antes de ir con los Winchester, Castiel no podía impedir visitar a la rubia primero. Ella no le ayudaría con el tema de Gabriel, pero le haría bien ver a la rubia. Desde el beso que compartieron tras recordar la memoria del lirio, ella estaba más pendiente de él. Hasta parecía su Lily, la de con alma. Solo que en el fondo, Castiel sabía que no lo era.

Regresó al búnker. Estaba todo muy silencioso. Sabía que Sam y Dean habían ido a buscar respuestas respecto a la actividad de los demonios, pero Lily y Kate seguían en el búnker de los Hombres de Letras.

Todo estaba muy callado cuando Castiel pisó en el lugar. Encontró de inmediato a la castaña, dormida sobre un libro enorme. No se atrevió a disturbar el sueño de Kate, así que continuó su camino para ver dónde se encontraba la rubia.

Escuchó ruido proviniendo de su habitación. Lily aún no puede dormir, su biología sin alma se lo impide. Castiel reconoce que es normal que esté hiperactiva, el no descansar a veces te puede volver loco. Abrió suavemente la puerta y entró.

La rubia estaba sentada de forma india en su cama. Con un block de hojas en frente suyo. Había algo escrito que Castiel no se molestó en leer. Lo que le preocupaba era que Lily estuviera tan metida en su mente que apenas reconoció que el ángel estaba ahí. Le tocó el hombro.

—¿Lily? —preguntó el morocho, preocupado por su alma gemela—. ¿Qué ocurre?

—Recuerdo cosas. —mencionó pasándose una mano por su rostro y luego por el despeinado cabello—. Cosas que no me importaba recordar hasta ahora. Siento que es importante. Pero no sé qué es.

—¿Qué recuerdas?

Lily alzó su mirada. Sus ojos verdes se juntaron con los celestes del ángel. Los de ella, confusos y excitados. Los de él, preocupados. Lily buscó su mano y la llevó hasta su cuello. Castiel no comprendió el gesto.

—Mira en mi mente. —pidió ella creyendo que así era la mejor manera de que el ángel entendiera. Castiel le miró inseguro. Se sentó en la cama, con las piernas colgando de un lado y se quedó mirando fijamente a Lily. No podía descifrarle—. Por favor, Cas. Es sobre Moloch.

El ángel suspiró. No quería hacer eso. Entrar a la mente de otro siempre fue una cosa que a Castiel no le gustaba. Al principio no lo entendía, pero con sus años con los Winchester comprendía que tal cosa era una violación a la privacidad y que a veces la gente tiene cosas ocultas por alguna razón. Nunca le pasó de perderse en los pensamientos o recuerdos de otro estando en su mente, pero podía pasar, ¿no? ¿Y si le pasa estando con Lily? ¿Y si ve algo que no quiere ver? ¿Como lo que hizo antes de que le encontraran, o lo que Lily con alma pensaba de él en sus últimos momentos? Castiel sentía demasiadas cosas últimamente, y todo porque su alma gemela estaba perdida. Los ángeles no fueron diseñados para sentir. Para basar sus elecciones en emociones. Dios requería de guerreros poderosos y objetivos para llevar a cabo lo que nadie desea hacer. Pero Castiel ya no se siente así, un guerrero. Más bien un sobreviviente, un ángel que sintió y no pudo dejar de hacerlo. No sólo con los dos hermanos. Sino también con Lily.

—¿Estás segura? —fue lo que preguntó. Porque si no fuera información importante, Castiel se mantendría lejos de la mente de Lily. Al menos hasta poder recuperar su alma.

Darkened Soul [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora