Epílogo
Se despertó de forma repentina. Poniéndose en alerta, como si estuviera en una cacería. Era algo casi normal, pues sus sueños no eran siempre cosas bonitas. Pero ya se había acostumbrado a tener pocas horas de sueño y descanso. De todas formas, los sueños no hacen más que recordarle sobre cosas que no tiene y nunca tendrá. Eso, o eran imágenes de sus últimas cacerías, como algo residual de su día que se quedó en su inconsciente.
De todas formas, ya estaba despierto. Ya había descansado algo, eso debía servir de combustible por el resto de su día. Parpadeó lentamente para que su visión se ajustase a su entorno. Se pasó una mano por su rostro, despabilándose. Sintió las yemas de sus dedos tocar la suave piel de sus mejillas y la rugosa de su barbilla, donde se encontraba su barba reciente.
Se dio cuenta de que se había quedado dormido sobre la gran mesa de roble de la biblioteca. Habían libros esparcidos a su alrededor. En los títulos de éstos estaba la criatura que habían cazado hace unas horas, un dios pagano haciendo rituales. Se relamió los labios y agradeció haber terminado con aquel monstruo. Empezó a cerrar los libros a su alrededor antes de ir y prepararse algo de café.
—¿Sammy? —llamó a su hermano, pues no estaba a su lado, dormido en la biblioteca. Lo cual, proviniendo de Sam, era extraño. El castaño era el que solía dormir sobre aquella mesa, tras horas de investigación.
El susodicho apareció unos segundos más tarde en el marco del pasillo con una mirada de confusión. Dean terminó de ordenar los libros utilizados antes de girarse y preguntarle a su hermano qué ocurría. Sam evaluó con su mirada la biblioteca, como si estuviera buscando algo y luego frunció el ceño.
—¿Qué te ocurre, Sammy?
Él abrió la boca, dispuesto a responder, pero no supo qué decir. Tardó unos cuantos segundos antes de poder configurar sus palabras: — Tuve un sueño muy extraño...
Dean alzó las cejas — ¿Duendes o payasos?
Sam bufó ante la pregunta — Ninguno... —se rascó la frente, tratando de recordar el sueño. Pero mientras más información buscaba, más se le escapaba de sus dedos—. Había una chica... Era rubia...
Dean hubiera aprovechado esa ocasión para burlarse de su hermano. Decirle que era demasiada información, o que no quería saber sobre sus sueños húmedos, pero no dijo nada. Lo cual, incluso Sam, notó que era extraño. El mayor de los Winchester, ante la mención de una chica rubia se quedó paralizado, pues estaba muy seguro de que él había soñado algo similar y no lo había recordado hasta ese entonces.
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Darkened Soul [Supernatural]
Fanfiction[LIBRO DOS] [Secuela de Black Wings] Pronto la familia Winchester se reunirá, pero las cosas no serán lo mismo. Lily no tiene alma, ¿cambiará ese hecho a la dulce persona que era? Los hermanos no saben que la pequeña rubia está viva, ¿cometerán er...