40. Revelations

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40. Revelations

Dean abrió la puerta de su habitación del motel con la llave que le había dado el recepcionista. El cuarto estaba oscuro, con unos leves rayos de luz infiltrándose por la ventana. Los dos Winchester despiertos captaron con sencillez al hermano dormido. Sam estaba boca abajo en la cama, con mitad de rostro oculto en la almohada y el pelo despeinado.

—¡Rise and shine, Sammy! —gritó Dean con buen humor. El castaño se despertó sobresaltado, parpadeando con rapidez ante el grito escuchado. Lily a su lado, le dio un leve sopapo a Dean en el brazo, afectada por cómo despertó a Sam. El rubio opaco alzó los hombros con una sonrisa inocente.

Cuando Sam enfocó a sus dos hermanos y mejor amigo entrando a la habitación, se desperezó rápidamente — ¿Está todo bien?

Lily asintió y Dean le respondió: — Ninguna criatura amenazante por el momento. —afirmó mientras buscaba su bolso—. Pero deberíamos ir partiendo para el búnker. Aún tenemos un demonio que matar.

Sam afirmó con la cabeza. Se pasó una mano por el cabello, peinándolo con velocidad, y se incorporó de la cama. Había dormido bastante, una de las pocas noches que realmente pudo descansar varias horas seguidas.

Lily y Castiel dejaron que los cazadores organizaran sus cuartos en paz. La rubia indicó que se encargaría de guardar las ropas que habían quedado en su cuarto compartido, mientras el ángel iría a las puertas de Belzebú y Eligor para indicarles que partirían.

En pocos minutos, los tres Winchester, dos Seguidores y el ángel, estaban fuera del motel, acercándose al Impala. Castiel observaba con cuidado a los dos ángeles caídos. Su fisionomía de ángel, que le permitía reconocer la gracia o las características de un demonio, no parecía estar captando demasiado de los dos Seguidores. No quería hablarlo en la intemperie y confesando algo que podía ser erróneo, pero debía acercarse a ambos y descubrir su estado angelical tras el hechizo.

Siendo demasiados para ir en el auto del mayor Winchester, Castiel indicó que él y la rubia no debían ocupar espacio en el carro. Y sin demasiados rodeos, tomó a Lily de la mano, haciendo que ambos, junto con su bolso, desaparecieran de ahí. La expresión de poca sorpresa de Dean hizo reír a Sam, quien estaba a su lado.

Siendo cuatro, dos cazadores y dos ángeles caídos, tranquilamente podrían ir en el auto. Pero teniendo en cuenta la noche pasada, Dean prefería ir a Lebanon con sólo su hermano.

—Ustedes también pueden hacer su flip flap y vernos allá. —indicó el rubio opaco mientras abría el maletero y colocaba los bolsos ahí.

—Ugh. Eso puede ser un problema. —mencionó el Seguidor con una mueca e inclinando todo su cuerpo hacia un costado.

 —mencionó el Seguidor con una mueca e inclinando todo su cuerpo hacia un costado

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Darkened Soul [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora