Capitulo 20

241 13 1
                                    

Percy PoV:

Desperté sentado en el piso de lo que parecía un cuarto donde los generales de guerra planeaban sus estrategias. Una mesa redonda se encontraba en el medio de la sala, allí arriba se hayaban lo que suponía eran planos y lápices por doquier. En las paredes había cientos de hojas con inscripciones que no lograba comprender. Intenté moverme pero mis manos se encontraban atadas al igual que mis piernas.

Una puntada de dolor se asentó en la parte posterior de mi cabeza. Alguien me había asestado un golpe cuando me había dirigido a mi cuarto para reemplazar mi remera manchada con el zumo de frutas de Leo por una nueva. Esto se pone cada vez mejor.

Alguien a mi derecha gimió lastimosamente. Me giré para ver quien era la persona que lo había emitido, aunque en el fondo ya sabía la respuesta. Una cabellera rubia se asomó por detrás de unas cajas.

Echando un rápido vistazo para comprobar que estábamos solos, comencé a arrastrarme rápidamente hacia donde estaba mi compañera de secuestro. Cuando llegué hasta allí, algo golpeó fuerte mi cara. Caí hacia atrás.  La puntada de dolor que antes sentía, se había esparcido por todo mi cerebro. Lo único que veía eran estrellas, malditas y deformes estrellas. Un líquido caliente recorría mi rostro. Todo se volvió negro.


- ¡Oye, contéstame! ¡¿Qué quieres decir con que me explicarán a su debido tiempo?-  Conocía esa voz. Abrí los ojos para ver de donde provenía, pero la luz me cegó.  - ¡Hey, no te...! - La voz se detuvo, y rápidamente sentí que alguien se acercaba. Pestañeé un par de veces para acostumbrarme a la luz. - Percy, ¿estás bien? - Su voz era suave ahora.

- ¿Annabeth? ¿Que pasó? - Me incorporé con lentitud. Mi cabeza dolía, pero casi no lo notaba. Cuando la miré su rostro reflejaba culpabilidad. 

- Puede que accidentalmente te haya golpeado pensando que eras alguno de nuestros raptores - Sonreí irónicamente.

- Claro que lo haz hecho - Su cara apuntaba hacia el piso - ¿Ha pasado algo mientras estaba inconsciente? - 

- Entraron tres personas - Me observó preocupada - Una de ellas puso algo en tu boca ¿Te sientes bien? - Estoy seguro de que el color de mi cara se fue en el instante en el que dijo eso.

- Eso creo - Tragué saliva - ¿A ti te han dado algo? - Cuando negó, mi temor disminuyó ligeramente. Abrí la boca para hablar, pero el sonido de una puerta abriéndose hizo que me callara. 

Alguien caminaba hacia nosotros con tranquilidad. Me tensé cuando la persona posó su mano en mi hombro. Miré a Annabeth, tenía una mirada feroz en su rostro. 

- ¡Percy! - Dijo animadamente la voz de un joven - Que bueno que haz despertado, estábamos muy ansiosos - .

Me giré torpemente para observar de quien se trataba. Un chico fornido de piel morena me miraba entusiasmado. Charlie, su nombre era Charlie Beckendorf. Lo tenía de compañero en una de mis clases, hablábamos seguido, a veces nos sentábamos juntos en el almuerzo. ¿Que coño hacia aquí?. 

- Bien, será mejor que los desate - El muchacho miró a Annabeth y su sonrisa se desvane ció en un instante. Tragó saliva. - Les dejaré los brazos atados, sólo por seguridad - Ni bien desanudó la soga de nuestros pies, ambos nos paramos -. Síganme - 

Salimos hacia un pasillo donde no había ventanas, al igual que el cuarto en el que habíamos estado hacía solo unos segundos.  No encontraba forma de saber cuanto tiempo habíamos estado encerrados, ¿Alguien ya se habrá enterado de que no estábamos en nuestras habitaciones?¿Nos estarán buscando?. 

Las paredes eran blancas y estaban completamente vacías. Corredores y puertas se extendían hacia nuestros costados. Doblamos varias veces, traté de memorizar cualquier información que podría llegar a ayudarnos a escapar en un futuro. 

Doblamos en suficientes pasillos como para llegar a imaginar que este lugar medía lo que la escuela, y eso era decir mucho. Bien, puede que escapar sea más complicado de lo que pensaba. Al menos, no había visto a más personas además de nosotros. Si decidíamos correr, no habría nadie que nos detenga; aunque eso también podría significar que no hacían falta guardias, porque nunca encontraríamos la salida sin ellos. Tragué saliva. 

Choqué a Annabeth con delicadeza en el hombro y le hice señas para que dejara que Charlie se alejara un poco, tenía que hablarle, y tenía miedo de que nos separen cuando lleguemos a destino. Eso hizo. Sin dejar de caminar, me acerqué y le hablé de manera en la que solo ella escuchara.

Moví la cabeza hacia el muchacho.

- Lo conozco, voy con él a química ¿Por qué demonios querría secuestrarnos? - La miré, tenía su ceño fruncido.

- No lo sé ¿Crees que todo esto tenga que ver con que estuvimos a punto de interrogar a Grover y conseguir información? - No lo había pensado, pero ahora que lo decía, tenía mucho sentido.

- Estoy seguro de eso - Los tres desaceleramos el paso y nos detuvimos en una puerta de dos hojas.

Cuando pasamos la entrada la luz nos deslumbró, a diferencia de los corredores . El cuarto era grande, con paredes blancas igual que en los pasillos. A la derecha había una mesa en la que entraban fácilmente diez personas, a esta la cubrían papeles de todo tipo, al igual que en el primer lugar donde nos habían dejado. A lo lejos sillones se encontraban enfrentados con una gran televisor. A nuestra izquierda observé tres puertas; la del medio me llamó la atención, ya que esta estaba hecha de metal y a su lado tenía una pequeña pantalla que te invitaba a poner una contraseña. 

Charlie pasó por delante de nosotros y se apoyó contra la mesa con los brazos cruzados. Sonrió de lado cuando la tercer puerta comenzó abrirse. Grover salió de adentro. La ansiedad de siempre se había esfumado, se dirigió a nosotros con paso seguro y se detuvo a unos metros frente a nosotros.

- Les dije que cuando el momento llegara les contaríamos todo, ¿Que no pudieron esperar unos malditos días más? Tuvimos que apresurar todos los planes, arriesgamos mucho haciéndolo - Nos miró con desaprobación. ¿Acaso nos estaba dando una riña?. Lo miré incrédulo.

- Déjame ver si he entendido bien ¿Nos estas regañando por hacerles adelantar los planes de nuestro secuestro? - Di un paso adelante con enojo - Porque si hay alguien quien debe estar enojado, esos somos nosotros ¡Nos haz secuestrado maldito loco! - Estaba gritando.

Cuando había terminado de perder los estribos, Annabeth se me acercó y me habló al oído con un susurro apenas audible.

- Si quieres respuestas cálmate, sesos de algas - Le gruñí en respuesta. Sabía que tenía razón, pero todo esto me sacaba de quicio. Se alejó de mi y se acercó a Grover hasta quedar a unos pocos pasos. Me igualé a ella. - ¿Por qué nos trajeron aquí? - Preguntó con tranquilidad.

Grover sonrió de lado. Se nos acercó, sacó una daga de su bolsillo y nos desató. 

- Bien, será mejor que tomen asiento - Apuntó con el cuchillo hacia las sillas que estaban alrededor de la mesa - es una larga historia - Todos nos sentamos exceptuando a Beckendorf, que se puso contra la puerta de dos hojas detrás de nosotros.

- Habla de una vez - Le gruñí.

- Okay, ¿cuál es el recuerdo más antiguo que tienen? - Grover nos miró expectante.

- Tiene que ser una maldita broma - No podía creer lo que decía, ¿nos habían raptado y lo primero que se ocurría a él para explicarnos esto era esa maldita pregunta? Que le importaban a él mis memorias de la infancia, eran mías. Me giré para ver a Annabeth y noté que estaba completamente pálida mientras miraba a Grover con ojos llorosos. En ese momento Charlie se acercó con una navaja hacia ella y le cortó las cuerdas que ataban sus extremidades, lo mismo hizo conmigo. Instantáneamente me puse en frente de ella; cómo seguía en shock me agaché y coloqué mis manos sobre sus hombros - ¿Anne? ¿Qué sucede? - Me miró durante unos segundos y luego me abrazó. ¿Acaso estaba llorando? La acerqué más a mi y le contesté el abrazo.

No sabía que mierda estaba pasando, pero la llegaban a hacer sufrir y no saldrían vivos de aquí.

When you smile.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora