Capítulo 21

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Percy PoV:

Nos quedamos así por un momento, hasta que Annabeth se separó repentinamente de mi, se levantó y se acercó a Grover para abrazarlo. Él hizo lo mismo mientras sonreía.

Me senté en el piso y me quedé allí observando la escena, como de pronto ella se dirigía a repetir la acción con Charlie. No hablé, solo miré incrédulo. Quizá se trataba de una estrategia que luego me contaría, esperaba que fuera eso, porque cada vez entendía menos lo que estaba pasando a mi alrededor. 

Cuando Annabeth terminó su repentina escena de muestra de cariño irracional. Me miró sonriente, como esperando algo de mi. Al darse cuenta de que yo no comprendía lo que estaba pasando, se sentó en frente de mi y me miró emocionada. Me habló con dulzura.

- Percy, dime cuál es tu recuerdo más antiguo - Estaba por contestarle de forma muy poco agradable, ¿en serio se había unido a ellos?. Le respondí con un gruñido, mi frustración había alcanzado su tope máximo. Me miró con ojos suplicantes - Por favor - Susurró. ¿Pero que coño le pasaba? Hace diez minutos era imposible mantener una conversación sin que termine en una pelea, ¿y ahora me hablaba como la persona tierna de la historia?.

Como sea, pensé en lo que me había preguntado. La primer memoria que recordé fue un día de playa con mi madre. Eran las primeras vacaciones que habíamos tenido, y ella se había pasado dos años guardando cada propina que le daban en el trabajo para poder ir allí. Me acuerdo de lo emocionado que me sentía, era la primera vez que mi mamá me llevaba a la playa. Lo primero que hice al llegar fue correr hacia el agua mientras me sacaba la ropa, para así quedar en malla, y meterme de lleno en el mar. Recuerdo la risa de mi madre mientras me observaba nadar. Pensar en eso me tranquilizó, pero fue lo único que provocó; no me dieron ganas de abrazar a mis captores y ni siquiera disminuyó mi frustración.

- Mi primer recuerdo son mis primeras vacaciones en la playa - Mi voz se asemejaba a un gruñido - Lo preguntaré una vez más, ¿Que mierda haces? - Por un corto momento me miró con confusión y con un poco de tristeza. Pero en segundos se recompuso, sus ojos ahora reflejaban firmeza. Se levantó y se giró hacia nuestros captores.

- ¿Por qué no recuerda? - Preguntó.

- ¿Qué es lo que no recuerdo? - Me paré con ella.

- Sabíamos que con él podía no funcionar - Grover le respondió.

- ¿Qué es lo que no funciona en mi? - Los tres me miraron, y luego se observaron entre ellos otra vez.

- ¿Pero entonces que podemos hacer? - ¿Acaso me estaban ignorando? Lancé una risa irónica, me giré hacia la puerta por la que habíamos entrado y me fui de allí. Estaban locos, todos estaban malditamente locos. Comencé a correr cuando escuché que me seguían.

La rabia me consumió por completo. Quería salir de allí, me arrepentía del día en que decidí hacer una tregua con Annabeth para investigar. Maldecía el día en que había llegado a esta escuela y la había conocido. Con ella habían empezado los problemas. 

Cuando me aseguré de haberlos perdido, me detuve. No sabía donde me encontraba. Caminé hacia un cuarto que se encontraba a mi derecha, la puerta estaba abierta; si había alguien adentro lo amenazaría para que me diga por donde era la salida. Estaba oscuro, así que no podía ver lo que había en la habitación. Me escondí allí y esperé hasta que alguien entre para proseguir con mi plan.

Me senté contra la pared al lado de la entrada. Me puse las piernas contra el pecho y apoyé mi cabeza sobre mis rodillas. Quería llorar y destruir todo a mi paso. Annabeth parecía ser una de ellos, así que estaba sólo. No podía ponerme mal, tenía que salir de allí y no lograría nada si me deprimía en este momento. Cuando salga de aquí me entristecería todo lo que quiera.

Me levanté y esperé a que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad. Necesitaba un arma con la que amenazar a la persona. Por lo que podía ver, en el fondo del cuarto había un taller de herramientas. Miré en la esquinas del cuarto para revisar por si había cámaras, una de ellas me apuntaba directamente. Me agaché y gateé hasta ponerme abajo del una mesa de metal. Tanteé en el suelo, de seguro me habían visto y se dirigían hacia acá, necesitaba algo con lo que defenderme. Me estaba comenzando a desesperar cuando de repente toco algo de metal, lo tomé. Era una llave inglesa que medía aproximadamente lo que mi antebrazo, me serviría. 

Escuché que alguien entraba. Agudicé la vista, buscaba algo en la pared, el interruptor de la luz suponía. Era el momento. Me acerqué rápidamente a él, pero en el instante en el que la luz se prendió, me detuve en seco y la llave se resbaló de mi mano. Leo me miraba pálido. Nos quedamos allí parados hasta que escuché que voces se nos acercaban. Jason y Frank se aparecieron por detrás. Imitaron a Leo y se quedaron allí. Mi voz se asemejaba a un gruñido.

- Sáquenme de aquí o juro que se arrepentirán - Jason dio un paso hacia mi y amagó a decir algo. Tomé su brazo y se lo torcí contra la espalda. Gimió por el dolor - Hablo malditamente en serio - La alarma se encendió en el rostro de los otros dos chicos.

- Bien! Solo cálmate un momento, no es lo que parece - Retorcí aún más su brazo - Te mostraremos la salida - Frank estaba gritando. - Pero tienes que soltarlo, es tu maldito primo - Me reí con ironía, él no había pensado en eso cuando se unió a una banda de secuestradores para capturarme. 

Le iba a responder cuando Annabeth y Grover emergieron de la entrada. Los ojos del chico se abrieron alarmantes, mientras que Annabeth frunció el ceño y se acercó a mi con paso decidido. 

- Suéltalo, sabes que no soportarías hacerle daño - Su tono era tranquilo. Grité de frustración mientras soltaba a Jason y lo empujaba hacia adelante, tenía razón. Suspiró.

- Déjennos solos, yo me encargo - Dijo en alto, mientras me observaba sentarme contra la pata de la mesa. Estaba mareado y la cicatriz me había empezado a arder. El frío del metal calmó mi dolor ligeramente. Me observó intrigada.Cuando todos se fueron, Annabeth se acercó a un lavabo que había en la habitación y llenó un vaso de agua - Toma, te hará sentir mejor - Luego de eso, se sentó a mi lado. 

- ¿Por qué hay un lavatorio en un taller de herramientas? - Tenía razón, definitivamente me hizo sentir mejor. Sonrió con sutileza.

- Casi todos los cuartos cuentan con uno, si hay una emergencia y debes encerrarte en alguno de los cuartos, tienes agua con la que abastecerte - 

- ¿Y cómo es que de repente sabes todo eso? - Apoyé la cabeza contra la mesa, estaba cansado de buscar respuestas. Suspiró y sentó en frente mio. Me enderecé para poder mirarla.

- Cuando Grover preguntó sobre mi primer memoria, ¿sabes lo que recordé? - Negué - A mi padre siendo soltero y llevándome al preescolar - Me mostré inexpresivo -, mi padre está casado con mi madre desde antes que yo naciera - Fruncí el ceño - O eso es lo que me hicieron creer - 



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⏰ Última actualización: Aug 30, 2018 ⏰

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