Poco antes de que la Villian aterrizara en el puerto de Amatista, la nave comercial que llevaba a bordo a Jake Griffin y a su hija había llegado al mismo lugar. Al parecer el antiguo Rey tuvo la necesidad de buscar entre los suburbios a mercenarios dispuestos a luchar en la guerra que pretendía emprender, sus hombres, aunque leales a su corona erradicada, eran demasiado pocos para enfrentarse al ejército imperial.
Dando instrucciones precisas a la piloto de que cuidara de su hija mientras estaba en tierra, Jake besó la frente de la joven muchacha con afecto, prometiéndole que regresaría pronto y haciéndole prometer que no abandonaría el vehículo bajo ningún concepto, no quería que Clarke saliera herida y el puerto de Amatista era famosa por las reyertas de borrachos y por la poca humanidad de los hombres que lo transitaban.
Clarke vio a su padre desaparecer con su séquito y suspiró, desde que habían huido de su planeta natal vivía en esa nave, encerrada y sin pisar tierra, extremadamente protegida por su progenitor ya que este no se había recuperado de la muerte de su madre.
Cuando se quedaba sola, en compañía de la joven piloto y capitana de esa nave que los había recogido, su mente volaba a Cygnus, a los últimos días, los incendios y los llantos, a la risa sarcástica de la tirana mientras su padre la apremiaba a huir, su planeta natal había sido reducido a cenizas y solo ellos junto a unos pocos hombres habían sobrevivido a la masacre. Su única entretención era mirar tierra firme a través de las ventanas del vehículo, o de las compuertas cuando estas se abrían, igual que en aquel planeta árido y asfixiante donde su padre había recogido el armamento.
No supo cuánto tiempo había pasado desde que su padre se marchó, cuando movimientos extraños en el puerto llamaron su atención, hombres aparentemente corrientes observando demasiado la nave en la que se hallaba. Quizás no era nada y su mente le estaba jugando una mala pasada pero una sensación de alarma desagradable se alojó en su estómago y no pudo desecharla.
A pesar de no tener mucha confianza en la joven capitana, decidió exponerle sus temores para exteriorizarlos, quizás si ella le aseguraba que todo estaba bien la sensación de ahogo desaparecería. La muchacha, de cabellos oscuros recogidos bajo una gorra de oficial y uniforme de comerciante, de ojos marrom claro, rasgos latinos y sonrisa bonachona, estaba concentrada en el panel de mandos cuando la princesa llamó su atención posando la mano sobre su hombro.
-Capitana creo que nos están vigilando
-Princesa, creo que aun estáis asustada por lo acontecido en vuestro planeta, aquí estamos a salvo
-Me quedaría más tranquila si lo vieseis vos con vuestros propios ojos, por favor
La capitana suspiró resignada y se levantó, siguiendo con parsimonia a Clarke esperando ver a qué clase de fantasma se enfrentaba. Observó con detenimiento los hombres que la princesa le señaló y tuvo que admitir que eran inquietantes, fingiendo que no observaban la nave cuando en realidad no le quitaban ojo de encima, comunicándose sutilmente entre ellos. Con pesar tuvo que reconocer que Clarke tenía razón y que posiblemente estuvieran en peligro.
Intentó comunicarse con sus hombres en tierra pero estos no respondían así que tuvo que tomar una decisión, se le había encomendado la protección de la princesa y ahora mismo no estaba segura a bordo de la Nimbus 91. Intentando no preocuparla tomó su mano y la condujo a la trampilla por donde salían los desechos cuando estaban surcando el espacio.
-Vamos princesa, nos vamos a dar un paseo
-Pero padre dijo que...
-Tu padre te dejó bajo mi protección y bajo mis órdenes, nos vamos
Sin dejarle reaccionar, abrió la trampilla y la obligó a descender, saliendo tras ella y alejándose de las miradas de aquellos hombres que vigilaban su embarcación. Fueron alejándose, bordeando las naves que estaban ahí reposando, cuando una gran explosión resonó en todo el puerto. Miraron atrás horrorizadas puesto que la Nimbus 91 había sido reducida a cenizas.

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Villian
FanfictionAdaptación Clexa de un fic Swanqueen también escrito por mi AU ScyFi. Lexa se gana la vida haciendo contrabando por toda la Galaxia, huyendo del Imperio tiránico que domina el mundo. En uno de los puertos una polizón cambiará para siempre su vida.