Villian

Tres soles

La confusión dominó la plaza en un instante, la arena desperdigada consiguió cegarla cuando notó como la agarraban con fuerza y la separaban de su Lexa. Quiso gritar, lo intentó, mas cuando la nube de polvo se disipó, vio a su capitana mirándola con el rostro congestionado, con una mueca de horror y el pánico en sus ojos verdes. Intentó escaparse, estiró su brazo hacía ella, como si ese gesto pudiese liberarla, intentando llegar a los brazos de Lexa otra vez, cuando la vio empuñar su arma con furia y, acto seguido, caer al suelo tras recibir un golpe en la cabeza. Sus gritos de angustia fueron amortiguados con una mordaza y un saco en su cabeza, impidiéndole ver la escena que se desarrollaba ante sus ojos, impidiéndole saber qué había sido de Lexa.

La arrastraron con fuerza durante unos minutos, no supo exactamente cuánto tiempo, solo que el suelo bajo sus pies cambió de la tierra rojiza de Amatista al frío metal, estaba entrando en una nave, iban a alejarla de Lexa y jamás había sentido tanto miedo. Vagando por pasillos, derecha a izquierda, como en un laberinto, finalmente la arrojaron sin cuidado contra el suelo, arrebatándole el saco de su cabeza y deslumbrándola unos instantes. Cuando pudo enfocar y ver con claridad, descubrió que estaba en una celda, en las entrañas de una nave enemiga. Sus captores cerraron la puerta echando la llave sin dignarse a dirigirle la palabra, por el emblema que portaban supo que había caído en manos de la Emperatriz y un escalofrío recorrió su espalda, el pánico bailaba en sus venas, solo podía pensar en Lexa, no sabía cuál había sido su destino, quizás estuviese en otra celda como ella, quizás ambas habían caído presas del diablo, quizás ambas acabarían muertas.

Se encogió en un rincón con las lágrimas descendiendo por sus mejillas, las dudas invadían su mente... ¿Por qué la habían apresado? ¿Qué quería de ella la Emperatriz? ¿Por qué no las habían matado en Amatista? ¿Qué había sido de Lexa?

Fuese como fuese conocía a la castaña, sabía que movería cada rincón del Universo en su busca, estaba convencida de ello. Debía ser fuerte por ella, esperarla, no decaer, se mantendría firme esperando a que su Capitana fuese en su busca.

La oscuridad más absoluta, un ligero zumbido en sus oídos y un fuerte dolor de cabeza, poco a poco, Lexa fue volviendo a la consciencia intentando averiguar qué había sucedido, porqué le dolía tanto todo el cuerpo, porque estaba todo negro... De pronto el recuerdo de Clarke en manos de los hombres de la Emperatriz la asaltó y abrió los ojos en el acto, intentando incorporarse y sintiéndose mareada de inmediato. Enfocó como pudo y se dio cuenta de que estaba bajo tierra, en una cama improvisada, sin recordar cómo había llegado ahí y sin reconocer el lugar, hasta que Octavia Blake entró por la puerta, el estruendo de la bandeja de metal que portaba contra el suelo al caerse esta debido a la sorpresa de verla despierta, provocó un dolor agudo en la parte trasera de su cabeza y un gemido ahogado. Lexa la miró, en sus ojos demasiadas preguntas sin respuesta.

-¿Cómo he llegado aquí Octavia? ¿Qué ha pasado? ¿Y Clarke?

-Uno de mis hombres os seguía de lejos, su misión era vigilar que llegabas bien a la Villian, no esperábamos que los hombres de la Emperatriz os atacaran, no estábamos preparado...

-¿Dónde está Clarke?

-Se la han llevado Lexa, ella era su objetivo, a ti simplemente te neutralizaron pero te dejaron en la plaza, mi hombre de confianza te trajo hasta aquí... Lexa ¿Por qué la Emperatriz quería a Clarle? ¿Quién es ella?

-Es solo una princesa sin reino, la última de los Griffin... Nadie sabía que seguía con vida y antes de bajar de la Villian la disfracé para que nadie pudiese reconocerla

-Pues ellos sabían quién era, era su objetivo, la seguían a ella y no a ti

-Eso solo puede significar que...