Amo amanecer contigo [TERMINADA]

Capitulo 2

Regresemos un poco al pasado (solo un poco)

19 de octubre de 1993.

Narra vera
Salón 302, un año más en la universidad, me habían gustado mucho las vacaciones, comida para toda la familia, idas a la playa, paseos por los más hermosos Valles, ¡fue algo fantástico! lástima que duró tan poco tiempo.

(¡Vera!)...escucho como me gritan a lo lejos, volteo y es él....."ash, ¡como lo odio!"

—¡vera necesito hablar contigo, he esperado todas las vacaciones para hacerlo!

—A ver Sebastián...!¿qué parte no entiendes de que no te quiero volver a ver?!

—por favor, te pido que arreglemos las cosas!

—No! ¡Ya te dije que no! ¿No lo puedes entender?

—no...¡porque yo te amo vera!

—¿cómo puedes decir que me amas después de que me engañaste con otra?

—vera....¡ya te pedí perdón!

—El perdón no es suficiente para mí, ¡yo quiero hechos!, y mi decisión a sido ¡no volver a verte en mi vida! Así que con permiso....¡adiós!

—¡¡¡vera!!!—seguí caminando sin voltear atrás.

Sebastián fue mi tercer novio en la vida, mi primer amor por así decirlo. Él era mi todo, mi mundo, mi adoración, mi ilusión; pero al muy idiota lo encontré con una de mis amigas teniendo relaciones y ahora el imbecil quería que lo perdonara y que regresáramos ¡como si nada hubiera pasado!, mi decisión era dejarlo y no volver a enamorarme por lo menos en un muy buen tiempo.

***

Terminaron las clases, con mis amigos, las materias, los profesores...se me hizo más fácil el día. Me era muy difícil no acordarme de Sebastián, no era nada fácil no recordar esos momentos que la pasamos bien, cuando me compraba regalos, sus besos, sus caricias, no puedo negar que cuando estábamos juntos nos la pasábamos excelente. Pero en fin, me tenía que enfocar en olvidar y solo dejarlo como en un recuerdo del pasado.

Salí de la escuela y me dirigí al estacionamiento, sin darme cuenta por el enorme susto que me cargue, se apareció un tipo, traía un arma, no podía escuchar lo que me decía, estaba apánicada, solo le daba mis cosas, como el celular, el dinero...pero al parecer eso no fue suficiente, me tenía toda paralizada, que ni cuenta me di de que me agarro la cintura y me besaba el cuello, prácticamente me quería violar.

En eso no me pude ni fijar quién era, pero escuchaba como golpeaban al tipo que me quería violar y asaltar, no quería abrir los ojos, solo escuchaba cada golpe, hasta que ya no se escuchó nada. Abrí poco a poco los ojos, en el piso vi al tipo, yo traía una cara de terror.

—¿Estás bien?—me dijo el joven que me salvó.

—si estoy bien...—me agaché para tomar mis cosas.

—déjame ayudarte—se agachó también y nos miramos frente a frente, mis ojos clavados en los suyos, unos ojos que me dejaban hipnotizada, con un rostro como de revista, como si fuera artista, tuve una sensación que nunca había sentido, algo que no podía explicar.

—¡muchas gracias! Enserio ¡gracias, gracias!

—si no te preocupes, ¿como te llamas?

—ehhhh....

—está bien, si no me quieres decir no hay problema...

—me llamo vera farmiga.

—¿vinka flaminka?—se estaba riendo.

—pudiste salvarme la vida, pero ya veo que eres igual que todos ¡un imbecil!

—¡No! No...¡perdón, tienes razón! Soy un imbecil, pero un imbecil por quedarme paralizado con una mujer tan hermosa como tú.

—¡ay ya cállate, que me vas a sonrojar!—me reí.

—¿ves? estando feliz, ¡te ves más hermosa!

—¿y tú cómo te llamas?

—oh si, ¡perdón!, soy Patrick Wilson.

—bien Wilson, mucho gusto.

—no me digas Wilson, dime Patrick.

—te diré Wilson cuando esté enojada contigo.

—¿y....porque estás enojada conmigo ahorita?

—por idiota!-me seguía riendo.

—¡ay ya! ¡No seas así!

—bueno....¿y...donde estudias, que estudias, cuantos años tienes?

—ehh...parece interrogatorio, pero solo te voy a contestar porque me gustas demasiado. Tengo 20 años, estudió actuación y justamente en esta escuela.

—¿Enserio?! ¿Como es que no me di cuenta antes?

—no lose, pero créeme que si te hubiese conocido antes, te hubiera invitado a salir...

—¿tanto te gusto?

—mmm, más o menos....—se rió.

—¡que payaso! Ya me voy...

—no, no, ¡espera, si, si me gustas demasiado, ya te lo dije!

—eres muy directo...

—siempre he sido así...¿que te parece si para conocernos más, vamos por un helado y te cuento?

—¿un helado? Ya no tengo 15 años jaja.

—bueno, entonces la invito a comer señorita Farmiga...

—no lose...

—¡vamos! Piensa que es una forma de agradecimiento por haberte salvado.

—bueno está bien, ¡vamos!—me pidió que tomará su brazo, así que lo hice y nos fuimos al restaurante.

De verdad había sido una sensación que nunca había sentido antes...