CAPÍTULO 2

1.8K 119 7
                                    

Hoy es domingo y como casi todos los domingos Kimi y yo estamos en nuestra cafetería favorita, yo estoy tomando un batido de fresa, plátano y frutos rojos (mi favorito) y Kimi un café.
-Kimi, sé que te lo he dicho millones de veces, pero pareces un ghoul tomando café.
-(Ríe) Lo sé, pero ya sabes que me gusta mucho.
-Y ahí está el truco de que siempre aguantes hasta las tantas estudiando.
-Exacto.
Ambas reímos y continuamos hablando.
-Bueno, dime, ¿piensas declararte a Yamato?
-¿Ya estamos con la misma pregunta de siempre? Sabes la respuesta.
-Vas a tener ochenta años y sigues sin declararte.
-Y tú tendrás cien y seguirás con la misma pregunta.
-Ahí le has dado.
Las dos reímos de nuevo. Entre nosotras rara vez hay conversaciones serias.
-Bueno, cambiando de tema. ¿Estás nerviosa por el trasplante?
-No, al fin y al cabo solo es ponerme un hígado nuevo, no voy a convertirme en un ghoul ni nada.
-¿Y si fuera así?
-Kimi por favor, tú misma sabes mejor que nadie que eso es imposible.
-Lo sé, solo quería saber tu respuesta.
-Pues no estaría mal, sabes que me apasiona ese mundillo ghoul.
-Ya (sonríe).
-Cambiemos de tema que hablar de órganos va a hacer que vomite el batido y no quiero. Hablemos de ti, ¿piensas unirte al club de teatro? En un mes ya estará listo.
-Pues no lo sé, lo he pensado pero no sé si tendré tiempo.
-Tienes que unirte, serías una incorporación de primera.
-Ya, pero quiero pensarlo.
-Tómate tu tiempo, pero trata de no llegar a los veinte sin haber decidido.
-(Ríe) Tranquila, lo decidiré mucho antes.
-Perfecto.
Reímos otra vez y continuamos contándonos cosas y demás.

Al cabo de unas horas en la cafetería, salimos a dar una vuelta por ahí. Llegamos al parque y nos tumbamos en la hierba.
-Me encanta tumbarme aquí, es súper relajante.
-Pues sí, Tokio está lleno de gente, es sorprenderte que pueda haber lugares tan tranquilos como este.
-El pueblo donde vivías de pequeña era tranquilo, ¿verdad?
-Ni te lo imaginas. Llegar aquí fue un cambio enorme, suerte que me ayudaste a llegar a casa.
-Yo llevo toda la vida aquí, no me costó nada saber donde estaba tu casa con las indicaciones que me diste.
Siempre que venimos aquí nos da por recordar viejos tiempos. En es momento Kimi empieza a reír.
-¿Qué ocurre?
-Nada, es sólo que me estoy acordando de cuando nos caímos al agua.
-Fue muy gracioso.
Yo también río ante ese recuerdo.

Tras un buen rato recordando viejos tiempos nos vamos cada una a nuestra casa, al entrar voy a la cocina, donde mi madre estaba fregando unos platos.
-Hola mamá, ¿te ayudo?
-Hola cielo. No, no hace falta. Hay zumo de naranja en la nevera, sírvete un vaso y llévale otro a tu hermano.
-Vale.
Asiento y abro la nevera, saco el zumo, cojo un par de vasos y echo zumo en ellos, después lo meto en la nevera de nuevo y me voy al cuarto de mi hermano. Cuando llego entro y le dejo un vaso en la mesa.
-Hola. Te dejo un vaso de zumo ahí.
-Gracias Hikari. Mira, ya casi me he pasado este videojuego.
-Si es que eres un crack enano.
Pongo la mano en la cabeza de Hiroki y le revuelvo el pelo.
-No me llames enano, sólo nos llevamos dos años.
-Lo sé, pero te seguiré llamando enano aunque tengas veinte años.
-¿Seguirás ahí cuando yo tenga esa edad?
-¿A qué viene eso? Por supuesto que sí.
-Es que como tienes esa enfermedad pues me preocupa que no vayas a estar...
-No digas eso Hiroki, ya sabes que en unos días me harán el trasplante y estaré como nueva.
-¿Saldrá bien?
-Pues claro. Anda, ven aquí.
Le doy un abrazo a Hiroki. Siempre nos preocupamos mucho el uno por el otro, yo creo que le asusta más el  trasplante a él que a mí, pero yo estoy segura de que saldrá bien.
Poco a poco nos separamos y mantengo mis manos en sus hombros.
-Tú no te preocupes que voy a estar bien, ahora deja que te ayude a pasar ese videojuego.
Hiroki asiente, me sonríe y ambos nos ponemos a jugar.

Una hora después Hiroki y yo conseguimos pasarnos el videojuego.
-¡Listo! ¡Bien hecho enano, choca!
Chocamos los cinco y me tumbo en el suelo.
-En mi vida había jugado una hora seguida tan intensamente.
-Pero has visto Tokyo Ghoul más de tres horas seguidas.
-Exacto, y tú conmigo.
-El finde que viene maratón.
-Me gusta ese plan.
Chocamos los puños, en ese momento mi madre entra en la habitación.
-Chicos, el baño está listo, ¿quién entra primero?
-Hikari. Yo tengo que organizar unas cosas.
-De acuerdo, pues ya puedes entrar, hija.
Asiento y salgo de la habitación de mi hermano para ir a la mía. Cojo mi pijama y demás y me voy al baño, cuando entro echo el pestillo como de costumbre, me desvisto y entro a la bañera. Mi madre tiene la costumbre de poner el agua muy caliente y con muchas sales lo cual es de lo más relajante, solo falta una cosa.
Saco las manos del agua, me seco con una toalla y cojo el móvil para después poner la canción de Tokyo Ghoul, me gustaría ponerla a todo volumen, pero aquí hay mucho eco.
Ahora sí que es un baño perfecto.

Tras un buen rato en el baño salgo y me voy a mi cuarto a dejar el móvil, después voy a la cocina a ayudar a mi madre con la cena mientras que Hiroki se baña.
-¿Estás nerviosa? Pasado mañana te ingresan y ya al día siguiente por fin te harán el trasplante.
-Pues la verdad es que no sé como estoy, no creo que salga nada mal, además que ya estoy acostumbrada a los hospitales.
-Tú no te preocupes por nada porque vamos a estar ahí contigo.
-Lo sé mamá.
Mi madre sonríe y continuamos con la cena.
Tras un rato Hiroki sale del baño y se pone a ayudarnos a mi madre y a mí, justo llega mi padre.
-Hola familia.
Los tres nos vamos a saludar a papá.
-¿Qué tal chicos?
-Muy bien, Hikari me a ayudado a pasarme un videojuego.
-Que bien (sonríe).
Mi madre nos sonríe.
-La cena ya casi va a estar, id poniendo la mesa.
Hiroki y yo asentimos y nos llevamos las cosas para colocarlas. Mientras mi padre se quita el uniforme del trabajo, es una pena que haya tenido que trabajar hoy domingo, pero es lo que hay si trabajas en una empresa tan ajetreada como la suya, al menos tenemos unas cuantas horas antes de irnos a dormir para estar con él.
Cuando ya está todo listo nos sentamos en la mesa y nos ponemos a cenar, hay estofado de carne, uno de mis platos favoritos.
-Siempre tan rico todo.
-Gracias cariño (sonríe). Aunque con la ayuda de Hikari e Hiroki sabe mucho mejor.
Mi hermano y yo nos miramos sonriendo, continuamos comiendo y contando cosas del día. Me encantan las cenas en familia.

¿Yo un ghoul?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora