CAPÍTULO 41

395 49 3
                                    

Tras el beso, Ichiro y yo nos separamos lentamente pero dejamos nuestras frentes apoyadas mientras él sigue sosteniendo mi cara y yo sus brazos.
-Lo conseguí, primer beso.
-(Río) ¿De verdad que todo esto acaba de pasar?
-Curioso, ¿no?
-Pues sí, me ha sorprendido oirte escuchar mi nombre.
-¿Y todo lo demás qué?
-También, no ha estado nada mal.
Ichiro ríe.
-No tengo palabras para describirte... -¿Y eso me lo tomo como algo bueno o malo? Porque la última vez no encontrabas adjetivo para describirme del odio que me tenías.
-(Río) Esto lo digo con buena intención.
Ichiro también ríe y después ambos nos levantamos del suelo. Antes de poder separarnos, él me abraza fuertemente.
-Ahora sí que tienes que irte, ni de broma vas a quedarte un minuto más aquí.
-Pero...
-Hikari... Por favor...
Me separo un poco de él.
-¿Y tú qué...? Mi vida ha cambiado tanto desde aquel trasplante que no quiero que siga cambiando...
Ichiro levanta mi barbilla con su dedo índice suavemente para que le mire.
-Voy a estar bien, te recuerdo que tengo un motivo para volver.
Le doy una sonrisa y él me abraza de nuevo mientras apoya su barbilla en mi cabeza.
-Debo de estar más roja que un tomate...
-(Ríe) Te sienta bien el rojo.
Río yo también y después nos separamos, él pone un pelo detrás de mi oreja y deja su mano en mi mejilla.
-Ahora vete. Prometo volver.
Asiento con una leve sonrisa y nos separamos del todo. Él se pone la máscara y se va de nuevo dentro del edificio. No sé como me siento. Ichiro es... Pf, no tengo palabras, pero esta vez es por un muy buen motivo...
Retrocedo unos pasos hacia atrás pero noto que choco con algo, me doy la vuelta y veo a un hombre. Antes de que pueda defenderme me da un golpe en la cabeza con un trozo de metal y todo se empieza a volver negro...

...
¿Dónde...? ¿Dónde estoy...? Solo recuerdo verlo todo negro y... ¡El hombre! ¡Ese hombre! Me dio con una tubería de hierro en la cabeza.
Tengo que irme ya.
En ese momento intento moverme pero veo que estoy atada con cadenas a una silla en medio de una gran sala negra y blanca. Genial... ¿Acaso ese tío también es fan de Tokyo Ghoul?
Pues no pienso ser su Kaneki.
En ese instante la puerta se abre y entra el hombre. Le miro fijamente y le reconozco en seguida. Es el hombre que vi cuando le llevé la comida a mi padre al trabajo aquel día.
-Vaya, ¿qué tal la siesta?
-Divinamente, ahora déjame irme o sino...
-¿O sino qué?
El hombre saca de una maleta un Quinque enorme. Después empieza a caminar en donde estaba.
-Eres un ejemplar muy especial... De un solo ojo debido a un trasplante de hígado...
-¿Y eso como lo sabes?
-Un mago no revela sus trucos, pero me llamaste la atención aquel día, supe que eras un ghoul al instante, pero no imaginé que tan especial. ¿Cómo sientes el dolor? ¿Igual que el resto? ¿Más intenso? ¿Menos? ¿Cómo es tu kagune? ¿Acaso tienes uno?
-Pues...
-No, no hace falta que respondas, me gustan los misterios y mucho más resolverlos.
El hombre con una sonrisa de lo más siniestra se acerca a mí con el Quinque y me atraviesa el hombro que ya estaba casi curado. Yo aguanto las ganas de soltar un grito.
-Vaya, cuanta resistencia. Dime, Hikari, ¿cuánto eres capaz de resistir? Iba a responder pero de nuevo, él clava el Quinque en mi otro hombro pero yo sigo callada mientras aprieto los puños.
-Veo que un Quinque no es suficiente.
El hombre abre la maleta de nuevo y saca una enorme navaja.
En sus ojos se podía ver la locura. Hikari, aguanta, encuentra un modo de huir... Tienes que irte...
-Veamos con esto...
El hombre pega un corte en mi abdomen justo donde tengo la cicatriz del trasplante. A través de la raja de la camiseta puedo ver la sangre fluir pero aún así sigo en silencio apretando los puños.
El hombre en ese momento y sin que yo pudiera verlo venir arranca con la navaja un pedazo de piel de mi abdomen lo cual me hace soltar un tremendo grito.
-No tienes tanta resistencia como parece.
El hombre tira de una cadena soltándome de la silla y haciendo que caiga al suelo. Noto como la enorme navaja raja la piel de mi espalda profundamente. Yo grito constantemente.
-Hace siglos que no me sentía tan bien descuartizando a un ghoul. El que más resistencia opuso fue Ichiro. ¿Tienes ganas de verle? Pues lamento decirte que no será posible. Mis hombres ya habrán acabado con él y con el resto y si no es así da igual porque yo acabaré contigo primero.
Ichiro... Ichiro... Ichiro... Él es su padre... Este hombre es su padre... Resulta que sigue siendo miembro de la ABG... Y es el jefe...
-Hikari, ¿acaso crees que merece la pena seguir en este mundo? Tú no eres un ghoul y tampoco un humano, ¿qué eres? ¿Qué eres Hikari? Yo te lo diré... Un monstruo... Una aberración... Incluso en tu piel se puede ver...
El hombre sigue haciéndome profundos cortes y yo no puedo evitar llorar...
Por un momento todo para... ¿Qué ocurre?
Miro un poco de reojo y puedo ver que el hombre tenía otro Quinque pero muchísimo más grande.
-Esto se pone interesante. ¿Un cuarto de carne mixta?
El hombre saca una gran cuchilla del Quinque y arranca piel de mi espalda. Yo no puedo parar de gritar y llorar mientras me rodeaba un charco de mi propia sangre.
-¿Sabes cuál es ahora mi carne favorita? La carne mixta. Nada como la mezcla de ghoul y humano para divertirse. Gracias por este gran placer.
El hombre seguía cortando mi piel con sus instrumentos y yo no podía ni tan siquiera moverme... Pero tengo que aguantar... Por mi familia, por Kaisaki, por Ichiro... Tengo que aguantar... No puedo rendirme... Ichiro tampoco lo hizo... Tengo que pensar en algo... Algún plan... Necesito escapar... No lo puedo soportar... A cada corte me quedo más y más débil... No puedo aguantar... Todo se vuelve negro de nuevo... Otra... Vez...

¿Yo un ghoul?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora