¿Yo un ghoul?

CAPÍTULO 15

Al día siguiente me levanto a las nueve. Hiroki ya se habrá ido a clase y papá a trabajar, supongo que mamá estará preparándome el desayuno, así que tengo que ingeniármelas para no comérmelo.
En ese momento llaman a la puerta de mi cuarto y después se abre. Es mi madre y efectivamente, trae el desayuno.
-Buenos días cielo, ¿qué tal?
-Buenos días mamá. Bien, estoy bien.
-Me alegro (sonríe). Bueno, te dejo aquí el desayuno.
-Gracias.
Mi madre se va y yo me quedo mirando la bandeja. No voy a comérmelo pero el...
¡El ojo! Genial, justo ahora... ¿Y qué se supone que voy a hacer? Ya sé.
-¡Mamá!
-¡Dime hija!
-¿Puedes traerme una taza de café?
-¡Claro, ahora subo!
Suspiro aliviada y me voy rápidamente al baño antes de que mi madre suba de nuevo a mi cuarto.
Al entrar en el baño me miro al espejo, no me gusta ver el ojo, es señal de que tengo que comer.
-Hikari, te dejo el café en la bandeja.
-Vale mamá.
Cuando los pasos de mi madre se alejan yo salgo del baño y me meto a mi cuarto a toda prisa. Nada más llegar cojo el café y bebo un sorbo. Es lo único con lo que no vomito. Ojalá pudiera sobrevivir a base de esto...
Miro el desayuno, me bebo el resto del café de un sorbo y después cojo la bandeja. Me meto al baño de nuevo y tiro la comida por el retrete. Es la única forma de que mi madre no sospeche. Tiro de la cadena, me miro el espejo y veo como el ojo desaparece. Suelto un suspiro de alivio y vuelvo a mi cuarto. Dejo la bandeja en la mesita y me tumbo en la cama. Necesito comer algo... Algo de carne... Carne humana... Pero no puedo hacerlo, no puedo comerme a una persona inocente.
En ese momento la puerta se abre de nuevo y entra mi madre.
-Vaya, que rápido te lo has comido todo.
-Eh... Sí... Tenía hambre...
-Me alegro (sonríe). Te dejo descansar, si necesitas algo avísame.
Asiento y mi madre se va con la bandeja. Quiero que sean ya las doce para descubrir por qué quieren verme en el callejón, pero a la vez tengo miedo... Va a ser una mañana muy larga...

¡Por fin! Solo faltan quince minutos para las doce. Yo he salido ya de casa (por supuesto con la capucha puesta) para llegar a tiempo. Llevo toda la mañana pensando en lo que va a suceder, estoy muy nerviosa. Espero que Ichiro no intente matarme por tercera vez...

Llego al callejón y me quedo parada en frente. ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Entro o...? Un momento... Oigo pasos...
Me quedo completamente quieta y poco a poco veo una sombra acercarse, cuando llega a la luz veo que es el hombre de ayer.
-Vaya, que puntual eres.
-Ho-hola...
-(Sonríe) Sígueme.
Asiento y sigo al hombre. Está todo bastante oscuro y he de reconocer que me da miedo estar por aquí...
En ese momento el hombre se para frente al montón de cajas el cual utilicé para escapar de Ichiro la primera vez.
-Mira atentamente.
Asiento y veo como el hombre aparta las cajas (las cuales son más pesadas de lo que parecen), al apartarlas se pueden ver unas escaleras.
-Es muy importante que recuerdes este lugar.
-Sí.
-Bien, pues entremos.
El hombre me hace una señal para que entre y yo bajo las escaleras, después el hombre baja también y pone las cajas donde estaban.
-Recuerda también dejar las cajas en su lugar.
Asiento y continuamos caminando. Después llegamos a una puerta y el hombre escribe algo en un panel.
-Esta puerta solo se abre con una contraseña. Recuérdala, es "Kaisaki".
Asiento. Veo como la puerta se abre y deja ver una especie de sala bastante acogedora con sofás, una mesa, una lámpara colgante y unas cuantas estanterías con muchos libros, una radio y varios jarrones los cuales tenían unas rosas blancas. Yo miro el lugar asombrada, es como una casa pero bajo tierra.
-Siéntate.
Asiento y me voy a uno de los sofás, miro a mi alrededor. En las paredes hay marcos con fotos en las cuales estaban el hombre, Ichiro en algunas y varias personas más que supongo que también serán ghouls. Hay también un par de pasillos a ambos lados de la sala, es un lugar que aunque no lo parezca es bastante grande.
Al rato sale el hombre por uno de los pasillos acompañado de Ichiro, otro chico y un par de chicas. Son también muy jóvenes. Todos me miran sonrientes excepto Ichiro que me mira como lo ha hecho desde la primera vez.
-Bueno, pues bienvenida. Yo soy Akiyama Yamamoto y soy el jefe de este lugar, el Kaisaki.
-Como la contraseña.
-Exacto.
-Ya ves tú que contraseña más original.
Todos volvemos la vista a Ichiro que estaba apoyado en la pared de forma indiferente. A mí tampoco me parece muy original, pero no creo que haya que decirlo...
-Bueno.
Todos miramos de nuevo a Akiyama.
-Ahora es el turno de ellos para presentarse. Adelante.
-Yo primero. Soy Keiji Aoyama y tengo 17 años, un placer.
El chico era rubio, con pelo muy revuelto y una mirada muy optimista, era muy amable. Le sonrío y le doy un apretón de manos.
-Yo soy Naoki Fukuri, tengo 16 años, un placer.
Este otro tenía el pelo de un tono verdoso y una mirada tranquila pero a la vez activa, era también muy agradable. Le doy otra sonrisa y un apretón de manos.
-Yo me llamo Yukiko Asaki, tengo 15 años. Puedes llamarme Yuki (sonríe).
La chica tenía el pelo rosa por debajo de los hombros y llevaba una orquilla, es muy alegre y tiene un toque inocente, tierno e infantil. También sonrío y le aprieto la mano.
-Y yo me llamo Shigeko Kita, tengo 17, encantada.
Esta otra chica era pelirroja con mechas negras y el pelo por los hombros, se la ve muy madura pero amable. Sonrío y le doy otro apretón.
-Bueno, y a Ichiro ya le conoces.
Ichiro mira fulminante a Akiyama.
-No necesito presentación.
-Claro que sí, pero tranquilo, ya te presento yo. Bien, pues él es Ichiro Takana. Tiene 17 años.
-Sí, sí, muy bonito todo, pero ella todavía no se ha presentado.
-Tranquilo Ichiro, no la presiones.
Akiyama me mira.
-¿Tú eres?
-So-soy Hikari Kobayashi, ta-también tengo 17...
-Pues un placer Hikari (sonríe). Bien, yo creo que es hora de que te expliquemos por qué estás aquí. Yukiko, ¿Puedes traer café, por favor?
-¡Claro!
Yukiko se va, mientras Shigeko, Naoki, Keiji y Akiyama se sientan en el sofá del frente. Ichiro se queda apoyado en la pared. Tengo muchas ganas de que me expliquen todo...