Capitulo 1

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___(tn) notó el brillo en los ojos de Nikki en el espejo del baño público que compartían. Oh, mi.er.da. Conocía esa mirada. ¿Qué estaba pensando ahora esa mujer? __(tn) no estaba de humor para hacer frente a su drama esta noche.

El largo viaje a Tulsa, seguido por la pesadilla de estacionarse, pagarle de más a un revendedor de entradas y estar de pie en línea frente a fuertes vientos durante dos horas tenía a __(tn) fuera de sus casillas. Bueno, lo reconocía: estaba francamente malhumorada. Su cabello parecía haber perdido una pelea con un mapache, un mapache rabioso con un instinto de anidación de gran alcance y los dedos de sus pies, metidos en unas muy insensibles sandalias de tiras con tacón alto, se sentían como si los hubieran golpeado con pequeños picos esgrimidos por mineros en miniatura.

Nikki, por otro lado, lucía su típica imagen pulida, a excepción de la dosis extra de inquietante tortuosidad en sus grandes ojos azules. __(tn) se detuvo con su tubo de lápiz labial de color rosa a medio camino de sus labios, la alarma de Nikki-está-a-punto-de-meternos-en-problemas sonaba en su cabeza.

-¿Por qué esa mirada? -preguntó __(tn).

-Esta noche es la noche -dijo Nikki.

Se recogió un mechón de pelo castaño y sedoso detrás de una oreja y se volvió para revisar su lado bueno en el espejo. Ambas partes eran preciosas, pero __(tn) nunca había podido convencer a Nikki, de que valía más que una cuerda de encuentros de una sola noche con perdedores.

-Eso es lo que dijiste anoche -dijo __(tn) y centró su atención de nuevo en su lápiz labial.

Nikki arrugó la nariz ante el pelo de __(tn) y tiró de un cepillo de su bolso para tratar de liberar la maraña del nido de mapaches.

Había una razón por la que __(tn) lo llevaba recogido la mayor parte del tiempo. Sólo las más resistentes prensas de pelo mantenían esos gruesos y ondulados cabellos hasta la cintura bajo control. Nikki la había convencido de llevarlo suelto esta noche, diciendo que le daba un aspecto magnífico. __(tn) no se veía preciosa cuando estaba de pie junto a Nikki, un simple hecho con el que había aprendido a vivir cuando habían asistido juntas a la universidad. Los hombres acudían en masa a Nikki. __(tn) se desvanecía en un segundo plano. Estaba acostumbrada a eso.

Nikki fue al pelo de __(tn) con determinación y atrapó de inmediato el cepillo en una maraña de obstáculos. Con un suspiro de derrota, le entregó el cepillo a __(tn), quien supuso que debía tratar de calmar el desorden y convertirlo en algo menos ofensivo. No quería asustar a la banda.

-Lo digo en serio esta vez. -Nikki reacomodó sus bubis en su push-up, se desabrochó otro botón de la blusa blanca ajustada para lucir más escote y checó su lado malo- Estuve a punto de conseguir ir detrás del escenario ayer por la noche. Si tengo suerte, ese lindo roadie con el que hablé en Wichita se acordará de mí. La banda tuvo que irse justo después del show, o estoy segura de que Jack nos hubiera presentado con los chicos ayer por la noche.

Y ahora estaban en Tulsa, viajando detrás de una banda como un par de desesperadas fanáticas de Regret Sole. __(tn) no era una fan seria, pero era positivo que el lindo roadie recordaría a Nikki. Nikki era la clase de mujer sobre la que los hombres babeaban. Necesitaban. Dejaban.

__(tn) adivinaba que el roadie le pediría a Nikki un favor sexual a cambio de presentarle a los miembros de la banda que era su última obsesión y Nikki utilizaba el sexo para conseguir lo que quería. Eso entristecía a __(tn). Ninguno de los hombres que usaron y desecharon a su amiga sabía lo mucho que le dolía. __(tn) ya se temía tener que sacarla de la nube de la duda y desesperación por la mañana. No entendía por qué Nikki continuaba poniéndose en esas situaciones. Ella era una chica dulce. Una chica bonita. Una chica inteligente. Hasta que se encontraba a sí misma en compañía de cualquier imbécil en la industria de la música, actuaba como si hubiese sido lobotomizada.

Con solo diez lóbulos para usar, debía estarse quedando corta para ahora.

-No me estás atascando otra vez -dijo __(tn), todavía tratando de domar su cabello. Ya se parecía menos a una víctima de un rayo, sin embargo su cabello protestaba ante cada tirón.- No voy a esperar por ti en el auto mientras te enredas con un tipo que no se acordará de tu nombre para cuando despache su carga.

-Por supuesto que no vas a esperar en el auto.

Bueno, al menos estábamos de acuerdo en algo.

Nikki pasó la lengua por los dientes y atrapó la mirada de __(tn) en el espejo. -Vas a venir conmigo.

-Oh, no, no voy. Ni siquiera me gustan los músicos. -Especialmente los locos con tatuajes metálicos de calaveras que Nikki solía codiciar. Nikki tenía un grave complejo de chico malo. Quizá su padre debería haberle prestado más atención cuando era niña.

-Por favor. -Nikki juntó las manos delante del pecho y logró hacer que sus ojos azules parecieran aún más grandes de lo habitual.

-¿Por qué incluso lo pides? Sabes que los chicos tatuados me dan escalofríos.

Nikki negó con la cabeza. -Si quisieras dedicar un tiempo para llegar a conocerlos, reconocerías lo calientes que son.

Dudoso. Sólo ver hombres con tatuajes hacía que el corazón de __(tn) corriera con miedo. Su reacción no era intencional. Había sido asustada por un grupo de ciclistas cuando era adolescente. Si hubiera sido mayor, probablemente habría reconocido que sólo eran bromas y no significaba que le harían ningún daño. Pero la habían aterrorizado. Sus padres habían intensificado su miedo diciéndole que podrían haberla secuestrado, violado, asesinado, o algo peor.

Ni siquiera había querido saber lo que era peor que ser violada y asesinada. A sus trece años de edad, la mente asoció las advertencias de sus padres con hombres que lucían de una manera determinada. Hombres como esos ciclistas que la habían acorralado en la entrada de una tienda abandonada.

Como había estado demasiado asustada para mirar realmente sus rostros, lo único que recordaba era su arte corporal y sus palabras. El que tenía un tatuaje de calavera le había dicho todas las cosas lascivas que quería hacer con su boca bonita. No había entendido lo que él había querido decir en ese momento, pero ahora que era mayor, sabía que había tenido razón de estar incómoda y disgustada.

Pruebame(hot) justin&tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora