Capitulo 18

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-Justin -rogó-, te quiero dentro de mí. Quiero envolver mis brazos y piernas a tu alrededor mientras te hundes profundamente en mí, y chocas contra mí.

-Ambos queremos eso, nena, pero aún no. Primero, quiero que succiones mi saco, y provoques a mi trasero. Ponme realmente a trabajar.

¿Qué succione su quién y provoque su qué?

-No... sé cómo.

-Eso está bien. Te diré cómo me gusta.

Razonable, supuso ella. Había escuchado cómo le gustaba a ella, y no había vacilado en complacerla. Rodó sobre su espalda, y su miembro estaba hinchado. Necesitaba apresurarse, y hacerlo trabajar para que pudiera llenarla con ese monstruo. Nunca había visto un miembro tan grande, mucho menos había tenido uno en su interior. Su vibrador podría haberse sentido inadecuado en su presencia.

Justin apoyó algunas almohadas contra sus hombros y cabeza, se recostó hacia atrás, y abrió sus piernas.

-Suave -dijo-. Son realmente sensibles.

Ella se colocó entre sus piernas, y bajó su cabeza para pasar su lengua sobre la hendidura entre sus pelotas. Su cuerpo entero corcoveó, y agarró las sábanas contra él en apretados puños. Movió su cabeza para chupar la piel sobre una pelota, y dar un golpe rápido con su lengua.

-Ah -jadeó él-. Creí que dijiste que no sabías cómo. Eso es perfecto. Me encanta.

Y ella amaba la forma en que estaba reaccionando a sus inexpertos movimientos. Movió su boca hacia el otro lado.

-Humedece, um... humedece tu dedo en tu boca y...

Cuando él no siguió, ella levantó su cabeza, y deslizó su dedo en su boca.

-¿Y qué?

-Dios, eres buena -susurró-. No pares. Espera. Qué estaba... um... - Presionó las palmas de sus manos contra sus ojos-. No estoy seguro de poder aguantar mucho más. Sólo frota tu dedo contra mi trasero. No lo metas, sólo... frota.

¿Su trasero? Inquieta por su petición, tentativamente acarició su sensible agujero con su uña. El aspiró una respiración sorprendida, y casi saltó fuera de la cama.

-¿Lo hice mal? -preguntó.

-No, nena. Casi me hiciste explotar. No puedo esperar más. -Rodó fuera de la cama, y se colocó sobre sus rodillas. Bajó el cierre de su maleta, y empezó a buscar a través del contenido. Ropas y artículos de tocador volaron en todas las direcciones.

-Necesito un preservativo. ¿Dónde mi.er.da están?

En cuestión de segundos había encontrado uno, lo abrió y lo desenrolló sobre su enorme miembro. Se unió a __(tn) en la cama.

-¿Estás lista? -preguntó.

Estaba cansada de hablar. Lo agarró por el brazo, tirándolo sobre su espalda, y se sentó a horcajadas sobre sus caderas.

Le sonrió hacia arriba, luciendo todo peligroso e irresistible. Foll.able.

-Tomaré eso como un sí.

Justin agarró su miembro en una mano, y lo dirigió en su abertura.

Se hundió con un suspiro de alivio, elevándose y cayendo sobre él en un movimiento lento y deliberado. Acostumbrándose más a su ancho. Su longitud. Oh Dios, cómo la llenaba. Otra. Y otra. Y otra vez.

Su espalda se arqueó fuera de la cama.

-Más rápido, __(tn). Más rápido, y más duro.

Cuando ella no cogió su ritmo, él se sentó, envolvió ambos brazos a su alrededor, y la volteó sobre su espalda. Aún enterrado en ella, empezó a moverse. Obtuvo una nueva perspectiva en su nombre artístico. Había un infierno de montón de fuerza con cada empuje rítmico, y eso era exactamente lo que necesitaba: una rigurosa y dura foll.ada.

__(tn) envolvió sus brazos y piernas a su alrededor, cuidando de no raspar sus piernas con sus zapatos, y balancearlos por la montada. La presión se construía en su interior. Placer. Necesidad. Conexión. Justin levantó su cabeza para mirar fijamente en sus ojos. Ralentizó sus empujes, moliendo sus caderas cada vez que se sumergía profundamente. Estimulando su clítoris. Chocando contra el cuello de su útero, profundamente dentro. Frotando su pared frontal justo en el lugar correcto. Su placer se convirtió en dicha. Su necesidad en desesperación.

Su boca cayó abierta en sorpresa, cuando su dicha se convirtió en euforia. Su desesperación se volvió alivio. Chocó contra Justin, gritando en éxtasis mientras se venía.

En el mismo instante, el cuerpo de él se puso tenso. Ella observó mientras él se dejó ir. Su respiración atrapada en su garganta. Sus ojos cerrados fuertemente. Su rostro contorsionado con dicha. Se estremeció, retirándose una última vez, y hundiéndose profundamente, moviéndose contra ella como si deseara estar enterrado más profundo. Gritó entre fuertes y temblorosos jadeos antes de colapsar encima de ella. Lo atrajo más cerca, sosteniéndolo firmemente contra su pecho mientras besaba su sien. Él murmuró los pequeños sonidos más sexys de satisfacción mientras recuperaba su orientación. O quizás era ella haciendo todos esos sonidos de deleite.

-¿Fingiste eso? -preguntó él.

Ella rió y le dio un apretón afectuoso.

-No tuve que hacerlo. Fue increíble.

-¿Estás bromeando? Ni siquiera duré mucho. Te dije que tenías que trabajarme.

Sonrió, como si darle excitación fuera alguna clase de logro que mereciera un trofeo.

-Desearía no estar tan cansado -susurró-. Quiero estar contigo más tiempo, pero me temo que necesito algo de sueño. Los espectáculos me desgastan.

-Siempre está el mañana por la mañana -dijo ella, su corazón repiqueteando.

Quizás él estaba diciéndole que se fuera, que encontrara sus ropas y se perdiera.

Él levantó su cabeza y le sonrió hacia abajo.

-¿Quieres pasar la noche conmigo?

Ella asintió, y él tuvo que alejar la mirada de su sonrisa de oreja a oreja. ¿Por qué el pasar la noche con ella lo hacía tan feliz?

Justin atrajo su cuerpo y le besó la punta de la nariz.

-Me alegra. No vayas a ningún lado. Volveré en un instante.

Justin desapareció en el cuarto de baño, deslizando el preservativo de su ablandado miembro mientras caminaba. El agua corrió de un grifo.

__(tn) peleó por encontrar la fuerza para meterse bajo las sábanas.

Se quitó los zapatos antes de colocarse en el lado opuesto de la cama, dejando que las sábanas regresaran al otro lado del enorme colchón. Justin regresó un momento más tarde, y sonrió cuando la vio esperando por él.

Se le unió bajo las sábanas, y a pesar de la gran área de cama vacía, se colocó inmediatamente en posición de cuchara contra su espalda, y la arropó en tranquila calidez. Besó el borde de su oreja.

-Me alegra que decidieras quedarte -murmuró. Su profunda voz sonó alta porque estaba tan maravillosamente cerca-. Espero que no te importe si te abrazo toda la noche.

Su corazón se calentó, y sintió como si se agrandara en su pecho.

-No me importa. Me gusta.

-Si tienes hambre, ordena servicio de habitación -dijo letárgicamente-Sólo cárgalo a la habitación.

-¿Qué pasa si me excito? -preguntó ella, entrelazando sus dedos a través de los suyos, y sosteniéndolos juntos contra el centro de su pecho.

-Despiértame.

Pruebame(hot) justin&tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora