Ocho

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Ese día te despediste con un
"Nos vemos mañana, Kookie."

Te juro que estuve a punto de tener un derrame nasal.

Pero, simplemente sonreí.

Esa noche no me dañe.

Fui a dormir con una gran sonrisa en el rostro, y soñé contigo, con tu cabello alborotado y el suéter verde pastel que llevabas ese día.

Sin saberlo o quererlo, tú me estabas curando.

La tarde del sábado llegó. Sonriendo como tonto durante todo el camino, llegué a la terapia.

Cuando me viste llegar, sonreíste y le diste palmaditas a la silla de tu derecha para que me sentara junto a tí.

Eso me gustó.

La terapista nos informó que hoy haríamos terapia en pareja.

Me puse nervioso cuando escuché sus palabra.

Pero tú, tú me tomaste de la mano.

Cada vez me sorprendías más.

El cuento que no tuvo un Final Feliz [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora