Quince

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Ni siquiera me detuve en mi casa, fui directo a la tuya.

No quería perder ni un segundo más, realmente necesitaba asegurarme de que estuvieras bien.

Dí tres toquecitos en tu puerta principal, pero, como ya me imaginaba, no había respuesta.

Pero esto no podía acabar así.

Traté de abrir el pomo, lo cual fue inútil, claro.

Le dí más de cinco vueltas a tu casa celeste tratando de encontrar una manera de entrar.

Y no fue hasta la sexta, casi séptima vuelta se noté que la ventana de la cocina era la única abierta.

¿El problema? Sólo un maldito gato podía entrar por ese minúsculo agujero.

Pero eso no me detendría.

Oh no, estaba decidido a verte.

El cuento que no tuvo un Final Feliz [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora