Cuarenta y uno

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Tres meses después de tu diagnóstico empezaste a usar gorritos.

Dijiste que tu cabecita no era linda si no tenía cabellito para cubrirla.

Pero lo cierto es que aún sin tu hermoso cabello, debajo de ese gorrito rosa pálido, seguía el ser más perfecto que este planeta vió.

Porque a pesar de pasar todo el día en un hospital, a pesar de tener una enfermedad terminal, a pesar del dolor causado por el tratamiento, tu sonrisa seguía en tu carita.

Y no sabes como me alegra eso.

No sabes como extraño esa sonrisa.

El cuento que no tuvo un Final Feliz [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora