No desaparezcas

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Seguía mirando un punto incierto a mitad de aquella desconocida carretera, hacía horas que estaba ahí, escuchaba aún el bullicio que había en la plaza y de vez en cuando levantaba la vista para ver los fuegos artificiales.
Intenté llamar a Sunmi pero no contestaba así que le dejé un mensaje de voz.

-¿S-sunmi? -me aclaré la garganta para evitar que mi voz se quebrara -Volveré en estos días, mañana quizás. Solo... ¿puedes llamarme en cuanto escuches ésto? Creo que... bueno, nada. Te veo pronto.

Alcé la mirada al cielo una vez más y volvió a mí, tan doloroso y mis ojos no tardaron en llenarse de lágrimas. El sentimiento de desesperación y soledad volvió a mí tan fuerte que tuve que respirar profundo para callar mis lamentos y ahogar mis sollozos, solo quería abrazarlo una última vez... era lo único que mi corazón pedía.

Aún cuando luché contra ello no pude evitar recordar su rostro tan triste, sus ojos que aún cuando derramaban lágrimas eran tan gentiles, sus labios que en un último susurro me dijeron que me amaban.

[Unas horas antes]

-No... No...

-P-pero Kihyun, necesitamos ir a un hospital -mi voz se rompió.

-Esto... ya nadie puede solucionarlo... yo... lo siento.

Levantó la mirada, su cabello yacía completamente desordenado y su frente estaba perlada por el sudor que corría en ella.

-Por favor -supliqué.

-¿Qué pasa? -murmuró

-Por favor -estallé en llanto, eso no podía estar pasando.

-N-no llores... estarás b-bien... no llores.

-Yo te ayudaré -dije entre sollozos -Yo... Kihyun, te llevaré a un hospital...

Me interrumpió poniendo sus manos en mi rostro y acercando sus labios a los míos. Las lágrimas caían como si no tuviese control sobre ellas y mis latidos tan agitados como desesperantes me tenían al borde de la asfixia, no creí sentir tal dolor, no creí quererlo de aquella forma.

Cuando se separó de mí lo único que pude mirar fueron las manos pálidas del chico, mis ojos se abrieron como platos.

-Tus manos -susurré -¿Cómo?

-Minah -ahora hablaba casi con normalidad -Dime ¿recuerdas la historia? ¿Nuestra historia?

Asentí frenéticamente ante su pregunta aún si saber a qué venía eso porque la verdad es que todo lo que estaba pasamdo en ese momento era como un remolino de emociones, solo pasaban una tras otra dejándote más aturdida. No lo comprendía.

-Se que ha sido difícil pero... es algo que debes comprender o intentar hacerlo. Ésto no es más doloroso para nadie mas que para mí mismo.

Y no, no creía que fuese así, no creía que fuese más doloroso que para mí en ese justo momento, no creía poder comprenderlo pero aún siendo así en aquel melancólico silencio que mantenía, supuse que, todo debía ser de esa manera porque ¿cuántas veces más podía él soportar dejar ir a las personas que quería? Creí que era su turno de que alguien lo dejara ir a él para que pudiese, de cierta manera, estar tranquilo. Aunque lo cierto es que era malditamente dolorosa la manera en que todo sucedía. Y aún así permanecí en silencio hasta un último susurro, hasta que lo único que mis labios pudieron pronunciar fueron aquellas palabras que me otorgaron una última sonrisa, una última mirada fugaz por parte del chico.

[...]

Cuando el celular sonó salí abruptamente de mis pensamientos, limpiando las lágrimas que a su paso empapaban todo mi rostro hasta caer por el borde de mi quijada.

The Boy With Pink Hair ↔ Ki HyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora