The Boy With Pink Hair ↔ Ki Hyun

¿Te irás?

Cuando Kihyun y yo terminamos de desayunar salimos a dar un corto paseo por una plaza pequeña cerca del centro. Hablamos puras trivialidades, temas random y eso. Era una mañana tranquila, demasiado a decir verdad. El clima de Seúl era bastante templado, agradable para mí porque de vez en cuando, en Daegu, para mí hacía bastante calor.

-¿Quieres? -inquirió, sacándome de mi ensoñación.

-¿Qué cosa?

-Ir a ver la función cinematográfica en el parque central. A la noche.

-Oh, por supuesto.

Suspiró, dejando caer levemente hacia atrás la cabeza, dejando que el aire hiciera volar su flequillo rosa, inconscientemente sonreí.

-Deberíamos volver para almorzar. Digo, así nos da tiempo de vestirnos bien y eso, para la tarde.

-Está bien.

Volvimos por las misma calles por las que habíamos pasado para llegar a la plaza. Venía totalmente sumida en los colores que le otorgaba el sol a algunas hojas en las copas de los árboles cuando mi celular sonó. Miré la notificación, abrí la casilla de mensajes al ver que tenía uno de Mimi.

Sunmi idiota:

Minah, ¿en qué hotel se hospedan?

En uno cerca de Hongdae, ¿Porqué?

Es que creí que había algo que podía causarte problemas.

¿Qué?

Kihyun me miró por unos segundos, me hizo una seña como preguntándome qué hacía, hice un ademán con la mano para restarle importancia y guardé el celular en mi abrigo. Continuamos caminando en silencio hasta estar unas calles cerca del edificio.

-Me ha hablado Sunmi -le dije.

-¿Sí? ¿Qué quería?

-Bueno, no me ha dicho nada importante, solo preguntó que dónde nos hospedamos.

-Hmm~ que raro.

Me encogió de hombros en forma de respuesta pues el tema me parecía algo tonto, seguro no debía prestar demasiada atención a ello, después de todo estaba con Kihyun y me sentía demasiado feliz con eso.

Llegamos al edificio, subimos a nuestro piso, entramos y cada quien se fue por su lado para cambiar se de ropa. Me decidí por un vestido de corte veraniego, ajustado levemente por la cintura, con falda hasta la mitad del muslo y unas zapatillas bajas de color rosa pálido, en mi cabello no hice mucho, solamente lo dejé suelto, peiné mi flequillo y salí para encontrarme a un pelirosa, cocinando.

-Pensé que estarías arreglandote.

-Pues aún no almorzamos y la función inicia hasta las cuatro así que tenemos tiempo.

-Yo ya me adelanté -reí.

Él se giró a verme y me sonrió, levantó el pulgar en señal de aprobación y volvió a mover la comida en la sartén.

Una vez que terminó de cocinar, comimos. Yo terminé por lavar los platos aunque él al principio se negó, en lo que yo acababa de lavar él se fue a cambiar de ropa para estar preparados.

Me senté en uno de los sofás mirando hacia las puertas del balcón por donde entraba con gran intensidad la luz del sol que se encontraba en lo más alto, al pasar unos cuantos minutos, quizás quince, escuché la puerta de una habitación abrirse y cerrarse, por lo que supuse que él ya estaría listo.