XII. VERDAD

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¿Qué le dirás?- pregunto Daemon mirándome dudoso.

-No te interesa, yo veré que le digo- suspire abriendo la puerta del auto.

-Suerte, Freya.

-Es lo único que me falta- dije corriendo a la entrada del edificio.

Mientras iba en el ascensor comencé a maquinar millones de ideas de qué decirle, cómo decirle e imaginando una reaccion perfecta para mí, cuando estuve parada frente a la puerta del departamento no lo pensé y golpee con fuerza.

-Llegaste- dijo abriendo con desgano- demoraste mucho, específicamente una noche-comenzó a caminar hacia adentro del departamento.

-Si, me quedé en el hospital-la seguí.

-Mientes-aseguró cruzada de brazos detrás del desayunador.

Me quedé en silencio mirandola.

-Dime la verdad Kaira, dime que te quedaste con él hasta recién. ¿Por qué ese medico te llamo Freya? ¿Por qué no me habías dicho que estabas casada? ¿Te das cuenta que ya no sé cómo creerte?- atropelló sus palabras tomando un color rojizo en sus mejillas de la furia.

-Es complicado, es mucho más que eso...

-Dímelo.

Miré el techo recordando todo lo que me inventé en el ascensor, memorizandolo como a una puta leccion de historia y tomando aire se lo recité de la forma más convincente que pude.

-Conocí a Daemon en el secundario, el cual cursé en Edimburgo, fuimos novios, entonces llego el día de la graduación y todos en ese salón de baile sabíamos que no nos volveríamos a ver, entonces él dijo que tenía una sorpresa para mí. Todos en el curso participaron, porque éramos la pareja más querida de la generación; el caso es que me pidió que me casara con él y bueno...dije que sí. En esos momentos mi nombre era Kenia Roy, me lo cambie por el accidente de mis padres, porque yo no quería tener nada que ver con ellos... Me mude lejos y suegió un pequeño rencor entre nosotros. No le dije nada, ni le avisé, simplemente me fuí y esperé que no me buscara-encendí un cigarrillo y me estiré para tomar el cenicero- No quise decirte porque realmente lo había bloqueado de mis recuerdos hasta ahora que volvió a aparecer y no supe como actuar. No te enfades conmigo.

-Promesa-sonrió tomandome la mano.

-No sé qué haría sin ti Dhalia-sonreí.

-Pues no quiero presumir pero seguro estarías muerta-ladeó su sonrisa.

-Me encanta que confíes tanto en mí-guiñé mi ojo.

-Estás sentimental mi reina. Te hace mal estar con ese idiota.

-Ni me lo digas-bufé rodando los ojos.

-Listo, ahora tirando este tema a la mierda... estaba preparando algo de comer, vamos- dijo caminando nuevamente a la cocina.

🍃🀄🍃


Dhalia y Ely me arrastraron a una tienda de zapatos en busca del par perfecto para una boda. Mis intereses estaban centrados en la banca de descanso puesta frente a la tienda que a su lado tenía espacio de fumadores, por lo que cuidadosamente me eacabullí entre los estantes y fuí a parar a la gloria misma.
Saqué un paquete de tabaco y mi encendedor y recibì una llamada.

-¿Qué quieres?-dije soltando el humo.

-Ya te extraño.

-Ay que divertido eres-ladee mi sonrisa.

-Cuando volverás a casa?-dice riendo.

-Mmm quizás vaya mañana. Me pasas a buscar?-miré mis manos.

-Si, a la salida. Cori dice que le caes bien.

-Ah... que lindo, no sé si sea recíproco-suspiré-anoche olvidé mis aretes en tu mesa de noche.

-Tienes razón. Los guardaré como recuerdo-rió.

-No, nada de recuerdos. Son míos.

-Freya solo tienes que decir que me extranñas y te los devuelvo.

-Va... te extraño Daemon. Mañana me los podrías regresar? -rodé los ojos.

-Adios Freya-rié.

-Adios Dae...-susurré colgando y girando nuevamente al pasillo.

-Estás con él?-dijo Aren frente a mí.

-Ush-me paré molesta-te vale pito Abrah. Lárgate.


UDØDE.            [Impuros]《COMPLETA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora