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Alexander

-¡ALEXANDER!-abro los ojos resaltado.-¡ES HORA DE LEVANTARSE HOLGAZÁN!-ruedo los ojos y me giro para la izquierda. Veo una cabellera completamente rubia. Con un comienzo de marrón en el cuero cabelludo y el resto es rubio platinado. Bufo y me levanto en busca de mi ropa.

Al encontrar mis pantalones de entrenamiento, una camiseta y unas zapatillas. Me las pongo, y al terminar miro hacia la cama. Notando como la rubia se despierta de a poco, se estira y me mira sonriendo.

- Fue una noche maravillosa.-me ve vestido y deja de sonreír-¿No vamos a repetir?

- No.-digo seco.

- Pero Alex...—me mira esperanzada—. Me dijiste que...—la interrumpo.

- Solamente te dije si querías tener sexo y aceptaste, bueno llegó el momento de irse a casa, ¿no crees?-ella se levanta en ropa interior y busca su vestido rojo ajustado. Al ponerselo, viene y me da una cachetada.

- Eres solamente un jugador de quinta.-camina y cierra la puerta de golpe.

Camino enojado hacia el espejo del baño viendo como tengo su mano marcada en mi mejilla izquierda, y gruño. De reojo, veo como mi puerta se abre dejando ver a Charlie.

- Por favor te pido.-dice-. Nunca más busques chicas borracho, siempre elijes a histéricas y desquiciadas rubias.-se tira de los pelos.

-¿Por qué?-sonrío-¿Te pegó o qué?

- Sí, una cachetada-se masajea la mejilla derecha-. Tiene un buen golpe.

- Dímelo a mí.—digo y me miro al espejo—. Merda.-Charlie rueda los ojos.

- Deja de putear en italiano amigo, entiendo que tengas el idioma en la sangre, pero no te entiendo nunca, excepto esa palabra de tanto que la dices.—río.

- Está, como tú dijiste-me giro a verlo—. En mi sangre.-sonrío. Voy en busca de mi celular, me fijo en los mensajes del entrenador y al parecer hoy es la sesión de fotos con Addidas, genial. Con la loca de accidente. Creánme cuando les digo que jamás vi a una chica tan insoportable como esa, en toda mi vida.

No me mal entiendan, quizás yo haya hecho mal en acelerar en rojo, pero tenía que llegar al entrenamiento junto con Charlie, sino no ibamos a jugar el día de ayer el partido, que por cierto ganamos gracias a mí.

Por lo menos podría conseguir el número de su bella amiga.

- Sí, hoy es la sesión.-dice Charlie viendo mi cara de fastidio-. Alégrate , tendrás una chica constantemente detrás de ti.

- Sacandome fotos.—gruño—. Odio las fotos.—Charlie ríe.

— Mentira, tú las amas.—rueda los ojos-. Lo que odias es a la chica que saca las fotos.—sonríe—. Aunque no entiendo por qué, es linda.—afirma y yo lo miro alarmado.

- Oh por favor dime que no te gusta...-suplico.

- No dije que me gustara...-lo corto.

- Con eso me basta.-busco mi bolso y se lo tiro, con sus reflejos lo atrapa-. Bien, vamos.

Caminamos para la escalera, corremos haciendo una carrera por ver quién llegar primero a la meta, y por supuesto que yo gané. Sino no sería una buena carrera. Al salir, caminamos a mi ferrari color rojo sangre y arrancamos para el estudio de Addidas.

Manejo hasta llegar al estacionamiento. Bajamos y el resto de mis compañeros también van llegando. Al parecer no fui el único que se quedó celebrando el logro de ayer hasta tarde.

La Jugada Perfecta (#2 Saga Real)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora