Capítulo 25

1.1K 133 6
                                    

      ¡Tock!, ¡tock!, ¡bam!


      - Herbívoro... - Estaba a punto de morder al estúpido idiota que ni siquiera espero a que le abrieran la puerta. De hecho, estaba a meros centímetros de golpearlo en la cabeza con sus tonfas... o al menos así fue hasta que oyó:


      - Hibari, ¿tienes sangre cerca cómo te lo pedí? – Unos 2 segundos más y no hubiera tenido la oportunidad de decir nada de nada...


      30 segundos más tardes, lo único que podía pensar Yamamoto era: "Este lugar está basado en el laboratorio de Dexter o en la Baticueva, porque Dios Santo..."


      - Hmp... - La mirada de Hibari era casi asesina, como si le retara a decir algo malo acerca de sus compuertas secretas en las paredes y quizás en el piso (no iba a preguntar).


      - Eh... - ¿Qué podía decir?, su cerebro hizo corto circuito y la mirada casi asesina de Hibari sobre su pobre persona no ayudaba...


      En general, Yamamoto estaba seguro de que Hibari planeo para al menos unos 6 meses completos sin que Tsuna cazara, quizás estaba exagerando, pero había como 20 bolsas de sangre y no tenía ni idea de cuánto comía Tsuna... y por no hablar si Hibari tenía más compuertas ocultas y cosas así. Lo mejor del caso era que no tenía idea, ni quería tenerla y mucho menos saber, de donde Hibari había sacado todo esto... o de qué clase de conexiones tenía el prefecto...


      - Ugh... - Fue lo primero que hizo al despertar, solo para casi saltar ante un pequeño detalle: no recordaba haberse quedado dormido en ningún lado, así que... ¡¿en dónde demonios estaba?!


      - Con que ya despertaste Usagi... - El prefecto miro su reloj, ignorando al vampiro que le estaba dando una mirada bastante escalofriante. – Has estado inconsciente en ese sofá durante 3 horas, 5 minutos y 43 segundos.


       Nadie podía culpar a Tsuna por darle esa mirada tan escalofriante, cualquier carnívoro que se sintiera amenazado o muy confundido seria perfectamente capaz de hacer eso, y en ese momento el chico debía estar muy confundido y obviamente no sabía cómo había terminado allí.


      - ¿Kyo-ni-chan? – La mirada escalofriante fue reemplazada por curiosidad. - ¿Qué haces aquí?, mejor dicho: ¿dónde rayos estoy? – Porque honestamente no quería pensar.


      - Mi oficina. – Fue la simple respuesta.


      Tsuna no pudo evitar bostezar, ahora calmado y sin ningún temor. Nunca fue algo bueno despertarse en un lugar desconocido, así que en verdad ni siquiera se molestaría en explicarle a su amigo que de suerte estaba vivo... el atacaba primero y quizás luego preguntaba... lo cual era muy dudoso que pasara pues los muertos no hablaban, ¿o sí?


      - ¿Kyo-ni-chan? - ¿Qué demonios era esto?, se preguntó Tsuna curioseando la bolsa roja en sus manos.


      El prefecto no dijo nada por un rato, solo se limitó a sentarse y continuar con el papeleo, sabiendo muy bien que lo más seguro es que esto terminaría mal sin importar como tratara de hacerlo... Bueno, al menos había sacado al herbívoro fuera de allí, o habría muchas más cosas de que preocuparse. Después de todo, los herbívoros eran bastante directos y estúpidos la mayoría de las veces...

Night's GamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora