Capítulo 40

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       -... pierta... Despierta Tsu-chan... vamos, arriba dormilón...


       - Hmmm... 5 minutos más...


        - No, no 5 minutos más, son las 8 ya, más bien te deje dormir una hora demás... ¡Arriba dormilón!


        - Noooo...


        - Siiiiiiiiiii. ¡Arriba!


       - ¡Nii-san!, ¡bájame!, ¡bájame!


      - ¿Vas a despertar ahora Tsu-chan?


       - ¡Estoy despierto así que ya bájame Nii-chan!, esto no es gracioso...


       - Sabes que nunca te soltaría, ¿verdad?


      - Igual me da miedo. - ¿A quién no?, no era tan alto, pero aun así...


       - Incluso si te suelto caerías en la cama... - Y no le pasaría nada de nada.


        - ¡Igual!


        Sebastián, aun riéndose de las payasadas de Tsuna, lo sentó en la cama, tratando de no reírse aún más ante el puchero molesto que estaba obteniendo. Era tan divertido molestar a Tsu-chan con esta clase de cosas, era demasiado lindo y divertido como para no hacerlo. Además, Tsuna le tenía miedo a cosas que francamente podían ser estúpidas o muy raras... Aunque no negaría que también tenía un miedo bastante saludable la mayor parte del tiempo, y con eso se refería a que lo mantenía fuera de problemas, y a muchos fuera de problemas... Porque si alguien llegaba a hacerle algo al pequeño vampiro, Sebastián les haría la vida triste en cuento se enterará, por nada era uno de los vampiros más "viejos" y conocidos en la actualidad.


        - Ne, Nii-chan... - Tsuna bostezo profundamente, ignorando la oscuridad en la que estaban, ya se había acostumbrado al cambio de 180 grados con respecto a su horario de sueño. - ¿para qué me levantas?, estaba soñando con Mr. Fluffly y un montón de galletas...


       Ah, Mr. Fluffly... pobre hombre, la verdad. O tal vez no, al anciano le encantaba Tsuna, probablemente debido a que Tsuna no le tenía nada de miedo por más irónico que fuera. En realidad, probablemente Tsuna fuera el único quien ni siquiera lo considero peligroso en ningún momento.... Casi le da un infarto al pobre Sebastián cuando Tsuna, en una de sus charlas con los chicos, se le escapó por aburrimiento y se encontró con un gran hombre lobo en las cercanías del bosque, buscando algo de comer. No era ningún misterio que los hombres lobos no se llevaban bien con los vampiros y a la inversa, pero quienes tenían más probabilidades de salir vivos de un enfrentamiento serio eran los hombres lobos...


        Tsuna no sabía nada de la problemática, de hecho, no sabía sobre los hombres lobos, aunque ver a un lobo en dos patas, gigante de casi 3 metros de altura, peludo y musculoso y salvaje debió de haberle dado una pista... Lo ridículo, porque no había mejor manera de describirlo, fue que Tsuna al verlo se maravilló y corrió a abrazarlo, llamándolo Mr. Fluffly casi automáticamente antes de que alguno de ellos pudiese al menos pronunciar palabra. Básicamente, Tsuna considero a un gran y temible hombre lobo de casi 3 metros de altura... un perrito. Lo peor es que aún lo hacía, no le tenía ni una pisca del miedo al hombre lobo, más bien le fascinaba... Era una buena cosa que ese hombre lobo en particular no les tuviera odio a los vampiros, en todo caso... le agradaba mucho Tsuna, quizás demasiado, a pesar de que Tsuna lo trataba como un perrito lindo y para nada peligroso la mayor parte del tiempo.

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