Capítulo 27

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       - Me pregunto dónde estará Tsuna... - Se preguntó en voz alta un preocupado Yamamoto, no lo había visto en días, ni siquiera una señal de humo...


       - Hijo, es un vampiro, ¿que podría pasarle además de perderse? – Francamente no entendía porque su hijo estaba tan preocupado, ese niño había vivido solo por años.


       - Eh... ¿ser secuestrado? – Ahora que lo pensaba, eso sería muy estúpido si pasaba. No, la verdad era... - No quiero pensar que se haya ido...


      Tsuyoshi suspiro profundamente y antes de que Yamamoto lo viera venir, estaba agarrándose la cabeza y quejándose del dolor gracias a un buen golpe en la cabeza. Cielos, su padre no podía ser más amable, ¿no es así?


       - Deja la estupidez, ese chiquillo te quiere mucho, si no ha vuelto es porque se perdió o está tomando unas vacaciones. – No se sorprendería si el pobre chico estaba hasta el cuello de incomodidad con tantos "amigos" nuevos y simplemente quería paz.


       - Pero papá... - Incluso con esa explicación razonable no podía dejar de preocuparse.


       - Volverá pronto con mucha energía y como si nada hubiera pasado. – Tomo sus cuchillos y comenzó a picar el atún. – Así que te sugiero que guardes tu energía porque Tsu-chan no va a tener piedad de ti.


       - ¿Tsu-chan? – Genial, ahora también su padre.


       - Es más amable si es llamado así. – Fue la respuesta tranquila. Mentalmente agrego: "Y el mismo chico me dijo que podía llamarlo así."


        - Okey... - Mejor no comentaba, ni preguntaba más. – Me voy a la escuela, nos vemos más tarde.


       - Sal bien en el examen. – Yamamoto casi se detiene, casi.


       ¿Cómo demonios sabía que tenía examen si él no le había dicho nada?, ugh, estaba comenzando a temer los instintos paternales. Sin más, fue directo a la escuela, no tenía caso ir a la casa de Tsuna, él no estaba allí y honestamente le tenía miedo... sin Tsuna presente de todos modos, al igual que el resto de los amigos de Tsuna.


       - Buenas tardes, ¿esta Tsuna por casualidad? – Pregunto con cuidado al ver al bebé, y al dúo piña.


       - No, me temo que no. – Fue la respuesta tranquila, demasiado tranquila para su gusto. – No lo hemos visto en días, ¿supongo que tu caso es el mismo?


       - S-Si... - En ese momento, Yamamoto se dio cuenta de algo: las maletas. - ¿Van a algún lado?


       - A cualquier hotel cercano. – Respondió la chica respetuosamente. – Mucho gusto, soy Chrome.


       - Mucho gusto, Takeshi Yamamoto... - Pero eso era lo de menos. - ¿Por qué?

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