Abrió los ojos lentamente y se sentó, somnoliento pero mirando todo a su alrededor con cautela. Luego del último sueño que tuvo no le quedó más que escapar del sitio, demasiada gente y demasiado alboroto... y él no quería tener que involucrarse, incluso si era causante de todo el asunto. Y francamente aún no estaba listo para otro mal sueño, para nada, pero tal vez se había quedado dormido a pesar de sus intenciones de permanecer despierto... Suspiro con exasperación, cuando tenía sueño tenía sueño, además, era de día aún y temprano, le faltaban horas para despertar pero la pesadilla dijo que no...
- ¿En dónde diablos estoy? - Preguntó con pánico y listo para salir corriendo, pero... ¿a dónde?, ¡ni siquiera parecía haber piso!, todo era una especie de vacío...
- Vaya boca tiene... - Oyó decir justo detrás de él, y de inmediato giró la cabeza, pero... no había nadie...
- Oh perdona, que mal de nosotros por no presentarnos. - Dijo otra voz, pero no había nadie... el pelo detrás de su cuello comenzó a erizarse...
- Hola pequeño, soy Timoteo Vongola, pero puedes decirme solo Nono. - La única razón por la cual él chico no pegó el gritó de su vida fue por la cara amable que le sonreía.
- Aún no puedo creer que este niñato sea el siguiente en la línea... - Refunfuño alguien más, pero francamente en ese momento no le importaba. De hecho, al ver a todas las personas una por una, solo se le escapó una cosa:
- ¿Por qué se les quema la frente? - Ante la pregunta muchos rieron, y en cierta manera se sintió insultado. Pero, no era su problema, simplemente era curioso acerca de porque se estaban quemando la frente como si fuera lo más común de hacer, ¿no les dolía?, ¿no les daba miedo?, ciertamente a él sí, las quemadas dolían y mucho... - ¡Hey!
- Tranquilo, no nos estamos quemando así que no hay nada de qué preocuparse. - Dijo el anciano sin dejar de despelucar al pobre chico, quién solo le dio mala cara, haciendo al anciano sonreír aún más.
Unos segundos más tarde, vio un par de zapatos negros cerca de él, y con cierto temor, levantó la vista para ver a quién pertenecían los zapatos. Era un hombre joven, alto y de piel blanca, rubio y con un rostro sereno, también sonreía, pero incluso con esa sonrisa se sentía bastante intimidado por este nuevo personaje. Asimismo se sentía muy avergonzado de sí mismo al ver como estaba vestido, muy elegante y limpio... mientras que él ni siquiera tenía zapatos, nunca se molestó mucho en cómo vestirse debido a que no le gustaba robar y que todo lo que usaba siempre terminaba roto o ensangrentado, pero en ese momento deseo al menos tener algo decente... Por otra parte, el señor también se estaba quemando la frente, pero no parecía nada preocupado por ello, algo que él no entendía. Y sin embargo, a pesar de todo, no podía evitar sentirse cautivado por esas cálidas esferas naranjas que lo miraban con una emoción que no podía identificar...
- Mi nombre es Giotto Vongola, pero también me conocen como Primo. - Suave, se recordó el rubio así mismo, el pobre chico debía de estar muy asustado y confundido, ¿quién podía culparlo? - ¿Me permite el dichoso placer de saber su nombre?
Giotto sabía que había hecho algo mal al ver esos ojos naranjas dilatarse y luego verlo bajar la cabeza. No obstante, no sabía que había hecho mal, fue amable, educado y suave... ¿tal vez había utilizado palabras muy técnicas?, ¿o tal vez lucia muy intimidante?, y no ayudaba que Nono se estaba riendo de él al igual que los otros jefes. Podría tener siglos, pero todavía era joven de corazón, así que no le gustaba que se rieran de él disimuladamente, y menos por algo como esto-

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Night's Games
Fanfiction¿Quién dijo que buscar un heredero era algo fácil?, quien sea que lo dijo, sería saludado con una pistola en la frente, debido a que "fácil" debería haber sido algo en las líneas de: impredecible y fuera de tu control, algo que no le gustaba. Sin em...