Night's Games

Capítulo 33

        Yamamoto hizo una mueca, divertido, mientras que su padre solo se palmeaba la frente... Realmente, ¿que estaba esperando su padre al pedirle ayuda a Tsuna para asustar a unos ladrones?

          - La próxima vez, recuérdame decirle que se los lleve a otro lado... - Y los matara/destripara por quién sabe dónde.

           No se lo iba a decir a su padre, pero él lo vio venir, más bien deberían estar agradecidos de que Tsuna fue silencioso, y no lo hizo dentro de la casa. Nadie se dio cuenta de nada hasta que una pareja salió y... bueno, honestamente creían que se metieron en la esquina de la casa a hacer cosas no apropiadas cuando se dieron cuenta (probablemente de formas desafortunadas) de la sangre, tripas y demás... En su opinión, fue muy divertido, y así aprenderían la lección, y como si no bastara: ¡saldrían en la televisión!

        - Takeshi, ¡esto no es motivo de risa! – Esa sonrisa en ese momento no le daba buena espina, para nada.

         - Ve el lado amable Pa, ¡saldremos en televisión! - ¿Y qué iba a hacer?, ¿llorar?

        - Takeshi... - ¿En qué momento su vida dio un giro de 180 grados?

        - No me voy a poner a llorar. – Ya está más que un poco acostumbrado a esta clase de escenario... - ¡Eran unos benditos ladrones! – Y armados, y fue por esa misma razón que a su padre se le ocurrió pedirle a Tsuna que sacara la basura... - Al menos no fue dentro de la casa...

         - ¡Takeshi! – Vaya imagen mental que le había dado... gracias a Dios y no fue a dentro, pero aun así tenían que limpiar...

        - ¿Qué?, es verdad... - Y no solo eso... - ¿En dónde se habrá metido?, espero que no entrara a la casa sin limpiarse... - De reojo, miro a su padre, no debió de haber dicho eso en voz alta... - ¿Pa?, respira profundo, respira profundo...

         - ¡Mi casa!, mi bella casa...

         Internamente Yamamoto se rio mucho, no sería la primera vez que Tsuna llenara la casa de sangre, pero aun así era divertido... Ahora, si Tsuna llenaba la casa de órganos, tripas, amputaciones... no, eso si no sería divertido, para nada. Con la sangre solo podía pretender que era pintura y taparse la nariz si hacía falta, pero Tsuna rara vez ensuciaba algo que no fuera el baño... Quién lo diría, un vampiro que le gustaba estar limpio...

        - Bueno... el restaurante se ve normal... - Solo con unos pocos de los clientes preocupados. No era mentira que la mayoría se había acostumbrado a estas ocurrencias luego de tantos años.

         - Ja Ja... - Definitivamente, su hijo debía de ganarse una medalla de oro o algún premio por ser un imán de atracción para todo lo sobrenatural y bizarro... Bueno, al menos casi nadie se fue, y aun tenían unas horas más de trabajo.

         Mientras tanto, en el tejado, cierto vampiro se estaba lamiendo los dedos. ¿La razón?, era simple: así no llenaría nada de sangre cuando tratara de abrir la ventana o las puertas, aunque eso no evitaría que dejara las huellas marcadas o las gotas que chorreaban de su ropa en el suelo... menos mal y tenía varias prendas, aunque si seguía así en unas pocas semanas tendría que ir de compras y sufrir a manos de la gente que creían que era una niña. La parte buena de todo eso eran los regalos gratis, la mala... no, ni siquiera quería pensar en eso.