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Zayn miraba al techo del salón mucho después de que Alexis se hubiera encerrado en su habitación. Si no estuviera tan incómodo la situación seria de risa.

Demonios, él había levanto u imperio de hoteles de lujo y tenía millones de euros en el banco y una mansión de ocho habitación, todas con comodísimas camas de matrimonio. Y allí estaba, en un sofá demasiado pequeño, con la cabeza apoyada en un almohadón más duro que el cemento y cubierto por una manta de la que sobresalían sus pies.

Pero, aparte de iba a dolerle la espalda por la mañana y de que él estaba en una habitación y Alexis en otra, la noche había ido más o menos bien. Después de su siesta, por fin había podido explicarle la razón por la que se tuvo que marcharse de Aspen a toda prisa y no había insistido en el tema del matrimonio… pero su cuerpo le había dejado bien claro que seguía deseándola.

Ahora sólo tenía que convencerla de que se casarse era lo mejor para los dos y cuando sus hermanos llegaran el sábado todo estaría preparado para la ceremonia. Sí sería una ceremonia íntima, para los familiares más cercanos ya que no tendrían tiempo de hacer nada más. Si Alexis quería una boda espectacular con un gran banquete podrían organizarla más adelante.

Muy satisfecho con la manera en la que estaba llevando el asunto, Zayn empezaba a quedarse dormido cuando un alarido femenino hizo que se levantara de un salto. El corazón golpeaba sus costillas mientras corría a ciegas hacia el pasillo y cuando se golpeó el pie con la pata de una silla soltó una palabrota que habría hecho que Mattie le lavara la boca con jabón. Pero, olvidándose del dolor, siguió corriendo hasta llegar al dormitorio de Alexis y empujó la puerta sin miramientos.

Al principio no vio nada, pero cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad se dio cuenta de que ella estaba moviéndose bajo el edredón…

Zayn encendió la lámpara, apartó el edredón y vio a Alexis frotándose furiosamente la pantorrilla.

–¿Qué te pasa?

–Me ha dado un tirón… en la pierna –gimió ella.

Sin pensar que estaba en bóxer, Zayn se puso de rodillas en la cama y, después de apartar suavemente las manos de Alexis, empezó a darle un masaje para relajar el musculo adolorido.

–Espera un momento, cariño. Se te pasara en seguida.

En unos segundos, su expresión le dijo que el dolor empezaba a pasar. Pero, sentando a su lado, Zayn siguió masajeando la pantorrilla.

–Ahora estoy mucho mejor… gracias –murmuró Alexis. El camisón amarillo que llevaba se había levantado un poco, dejando sus muslos al descubierto, y Zayn comprobó que aunque su abdomen era un poco más redondeado por el embarazo, el resto de ella seguía siendo tan esbelto como siempre. Y el recuerdo de esas piernas alrededor de su cintura mientras hacían el amor lo excitó con tal violencia que se sintió un mareado.

Pero, sin pensar en el daño, que podía hacerle a su plan de no presionar a Alexis, se tumbó a su lado.

–¿Se puede saber qué estás haciendo?

Zayn no sabía por qué, pero a él le parecía lo más natural.

–El sofá es demasiado pequeño. Además, puede que te dé otro tirón a lo largo de la noche y prefiero no romperme el cuello la próxima vez. He venido corriendo como un loco.

–Esa es la excusa más tonta que he oído en toda mi vida –protestó Alexis. Pero al menos no le pedía que se fuera de la habitación.

–Sí, la verdad es que es un poco patética, ¿eh? –rio Zayn.

Alexis se mordió los labios para disimular una sonrisa.

–En serio, ¿se puede saber qué haces en mi cama?

–No estaba exagerando con lo del sofá, en serio. Es muy pequeño y muy incómodo para un hombre de mi estatura.

–Seguro que tu cama es lo bastante grande para ti. ¿Por qué no t vas a casa?

–No, no puedo. Dije que cuidaría de ti y  eso es lo que pienso hacer. Voy a cumplir esa promesa o morir en el intento –Zayn hizo una pausa–. Pero la verdadera razón por la que estoy aquí ahora es que quiero abrazarte mientras duermes y despertar contigo entre mis brazos.

Lo había dicho completamente serio pero, por su expresión, se daba cuenta de que Alexis tenía serias dudas sobre esos motivos.

–Zayn yo…

–No voy a mentirte, cariño, quiero hacer el amor contigo. Quiero enterrarme dentro de ti tan profundamente que olvides dónde acabas y dónde empiezo yo –Zayn besó la punta de su nariz–. Pero te doy mi palabra de que no voy a presionarte en absoluto. Cuando llegue el momento los dos lo sabremos y nada me impedirá darte placer hasta que los dos caigamos exhaustos.

Por fin, Alexis asintió con la cabeza.

–De verdad agradezco mucho tu consideración. Desgraciadamente, no confío en ti más de lo que confío en mí misma.

–Entiendo que desconfíes de mí –sonrió Zayn–. ¿Pero cómo es posible que no confíes en ti misma?

–Mi buen juicio no parece funcionar demasiado bien cuando estoy contigo –dijo ella.

–¿Por qué dices eso?

Alexis dejó escapar un suspiro.

–Estoy contenta de estar embarazada, pero habría preferido que… en fin, que las cosas entre nosotros hubieran sido más convencionales.

Zayn sabía a qué se refería. Alexis había querido una relación normal y un compromiso antes de quedar embrazada. Pero eso no había pasado y no había manera de cambiar las cosas. En su opinión, deberían seguir adelante y olvidarse del pasado.

–¿Por qué no vamos día a día y vemos dónde nos lleva? Aunque me gustaría que me prometieras que al menos me darás una oportunidad. ¿Puedes hacer eso?

–Me lo pensaré –contestó ella.

Zayn suspiró, aliviado. Al menos estaba dispuesta a pensárselo.

Para animarla un poco buscó sus labios y, al primer roce, sintió un cosquilleo en el bajo vientre. Pero cuando le echó los brazos al cuello, el cosquilleo se convirtió en un incendio.

Zayn levantó un poco el camisón para acariciar sus muslo y una ola de fuego recorrió sus venas al sentir el satén de su pues en su ardiente respuesta.

Deslizo la mano hacia arriba, por su abdomen, hasta llegar a sus pechos, sintiéndola temblar. Cuando acaricio la punta de un pezón con el pulgar su presión arterial se puso por las nubes. Pero fue el calor de la mano de Alexis cuando la puso sobre su torso lo que hizo que su cuerpo se tensara de manera casi dolorosa.

La deseaba con una fuerza que desafiaba sus buenas intenciones de esperar a que estuviese preparada. Y cuando movió la mano para acariciarla por debajo del ombligo supo que también Alexis lo deseaba.

Pero tenía que saberlo con total seguridad.

–Cariño, hemos llegado a un punto sin retorno –le suplico, besando su cuello–. Al menos sin una ducha fría y mucho sufrimiento por mi parte. Si esto es lo quieres, será mejor que me lo digas ahora mismo… y si no, dime donde tienes las toallas.

Cuando estaba convencido de que Alexis iba a mandarlo de vuelta al sofá, ella respiro profundamente.

–Hay muchas cosas de las que aún no estoy segura, pero lo único que no ha cambiado es cuánto te deseo.

–¿Estás segura? –insistió Zayn.

–No, pero en lo que se refiere a ti no parece importar si estoy segura o no –le confesó ella, sin aliento al ver el brillo de sus ojos–. Por favor, hazme el amor, Zayn.

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Hola honeys, aquí esta el nuevo cap. La verdad no recuerdo desde cuando no actualizo, pero creo que es desde hace una semana, pero aquí esta ya. Espero voten y comenten. Acualizare el viernes.

P.D: Recuerden pasarse por el trailer

>Multimedia: Zayn papito Malik

Malik's Babies |z.m a.u|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora