–¿Qué ocurre, Zayn? –preguntó Doni el viernes por la mañana, entrando al salón de su casa–. Y no me digas que no te pasa nada porque te conozco perfectamente.
–Hola, Doni –suspiró él, sentando en un sillón frente a la chimenea–. Parece que el fisioterapeuta está haciendo maravillas, ¿no? Ahora caminas mucho mejor que hace una semana.
–No me cuentes rollos –dijo ella, mientras se sentaba a su lado–. Nos vas a distraerme con eso después de hacerme venir hasta aquí. Quiero saber porque no has ido a la oficina en toda la semana y por qué parece como si hubieras perdido a tu mejor amigo y… ¿Cuándo fue la última vez que te afeitaste?
–Hace un par te días –respondió Zayn, pasándose la mano por la cara.
–¿Por qué?
–No lo sé, me apetecía tomarme unos días libres.
Doni hizo una mueca expresiva.
–Y yo nací ayer. Venga, Zayn, no me cuentes historias. No has dejado de afeitarte ni un solo día desde que te encontraste tres pelos en la barbilla a los trece años. Y nunca te tomas días libres a menos que estés visitando alguno de tus hoteles, que los dos sabemos que no son unas vacaciones. Así que dime qué te pasa y dímelo ahora mismo.
Zayn sabía que tendría que contarle la verdad. Incluso antes de que su padre muriera. Doni y él siempre se habían llevado de maravilla. Su hermana lo conocía mejor que nadie y era tan protectora como él con ella. De modo que no habría escapatoria.
–En cinco meses y medio voy a ser padre… de mellizos –anunció por fin.
El silencio de su hermana demostró que era una noticia totalmente inesperada.
–¿Lo dices en serio? –le preguntó por fin, atónita.
–Tú sabes que no bromearía sobre algo tan importante como eso.
–Por Dios, Zayn, sé que después del accidente no me he enterado de muchas cosas, ¿pero cómo es posible que me haya perdido algo así? –exclamó Doni entonces–. He vivido aquí, en tu casa, durante varios meses y sé que no salías con nadie.
Después de explicarle lo que pasó en Aspen, y lo que había ocurrido recientemente, terminó contándole la reacción de Alexis cuando le pidió que se casara con él.
–Después de llevarla a su apartamento volví aquí. Fin de la historia.
–No, yo no lo creo –dijo Doni–. Entiendo que esa chica te haya dicho que no porque yo hubiera hecho lo mismo. Si quieres recuperarla vas a tener que pedirle perdón de rodillas.
–Yo no pido perdón –murmuró Zayn, de repente irritado con su hermana. Normalmente estaban de acuerdo en todo y le molestaba que no se pusiera de su lado.
–Bueno, yo diría que si quieres casarte con ella y criar a tus hijos vas a tener que empezar –Doni puso una mano en su brazo–. Sé que lo que pasó hace cinco años tiene mucho que ver cómo has llevado esto, cariño. Pero Alexis no es Gretchen. Por lo que me has contado está encantada con el embarazo y con la idea de ser madre. Y, al contrario de Gretchen, es evidentemente que le gustan los niños porque es la propietaria de un colegio.
–Sí, ya lo sé.
–Entonces no la culpes por algo que no ha hecho.
Zayn negó con la cabeza.
–No es eso.
–¿Ah, no? Sé que te culpas a ti mismo por no haberte dado cuenta de lo que estaba haciendo Gretchen. Pero eso es el pasado y tienes que olvidarlo de una vez. Y no sé si quieras admitirlo o no, pero lo que te hizo Gretchen fue más que nada golpear tu orgullo.
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Malik's Babies |z.m a.u|
Random"No necesitamos casarnos para criar a nuestros hijos" Copyright - Feb 24, 2014 amazxyn