—¿Qué te han parecido?
El anochecer estaba cayendo sobre nuestras cabezas, un atardecer del mismo color de su pelo, un atardecer que tanto nos gustaba observar de camino por la playa. No nos habíamos movido del banco y las mesas en donde nos habíamos sentado, y el poco tiempo que nos reunimos había sido inigualable.
Jimin se integró muy bien entre todos, pero le vi especial interés en Jungkook y Namjoon. El primero le parecía muy agradable y divertido, y le hacía gracia que fuese tan abierto en cuanto a expresar sus sentimientos. Jungkook no lo sabía, pero era como un libro abierto, y aunque no quisiese, todos sabíamos lo que quería decir antes de que lo hiciese. Era inocente, pero eso no le quitaba ni daba menos credibilidad a la hora de abrir la boca. Luego, estaba Nam, que era un intelecto andante en todos los campos posibles. A Jimin le resultó una persona expléndida y peculiar, que sabía muy bien leer a los demás tanto por sus acciones como por sus reacciones. Estaba atento a cualquier movimiento, y siempre tenía algo que decir o responder. Quería haber hablado más con él, pero el tiempo no nos lo había podido permitir.
A continuación, Seokjin. Tan confiable como ningún otro, a la par que infantil. Aunque en el fondo desprendía responsabilidad, siempre reía las gracias de los menores y no dudaba en divertirse con ellos. Hoseok, alguien energético y vivo, demasiado para su gusto, según me dio a entender, pero aun así amable y honesto. Y Yoongi... Yoongi era Yoongi. Ese día había estado más perezoso que nunca, pero se le perdonaba. Trabajaba de noche, y por las tardes, después de la universidad, descansaba. En su defensa le aclaré que era el más suave y moldeable de todos, y especialmente sensible. Su imagen exterior no decía nada de su interior, y muchas veces se le malentendía.
Por suerte, aclaró un par de veces que yo era su favorito.
—¿Cuándo volvemos a quedar? —Me preguntó, con los ojos brillantes y dichosos.
—Cuando puedan, Jiminnie. Aunque puedes venirte en los descansos, nos permiten salir fuera y podemos estar juntos. Namjoon suele estar ausente o en su mundo, pero Hoseok y Kookie están siempre. ¿Quieres?
—¡Sí! —Se enganchó a mi brazo, en reemplazo de un abrazo completo. Estábamos a un ritmo muy bueno, y no quería interrumpir el paseo. Aunque pasa él todo fuesen simples gestos de cariño, mi corazón no evitaba latir con fuerza ante esos pequeños detalles.
—Pues mañana, a las once, espéranos en la puerta del instituto. —Asintió, y de un momento a otro nos encontramos parados a las puertas de su tienda. —Oye, antes de que entres... Aunque mi cumpleaños sea a finales de diciembre, siempre lo celebro con mis amigos a principios de mes, para poder tener tres fiestas en lugar de dos. Ya sabes, año nuevo. Normalmente lo hacemos en casa de Yoongi, y seguro que está encantado de que vengas, así que...
—Se lo tengo que decir a papá. No sé cómo va a reaccionar, ya sabes. Eso de tener amigos es tan nuevo, que... Dios, gracias, Tae. —Esa vez sí me abrazó en condiciones, y yo, sin dudar, le correspondí.
Era cálido.
Jimin era tan cálido, tan suave. Nunca me cansaba de sentir su respiración sobre mí. Los segundos pasaban y cada vez me acostumbraba más a su tacto.
—Jimin, si me sigues apretando me vas a exprimir. —Reí, y sentí cómo él también lo hacía y se revolvía en mi pecho. Alzó la cabeza para mirarme, y sonrió de la manera más bonita y sincera que pudo. Sus ojos estaban entrecerrados, y por un momento, caí en ellos como si de un pozo se tratasen. Oscuros, me llamaban, me hipnotizaban y me dejaban estático.
—Tae... —Suspiró, contra mi piel. Podía sentir su aliento sobre mí, y cómo peligrosamente perdía los estribos. No nos movíamos, pero en mi mente circulaban miles de pensamientos, miles de acciones que podían ser efectuadas de un momento a otro. Quise besarle y robarle el oxígeno, abalanzarme sobre aquellos pecados que decían mi nombre con tanta ternura. —Tengo que... entrar. Mañana nos vemos, a las once. —Aún tenía las manos en mi espalda, cerca de la cintura, agarrándose entre sí, mientras que las mías descansaban algo más arriba, sujetando su abrigo entre los dedos. Aunque hubiese dicho eso, nos costó despegarnos, pero aflojé mi agarre antes de que todo desembocase en algo que no tuviese fin.
—Hasta mañana. Duerme bien, Jiminnie.
En cuanto le vi desaparecer por la puerta, me encogí y me puse en cuclillas, cubriendo mi sonrojado rostro con las manos. Había estado tan cerca, le había sentido, tan poco nos separaba, y no había ocurrido nada. No podía creer que me hubiese mirado así, no podía dar cabida a tanto de golpe.
Caminé a mi casa, aún con escalofríos. Había sido tan irreal que dudé en si continuaba viviendo. No sabía cómo mirarle al día siguiente, contando que simplemente habíamos conectado nuestras miradas. El día que nos besásemos de verdad -si llegaba, claro- me iba a dar un infarto, y ya estaba pensando en el color de mi ataúd.
Entonces, recordé que no había tenido tiempo para hablar con Hoseok sobre lo que había presenciado junto a Jimin, y decidí que utilizaría lo que me quedaba para pedirle una explicación coherente.
Cogí el aparato, y seleccioné como pude su nombre de la lista de contactos sin deshacerme del guante oscuro que me cubría hasta las puntas de los dedos
—¡Tae! ¿Qué tal? ¿Pasa algo?
—Eso debería decirlo yo. ¿Pasa algo que yo no sepa, Hobi?
—¿Eh?
—Algo relacionado con un tal Kim Seokjin, ¿te suena de algo?
—... N-no.
—¡Ajá, mentiroso! —Grité, en medio de la nada.
—¡Vale, vale, pero no se lo digas a nadie! ¡Por favor!
—No lo haré, pero me tienes que contar todo-todo-todo, pero todo.
—De acuerdo, de acuerdo. —Oí cómo suspiraba al micrófono. —Pero a cambio quiero que tú me cuentes algo, ¡así no vale!
—¿Y qué quieres que te cuente?
—Lo que sea, pero tiene que ser igual de importante.
Guardé silencio. Solo había una cosa que podía ser semejante a la situación de mi amigo, y esa cosa tenía nombre.
—Hobi, presta atención...
—Te escucho. —Cogí aire, y miré a los lados para asegurarme de que nadie me seguía.
—... Estoy enamorado de Jimin.
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Orange waves - Vmin [PAUSADA]
FanfictionTodas las mañanas, Taehyung veía a un chico mirando al mar. Todas las tardes, Taehyung veía a un chico mirando al mar. »Prohibida la copia, adaptación o traducción total o parcial de la obra. Todos los derechos reservados a la autora...