Los cazafantasmas

1.6K 237 181
                                    

Nathalie se observaba en el espejo con detención. Su cabello rojo y lacio caía como ya era típico hasta sus hombros y su flequillo cubría buena parte de su ojo izquierdo. Siempre lucía igual, tan ordinariamente simple. Quizás era por eso que Collin se había molestado con el beso del día anterior ¿Quién en su sano juicio andaría con alguien sin nada que sorprenda?

—Nathy ¿Está todo bien?— dijo Olive, su hermana mayor dandole una calada a su cigarro.

Su relación con ella no era tan mala. Bueno, más o menos. Se supone que en el hogar de los Kurtzberg viven sus papás, su hermana y ella. Pero eso era lo que todos pensaban.

La realidad era que sus padres jamás estaban en casa. Siempre estaban en viajes de negocios ya que manejaban una empresa de turismo reconocida en Francia. Así que solo quedaban ella y Olive, cuya relación había sido idílica hasta que la mayor conoció a su actual novio, William; quién era todo un vándalo y había guiado a su hermana por un mal camino debido a que poseía su amor incondicional.

Ni siquiera le había alcanzado a contestar cuando aquel sujeto apareció a lado de su hermana. Creo que debí aclarar que, la pareja aprovechaba cuando los padres de Olive no estaban en casa, para que el muchacho pasara los días enteros ahí.

—Yo creo que te ves linda, tomatita.— le guiñó un ojo. Nathalie le mostró una mirada asesina mientras que por dentro un revoltijo de asco la consumía. Tomó su maletín y camino hacia la salida de la casa.

—No la halagues a ella, se supone que eres mío.— le reclamó compartiéndole de su cigarro al muchacho.

—Deberías deshacerte de esa horrorosidad.— exclamó la menor abriendo la puerta de la casa.— Y no me refiero al cigarro.— dijo viéndolos enojada. Algo en ese chico no le traía buena espina. Su hermana rodó los ojos mientras que Will solo sonrió con cinismo. Maldito asqueroso.— No me esperes a cenar esta noche.— tiró, haría cualquier cosa para no estar en casa.

—¿A dónde irás?— preguntó Olive.

—Al cine.

Y se retiró sin más para irse a la escuela.

[...]

La hora del receso llegó. El día había estado bastante tranquilo. Collin no había asistido hoy, por lo cual, quien a veces tenía comentarios venenosos era Sam, pero nada que Marín no pudiera resolver con un comentario ingenioso.

Cuando la campaña tocó, Nathalie se disponía a ir a comer, cuando una mano tocó su hombro antes de que cruzara la salida de aquel salón. Volteó a ver, era Sam, su viejo amigo.

—¿Puedo comer contigo hoy? Ya sabes, como los viejos tiempos.— preguntó con cierta timidez muy cerca de ella. Nathalie retrocedió un paso algo intimidada.

—No lo sé, iba a hacer cosas aburridas.— dijo tratando de librarse del muchacho nerviosa. Él simplemente no la hacía sentirse cómoda.

—Vamos, no vino hoy Collin, no hay nadie quien te moleste. Podemos platicar de cualquier cosa.— comentó. Nathalie ya sentía una gota de sudor, el chico le ponía los vellos de punta.

—No quiero comer contigo Sam.— respondió sincera esperando que así se fuera. Sin embargo, el chico dio un paso hacia el frente para posicionarse más cerca de la chica. La pelirroja tragó saliva tratando de armarse de valor.— Déjame en paz.— soltó en tono frío.

—¿Por qué? Yo solo intento ser tu amigo otra vez.— dijo casi agónico. Nathalie sabía bien porqué ya no le convenía una amistad con él.

80's films (Nathloe, Genderbend)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora