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Sed. Tenía sed.

Nathalie era de esas personas que se paraba a mitad de la noche por aquella necesidad. Se levantó un poco sólo para percibir como el rubio rodeaba con su brazo de enclenque su cintura. No pudo evitar sonreír con ternura sintiendo aún como su piel le cosquilleaba.

Había sido una noche donde la palabra "magnifica" no le hacía justicia.

Depositó un suave beso en su cabellera rubia y lo dejó descansar, estaba totalmente agotado.

Caminó sintiendo el fresco piso debajo de la planta de sus pies, aún sentía como si estuviera caminando en las nubes. La mayoría de los invitados ya estaban descansando, así que en los pasillos de la casa a penas se percibían los murmullos de una pareja platicando en la lejanía.

Tomó un vaso y empezó a buscar los hielos ¿Por qué diablos no estaban en el congelador?

—Nathy ¿Qué haces despierta a altas horas de la noche? Pensé que ya te habías ido a descansar con tu novio. — volteó, era Remmy con unos shorts amplios de algodón. Ella sonrió divertida, tenía que admitir que al principio sintió un poco de desconfianza respecto a él, pero, sobre todo este día, había tenido la oportunidad de conversar y convivir con él en diversas actividades. Él sí era u buen chico, él no era Will.

—Me da sed en las noches y estaba buscando un poco de hielo para servirme agua. — dijo alzando su vaso. Remmy rio acercándose a ella. Había una hielera en el piso.

—Los echamos todos aquí hace rato para las bebidas. Espero que no los hayas buscado en el congelador. — tiró bromista mientras tomaba el vaso de Nath y depositaba unos cuantos hielos ahí.

Le pasó la jarra de agua, ella se sirvió un poco y le dio un trago.

—Gracias. — dijo con una pequeña sonrisa encaminándose de nuevo a su habitación.

—¿Te vas tan rápido? Pensé que eras un alma nocturna. — ella se detuvo a verlo, estaba sentado en la barra mientras la observaba de igual manera. — ¿Te parece si me das la revancha? — se refería a las partidas con baraja de la tarde. Nath negó divertida.

—No creo que sea capaz de ser una buena contrincante a estas horas.

—No es un problema mientras mantengas tu cerebro hidratado. — señaló su vaso. No parecía tan mala idea. Asintió convencida y el chico en seguida fue por las cartas. No tardó en aparecer de regreso.

—¿Y mi hermana? — cuestionó mientras daba otro trago a su agua.

—Está descansando en nuestro cuarto. — barajeaba las cartas despreocupado y las repartía, Nath lo observaba mientras continuaba consumiendo su bebida. — ¿Lista para jugar? — preguntó desafiante. Nathalie asintió sosteniéndole la mirada.

No supo por cuanto tiempo estuvo ahí en esa barra con él, cada que sus hielos se derretían se servia más y más. Hablar se tornaba cada vez más fácil, incluso en un momento sentía que no tenía control sobre su lengua.

¿Por qué tenía tanta sed? ¿Cuándo se puso a bailar con él? ¿Desde cuándo el agua era tan adictiva?

Se sentía mareada, pero esa canción tenía un sonido tan envolvente que ya no podía parar de menear su cuerpo por puro instinto. Seguía teniendo sed, sirvió más hielos a su bebida.

¿Estaba en este mundo? Se sentía muy bien, sin vergüenzas que la inhibieran a bailar junto con el chico. Lo sentía susurrar un montón de palabrerías a su oído, ella sólo reía, no entendía nada. ¿Cuál canción era esta? ¿En qué idioma estaba? ¿Por qué le dolía la cabeza si sólo había tomado agua?

80's films (Nathloe, Genderbend)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora