Dedicado a CastilloRoo porque ver tu entusiasmo por esta historia me anima ♥️
Multimedia: 80s films - Jon Bellion (canción que me inspiró a crear esta historia)
"Ella dijo: «¿Cómo se siente ser tú?»
Dije: «Está bien, aunque creo que alcancé mi punto máximo en la escuela secundaria»
Ella dijo: «Eso no es posible, estás loco
Porque nunca nos enrollamos en la escuela secundaria »"Si algo se había prometido Collin durante toda su vida, es no encontrarse perdido por nadie jamás, ni siquiera por Adrienne. Él era más valioso que cualquier pareja que pudiera tener, encariñarse demasiado en ese sentido siempre dejaba roto al más débil de la relación.
Pero ella llegó a su vida y lo transformó. No tuvo ni siquiera que usar metáforas de pinturas para enamorarlo, simplemente tomó las suyas y aprendió a aplicarlas. No se imaginaba cómo pasó todo ese tiempo en la misma clase que ella sin regresar a ver el fondo del salón. Sí, quizás alguna vez la notó; recordaba un día que la hizo tropezar y cayeron todos sus dibujos sobre sus fantasías amorosas con su nemesis.
Fue la primera chica que supo estaba interesada en aquel idiota azabache, y se preguntaba porqué ¿Qué clase de chica tenía que ser ella para fijarse en un mugroso panadero? De cierta forma, se sentía intrigado; fue de los primeros sentimientos que reconoció tener por ella.
No siempre la observó, poco le interesaba verla. Pero ahora ahí estaba, frente a frente con esa mujer, y es que ella ya no era una adolescente, la edad había terminado de afinar sus rasgos y volver ligeramente más seductora su silueta. Sino fuera porque habían pasado años y él no sabía cómo ella se sentía ante su presencia, se hubiera lanzado a comerla a besos sin importarle estar en un sitio público.
Demonios, al fin le había hecho caso; ese par de ojos turquesa estaban al descubierto acompañados de ese abanico de pestañas bien tupido y esos labios formando una pequeña mueca pensativa, apretándose el uno con el otro; con su cuerpo enfundado en un vestido azul marino bañado en lentejuelas que parecía quedarle como guante en mano. Su estúpido cerebro se sentía adolescente.
Ella fue la primera en encaminarse a él, ya que el rubio permanecía gélido observando a la pelirroja. Le sonrió tímida, pero ya no de esa manera que lucía tan débil como cuando eran más jóvenes; era una sonrisa más bien discreta proveniente de una mujer notoriamente fuerte y con decisión.
—Gusto en verte de nuevo, Collin.— dijo alzando su mano mientras se la ofrecía al varón, él se limitó a observar a aquel gesto ¿En serio quería saludarlo? ¿Aún después de todo...? ¿Ya no lo odiaba como tanto le dijo Beatrice? En este momento se sentía mal por haber hecho que la terapeuta que le pagó su madre haya sido en vano, estaba olvidando todo lo que aprendió en sus sesiones con sólo tener a esa chica cerca suyo. Nathalie miró cómo el joven titubeaba, a penas y pudo mantener la sonrisa ¿Y si era cierto todo lo que le dijo su tía? ¿Collin ya no quería saber más de ella? Retrajo su mano, se empezó a sentir igual de insegura que hacía años.—Y-yo, perdona, sé que no...
El rubio pareció reaccionar porque agitó la cabeza y tomó su mano entre las suyas con una enorme sonrisa. Nathalie alzó la mirada para ver la reacción del joven, pero él sólo continuaba viendo sus manos juntas.
—Yo... es sólo que...— tomó aire profundamente y continuó.— No puedo creer que estes aquí, que de nuevo tú...— alzó su mirada, aquel par de ojos deleitantemente femeninos lo observaban con confusión, con una preciosa confusión que le sentaba bastante bien.—Otra vez me estás volviendo loco, Nathalie; y sólo te he visto un par de segundos.— rió algo nervioso. Ella sintió algo moverse dentro de sí, un dulce sentimiento que llevaba apagado por años y que ese conjunto de palabras lo activaron.— Y me estás pidiendo disculpas, cuando debería ser al revés, yo...
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80's films (Nathloe, Genderbend)
FanfictionEn un pequeño cine a las orillas de París, las películas más famosas de los 80s seguían estando en cartelera. Entre viejos asientos desgarrados, palomitas rancias y un sonido sin la mejor calidad; bastaba para que Collin Bourgeois y Nathalie Kurtzbe...