En un pequeño cine a las orillas de París, las películas más famosas de los 80s seguían estando en cartelera. Entre viejos asientos desgarrados, palomitas rancias y un sonido sin la mejor calidad; bastaba para que Collin Bourgeois y Nathalie Kurtzbe...
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(Ahí tienes pa' que te entretengas un ratito)
Collin se hallaba ansioso. Veía entrar a todos los estudiantes de la escuela pero no había rastro de ella. Sus manos inquietas jugaban con un sobre que tenía planeado darle. La odiaba, justo cuando le iba a a ser amable, ella se dignaba a no aparecer.
—¿A quien esperas?— se exaltó al escuchar a esa voz hablarle tan cerca por primera vez en semanas. Volteó, en seguida dio una sonrisa coqueta. Adrienne.
—A nadie, preciosa.— enunció.— Vaya, que maravilla que me hables por primera vez en milenios.
—No seas exagerado.— rió divertida la fémina. En seguida la vio agachar la mirada con algo de culpabilidad. Collin cambió su semblante a algo más serio, le preocupaba su amiga.— Yo... sé que no he sido muy amable contigo últimamente Collin, y realmente lo lamento.— dijo apenada.— He sido una tonta.— tiró escondiendo su rostro entre sus manos por vergüenza. El rubio se quedo pensativo.
—Descuida. Fui yo quien lo arruinó todo.— soltó con tristeza.
—Tú no hiciste nada malo, yo...— respiró profundamente.— ¿Sabes? Tienes razón, hay que intentar reconciliar nuestra amistad ¿Que te parece, abejorro?— le tendió la mano de forma jovial para que éste la recibiera y sellara el trato.
"Nuestra amistad", "Amistad", "Amistad nueva", "¡Nathalie!", y así como se acordó de rápido, empezó a buscar a la pelirroja con emergencia, pero ya no veía nadie entrando a la escuela. Maldición.
—Yo... Eh... ¡Sí, sí!— decía distraído.— Eso. Amigos otra vez.— seguía buscando con la mirada a Nathalie. Estaba tan despistado que ni siquiera se percataba como Adrienne lo miraba con extrañeza.
—¿Buscas a alguien?— preguntó confundida.— ¿A Sam?
—¿Qué?— preguntó puesto a que no había escuchado bien su pregunta.— Oh sí.— seguía mirando a su alrededor.— Justo a él es el que busco.— por fin captó una cabellera pelirroja subiendo las escaleras.— Me tengo que ir. Adiós Adrihoney.— y se fue, dejando a Adrienne bastante intrigada. ¿Qué le sucedía?
A pesar de que se fue corriendo tras de ella, Nathalie llegó al salón mucho antes. Cuando al fin la vio, Julián y Ray ya se hallaban charlando con la muchacha hablándole sobre quién sabe que. Seguro cosas sin sentido.
Rodó los ojos. Digo, no es que a él le importase realmente exponer su amistad con la pelirroja, pero tampoco es que quisiera que todo el mundo lo supiese. Sonrió, al menos esos dos cretinos ya sabrían de su nueva relación con Nathalie.
—¿A donde vas Collin? Tu asiento es enfrente.— escucho decir a ese pedazo de panadero idiota.
—¿Qué? Lo siento. Mis oídos no perciben las voces insignificantes.— respondió divertido. Eso no quitó la mala mirada que el azabache le cargaba encima. Estaba extraño. Sin duda iba a allá sólo para molestar a alguien. Era la única razón para la que siempre se alejaba de su lugar. Mas no siguió discutiendo y se limitó a observarlo.
