Terminator

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Dos benditas semanas desde que no habían ido al cine. Su mente sólo pensaba cosas como "Tranquilo, hermoso Collin. Los amigos no salen todos los días al cine. Quizás se sintió incómoda ya". Pero es que esto ha parecía una mala broma. Ella sabía la necesidad que tenía para desahogarse en ese lugar ¿O no?

Maldición, no había salido con ella desde su cita con Marín ¿Acaso habían empezado a ser algo? No, eso era imposible. De ser así la actitud del azabache sería demasiado notoria y él sólo actuaba como siempre.

En cambio la pelirroja parecía soltar más suspiros de lo normal desde aquel día, y es que ¿Cómo no? Fue la tarde más espléndida de su vida, aún recordaba como Marín tomó sus manos para aclararle lo especial que ella era para él, de ahí en más no escuchó, se dedicó a fantasear con una vida a lado de su soñado.

En su mente existía la posibilidad de que Marín ya ni sintiera nada por Adrienne, que su corazón ahora le perteneciera a ella.

Iba avanzando soñadora hacia la salida pensando en si habría una "próxima cita" cuando en eso, un pie se entrometió en su paso tirándola enseguida. Sus palmas quedaron rojas por sostenerse contra el pavimento, quizás algún pincel dentro de su mochila se rompió. Diablos.

—¿Qué te...— iba a refutar cuando vio que era el mismísimo rubio que hacía unas semanas creyó mejor persona.— ¿Collin?

—Vaya, al menos recuerdas mi nombre.— tiró con molestia.

—Pensé que dijiste que eramos amigos. — soltó con enfado.

—Ay, lo dice quien me habla por primera vez en ¿Cuanto? Ah sí. Dos semanas. — respondió con algo de veneno. Nathalie negó con la cabeza gacha, bueno, tenía algo de razón sin embargo eso no le daba derecho a haberla tirado.

—Lo siento.— tiró poco convencida tallándose incómoda el brazo.— Es que...— un pequeño rubor subía a las mejillas de la pelirroja, se acercó un poco al rubio.— es Marín. Seguí tu consejo y me di cuenta de que tal vez, podría ser que ambos nos gustemos.

¿¡Por qué le estaba confesando tal cosa a Collin!? Era una tonta, pero al rubio le parecía tan insignificante la vida de la pelirroja que quizás no le tomaba mucha importancia a lo que le decía y no le importaría comentárselo a alguien. Además, él era la única persona que sabía sus sentimientos por el azabache. Claro, también Nina y Adrienne lo sabían, pero no le parecían las personas correctas para comentarlos.

Pero todo lo contrario pasaba en la mente de Collin. Maldición ¿¡Por qué estaba tan loquita por ese azabache!? ¿Por qué no por él? ¿Qué tenía Marín mejor que él? ¿Estúpida y sobrevalorada generosidad? ¿Por qué se fijaban en un pobretón cualquiera con actitud infantil y no en él? Suspiró, al bledo sus consejos de belleza, seguro Marín la enseñaría a "Quererse tal como es" y ñeñeñe, dejándose la pelirroja el bendito fleco en la cara por el resto de sus días.

Ahg, como detestaba al azabache.

—Me importa un comino Marín, no te tire para que me vinieras a hablar de él.— dijo rodando los ojos y posando una mano en su cadera.

—Pero...

—Shhh.— le puso un dedo en la boca para callarla.— Voy a hablar sobre algo que sea importante ¿Okey?— cuestionó serio. Nathalie asintió retirando molesta el dedo del rubio.— Sino quieres volver ir al cine conmigo, me vale ¿De acuerdo?— se encogió de hombros.

80's films (Nathloe, Genderbend)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora