•Son Goku enamorado de Milk Ox desde el momento en que la vió, aunque sus sentimientos no son correspondidos al inicio, el luchara para que ese sentimiento de amigos pase a algo más•
»Quiéreme por favor.....
...
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Era un dia cómo cualquier otro, la temperatura era bastante fresca, un día perfecto para salir.
Un niño de más o menos doce años "jugaba" con su hermano mayor en los pequeños juegos que se encontraban en el parque, una pelota color amarilla chocó contra el pequeño cuerpo del azabache de cabellos alborotados, quién soltó un quejido, en cambio su hermano mayor soltó varias carcajadas.
—Eso me dolió—Chilló, arrodilladose para tomar la pelota en sus manos, un cachorrito de calor blanco de acercó a él, al momento de que una niña de su misma edad se cruzó en su camino.
—Hikari! ven acá—Llegó la pequeña azabache tomando a su cachorrita en brazos, y buscando con la mirada aquella pelota amarilla.
El pequeño de cabellos alborotados al verla quedó estático, parecía una de esas muñecas que tenía su amiga Bulma, era muy linda, sus ojos eran redondos y brillantes.
—Buscas ésto?—Habló Goku un vez que escuchó decir maldecir a la pequeña niña, quién aun no hallaba dicho objeto.
Al hacerlo cruzaron miradas, una sonrisa apareció en los labios de ambos.
—Tu cabello es extraño—Mencionó la azabache.
Las mejillas del niño se colorearon de rojo, bajándo la mirada.
—Oye mocosa que haces sola en el parque—Habló de una buena vez aquél jovencito de cabellera larga alborotada y frente amplia.
—Sólo vine a jugar con mi cachorrita—Respondió sonriendo.
Goku sonrió una vez más al verla, se había perdido en ese color negro en los ojos de ella.
—Mi nombre es Goku, tú cómo te llamas—Habló con total confianza.
—Yo me llamo Milk.
—Que bonito nombre Milk...—Alagó, una mano en su hombro le hizo callar.
—Mocoso es hora de irnos y tu niña es mejor que te vayas a tu casa—Ordenó el mayor.
—Pero Raditz no podemos dejar que vaya sola—Intervino el pequeño de cabellos alborotados.
—Ella se vino sola, asi que...
—Mamá siempre ha dicho que a una mujer no puedes dejar que se vaya sola—Regañó el menor, causando la risa de la azabache.
—Ahg! cállate Kakarotto—Exclamó con vergüenza el jovencito, su hermano menor hizo una mueca, pues estaba de más que odiaba su segundo nombre.
—Dónde vives Milk?, mi hermano y yo te acompañaremos—Sonrió el niño, mostrando sus perfectos dientes.
Milk asintió, abrazandose a su cachorrita, caminando rumbo a su hogar, los pelinegros de cabellos rebeldes la seguían.
Ninguno pronunció palabras, Goku simplemente sonreía y el mayor de los tres jugaba con su teléfono.
Después de unos cinco minutos, Milk divisó su hogar, donde su pequeña mascota brinco y entró a toda prisa a la vivienda.
Goku giró su cabeza y tratando de que no se le olvidara el lugar.
No supo en que momento la pequeña niña había desaparecido de su lado, sin embargo un golpe en su cabeza le hizo reaccionar.
—Ay! Oye Raditz eso me dolió!—Se quejó el menor.
Una mirada de picardía apareció en el rostro de Raditz.
—Así que te gustó la mocosa, he?.
Las mejillas se le volvieron a colorar de rojo, dejando expuesta su respuesta.
